La eterna lucha del banano contra una resistente sigatoka negra
La pandemia de COVID-19 hizo que los productores no controlen del hongo. El impacto a la calidad de la fruta es grave: esta se madura antes
Desde su aparición, hace 31 años, el hongo de la sigatoka negra ha desangrado los bolsillos de los bananeros. El costo de controlar esta plaga depende de los ciclos de fumigación, pero con un promedio de 25 ciclos anuales por cada hectárea, se puede hablar de más de 300 millones de dólares cada año en las 250.000 hectáreas que se estima existen en Ecuador.
Este año la virulencia ha sido mayor. Hasta esta semana había escasez de fruta de calidad, hecho que provocó que el precio de la caja spot, es decir fuera de contrato, suba de $ 3 en unos casos, hasta $ 4 y $ 4,50. El banano afectado con un ataque fuerte de sigatoka no califica para la exportación, pues la fruta llega madura a los mercados mundiales.
El subsecretario de Musáceas del Ministerio de Agricultura, Gustavo Martínez, tiene una respuesta a esto: “Consideramos que este ha sido un año atípico, con especial vulnerabilidad a esta enfermedad debido a la pandemia de COVID-19 que hizo que, principalmente, las fincas más pequeñas queden sin fumigar de acuerdo con los ciclos previstos”.
Hasta ahora, el Ministerio de Agricultura ha marginado unas 642 hectáreas contaminadas y que constituyen un foco de infección para el resto de fincas que están muy cerca de estas fuentes de contagio.
Incluso algunos de los productores más eficientes de Los Ríos y Guayas han sido afectados. En zonas de Puerto Inca y Naranjal, en Guayas, hay fincas que han tenido que botar hasta 5.000 racimos.
Aunque hay expertos que hablan de una pérdida de eficacia de los fungicidas que controlan el hongo, Martínez cree que se debe considerar que el incumplimiento de los ciclos de fumigación causa serios problemas, como la pérdida de hojas funcionales, pudiendo llegar a la cosecha con menos de 5 hojas, y se convierte en una de las causas principales de los reportes de que la fruta llega madura a los mercados.
Víctor Hugo Quimí, uno de los científicos que trabaja en temas de este tipo, señala que “no tenemos resistencia”, sino pérdida de eficacia de algunos fungicidas, porque no se los utiliza, particularmente ciertos triazoles.
Kléber Sigüenza, bananero y expresidente de la Cámara de Agricultura de la Segunda Zona, destaca que cuando se tiene un buen manejo de la sigatoka no hay problemas en las plantaciones, y que hay zonas de El Oro, sobre todo, en donde hay una escasa incidencia.
Quimí aporta con la necesidad de rotación de moléculas y el uso de cocteles (mezcla de fungicidas, entre productos de contacto y sistémicos), así como la utilización de protectantes. “Hay que emplear los fungicidas de acuerdo con su modo de acción y el nivel de infección. Complementar el control de la enfermedad con la cirugía y poda fitosanitaria”.
En eso coinciden otros productores, pero también añaden cierto desconocimiento y falta de tecnología. Por ejemplo, no cuentan con estaciones de meteorología para determinar las condiciones climáticas, las cuales inciden en la proliferación de la sigatoka. “Lo que siempre recomendamos es que el control debe ir acompañado de labores correctas, como el deshoje oportuno, limpieza de canales, limpieza de maleza, riego, fertilización y una plantación limpia”, sostiene Martínez.
“Sabemos que la pandemia ha traído inconvenientes fitosanitarios y esto afecta los mercados porque la enfermedad hace que la fruta madure con mayor rapidez y no llegue en estado óptimo a los mercados. De ahí la importancia de generar una estrategia integral”.
Esta es una de las razones para iniciar un proceso de ‘chapia’ o corte de racimos en las fincas, y la entrega de paquetes tecnológicos para nutrición y fumigación como parte de la estrategia del Comité Técnico (Comtec) creado en 2006 para el Manejo Adecuado de Fungicidas para el Control de la sigatoka negra.
“Con ello buscamos tener plantas más vigorosas, y paliar la amenaza de una infección hasta que el productor pueda estabilizarse. Es importante recordar que el rubro de mayor peso en el costo de producción del banano es precisamente la fumigación” señala Martínez a EXPRESO.
Sigüenza habla de dos estrategias. La una es la química. “No atrasarse cuando corresponde el ciclo y una combinación de sistémicos y no sistémicos”. El otro método es el mecánico y está en manos del productor, no del asesor. Es decir, mantener una buena nutrición, tener una adecuada población de plantas, aspectos que son básicos pero en los que todavía mucha gente falla.
