En el recinto Estero Lagarto (Santa Lucía) dos vacas paren terneros gemelos
Dos ganaderos, dos vacas y cuatro terneros. Las familias de ese apartado recinto del Guayas, sorprendidas por dos partos múltiples en menos de 20 días
Los partos gemelares son más comunes en ganado lechero, pero en ganadería de carne son simplemente “excepcionales”.
Por eso el recinto Estero Lagarto, donde hace cien años los cocodrilos tomaban sol a orillas del riachuelo, y a donde ahora se llega preguntando por el GPS no funciona, se ha vuelto particular.
A unos 300 metros de diferencia entre las pequeñas haciendas de Víctor Ochoa y Héctor Cordero, y con apenas 20 días de diferencia, dos vacas parieron gemelos machos.
En sus 60 años como ganadero, Héctor Cordero jamás había visto un parto así en la hacienda Cañaveral. “La vaca parió el primer ternero, pensamos que era el único; al rato me llama mi hija, porque estaba naciendo otro”.
El más chiquito y flaquito se ahogaba en la placenta, por lo que debió ayudarlo a salir. Desde el día en que nació fue tratado como un bebé: recibió leche en biberón durante ocho días, porque no alcanzaba la teta de la madre y porque su hermano más grande se tomaba casi todo lo que había en la enorme ubre.
Lo que no sabía Héctor es que tuvo suerte, porque normalmente las vacas primerizas con gemelos, o abortan o los paren muertos, según la literatura ganadera.
Veinte días después de ese hecho excepcional en Estero Lagarto, ubicado a unos 30 kilómetros del cantó Santa Lucía (Guayas) y a 10 km de Cabuyal, hubo otro parto en el pequeño hato de los Ochoa: otros dos terneros nacieron sanos, asombrando aún más a las escasas 20 familias que habitan este pequeño recinto; a los Ochoa, a los Chiriguayo, a los Salazar y a los Vera.
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Leer másEsto es una “bendición”, ya que no deberá esperar 9 meses más para tener una cría, aunque esta necesitó más atención despúes del parto. En 7 meses un ternero puede ser vendido en unos 200 dólares.
Héctor Cordero tiene solo 11 animales y no tiene más porque “no hay mucho alimento durante el verano”, cuando el pasto se seca por falta de agua y el ganado no tiene qué comer.
Los terneros son “cruzados”, que es un término que se usa en el campo para decir que no son de raza pura; la diferencia, además del tamaño, está en el rabo, el uno tiene una mancha negra y el otro una mancha blanca al final.
La mamá de don Gerónimo Sosa, Inés Antonieta, en Chicompe y Lechugal, en el cantón Balzar, en Guayas, celebró sus 95 años y durante ese tiempo ha visto tres o cuatro veces que sus vacas, luego del tercer parto, le parieran gemelos y mellizos (macho y hembra). Pero allí no tiene 11 sino 120 animales de doble propósito (carne y leche), por lo que podrían tener una mayor tasa de los llamados también “partos múltiples”.
Agua fresca, minerales y abundante sol, son detalles que se deben tener en cuenta para mejorar el rendimiento de las vacas con partos de gemelos.
Estos gemelos (fraternos) son de 2 óvulos y espermatozoides diferentes. Generalmente desarrollan 2 sacos amnióticos separados, 2 placentas y 2 estructuras de soporte. No siempre son exactamente iguales, pueden tener apariencia distinta entre sí, debido a factores relacionados al ambiente, posición dentro del útero y experiencias después de nacer. No comparten el mismo ADN, como sí es el caco de los gemelos idénticos (provienen de un único óvulo fecundado por un solo espermatozoide).
El médico veterinario Fernando Romero se asombra de esos hechos ocurridos en la zona de Santa Lucía, donde sí hay océanos con cultivos de arroz. “Es interesante. No se ve con frecuencia. Es raro en esa zona del país”, manifiesta el experto a Diario EXPRESO.
Pero sí tiene sospechas de las causas de ‘sobreovulación’ de los animales cuando entran en celo. Puede darse por genética, aunque en Estero Lagarto son vacas cruzadas de la zona: paridas y criadas allí.
La otra causa es el posible uso de vacunas estimulantes para la ‘sobreovulación’, que hacen que los espermas del toro vayan rápido y fecunden dos óvulos durante la monta. Los minerales que estimulan la ovulación son el zinc, cobre, yodo, calcio, que incluso están en las piedras, que son lamidas por los animales.
En la zona de Baba (Los Ríos), en la vía a Salitre (Guayas) ni Segundo ni Roberto Freire, han visto a lo largo de su vida parir dos crías a una vaca.
“En toda nuestra vida en esta zona, en 70 años no hemos visto un suceso así”, dice Segundo, el más veterano.
Fernando Romero aconseja, eso sí, que las hembras que alumbran gemelos o mellizos deben ser alimentadas mejor, incluso con suplementos, como alimento balanceado, ya que deben tener suficiente leche para dos crías y para poder engordar.
A los terneros también debería dárseles suplementos de leche para que se desarrollen mejor. El peso de los animales es clave para el ganadero, ya que el precio no ha mejorado en años: 35 dólares por arroba. Y lo peor, que solo se las puede vender en 4 o 5 años, cuando logran un buen peso: “12 o 14 arrobas”.
EL 2019 EL NÚMERO DE GANADO SUBIÓ EN EL PAÍS. Un 6,15 % aumentó el 2019 la ganadería ecuatoriana en número de animales, en relación al año 2018, de acuerdo con la última Encuesta de Superficie y Producción Agropecuaria Continua (Espac) del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
De 4’056.796 animales, Ecuador pasó a 4’306.244, de los cuales la provincia del Guayas tuvo 275.260, según la entidad, comparado con las 249.488 cabezas de un año atrás, pese a que el precio de la libra de carne en pide no ha crecido.
Lo que más nacieron el año pasado fueron terneras: 553.592 en relación los 511.193 terneros.