LA CLAVE PARA EVITAR RESISTENCIA ES SU BUEN USO SEGÚN INNOVAGRO
- . ¿Es posible que se haya generado cierta resistencia del hongo a los fungicidas? Hablar de resistencia a los fungicidas en el manejo de Sigatoka negra en banano es importante y fundamental, ya que solo se cuenta con un número limitado de moléculas de fungicidas para su control, y es necesario conservarlas aplicando todas las estrategias de rotación indicadas en los lineamientos FRAC (Comité de Acción para Resistencia de Fungicidas) y el Comtec en Ecuador. El uso inadecuado de las moléculas y malas rotaciones en los programas de control de sigatoka negra ha generado que la presión de esta enfermedad empiece a generar resistencia a ciertos ingredientes activos usados en la industria bananera.
- Nuevas moléculas creadas por la industria. El desarrollo de nuevas moléculas o grupos químicos son parte del trabajo de investigación y desarrollo de las empresas multinacionales de innovación que conforman Innovagro Ecuador. Crear una nueva molécula es el resultado de un milimétrico trabajo en laboratorio y en campo, en el que participan científicos de distintas disciplinas. Es un proceso que dura en promedio diez años de trabajo, que se dividen en dos grandes áreas Investigación y Desarrollo. Son más de 120 ensayos, estudios y evaluaciones que analizan el comportamiento del producto desde la perspectiva agrícola, ambiental y de salud. El proceso de investigación y desarrollo de un producto químico de uso agricola tiene un costo promedio de 286 millones de dólares. Los costos aumentan por la necesidad de realizar más estudios que garanticen la seguridad de los productos. Causa preocupación en la industria de innovación, ante la posibilidad de pérdida de uso de las ciertas moléculas actuales en mercados internacionales (principalmente protectantes), ya que habría menos alternativas para el control del hongo, causando presión de selección lo cual provocaría problemas en su control e impactos en la producción.
- Como aplicar según las zonas de producción.El control de la enfermedad es único en cada finca en producción, esto obliga a los técnicos a realizar monitoreos constantes y semanales de la evaluación del patógeno, se debe considerar el microclima que se genera en cada zona de producción dependiendo de la época del año y tomando en cuenta si es Alta Presión (lluvioso y caliente), sellado (baja temperatura), Baja Presión (seco y fresco) y Preinvierno (alta temperatura). Estas consideraciones nos sirven para optar por una mejor estrategia de control. Además una variable adicional es el problema de salinidad de suelos, este es un factor importante que considerar sumado a que debemos saber el comportamiento de la cepa en cada zona, ya que puede haber diferentes cepas de Mycosphaerella fijiensis en el territorio.
- Que nueva investigación ha generado el sector sobre el hongo. Desde hace varios años la mayoría de nuestras empresas que atienden el sector realizan el monitoreo de sensibilidad en todas las zonas bananeras del país, y en la actualidad se ha dado un gran paso en la generación de información realizando la caracterización molecular de la resistencia genética del hongo a fungicidas, esta información generada permite tener un soporte mas claro y contundente para la toma de decisión del uso de un fungicida.
ENTREVISTA A JIMMY ARAUJO, PRODUCTOR DE BANANO.
La caída del precio obedece, como todos los años, a una baja demanda, pero para pagar menos algunos exportadores descalifican fruta, atribuyéndole eso a la baja calidad por sigatoka, denuncian productores.
- ¿Qué está pasando con los contratos de compra de fruta?
- La situación es crítica por la pandemia. Las plazas de trabajo se redujeron un 60 %. Hay un sinnúmero de productores pequeños, medianos y grandes casi quebrados. Esto necesita una estrategia de todos los miembros de la cadena.
- ¿Qué están haciendo los exportadores para ayudar a los productores en esta situación?
- Han hecho muy poco, casi nada. A pesar de la pandemia seguimos exportando, pero lo que no han hecho los exportadores es respetar los contratos y pagar el precio oficial. Los precios en supermercados, en el mundo, no han bajado.
- ¿Por qué se han irrespetado los contratos entonces? El productor que es spot sabe a qué se atiene en la época baja, pero quien tiene contrato no tendría por qué sufrir.
- En enero y febrero vendimos la caja a precio de contrato, sin embargo el spot estaba a 9, 10 y 11 dólares. Tan pronto hubo dificultades, a nosotros nos irrespetaron esos contratos. A los que los teníamos, en las últimas cinco semanas nos los han incumplido. Nos han obligado a que firmemos una carta en la que digamos que si queremos que nos den cupo la siguiente semana indiquemos que, por propia voluntad, no hemos querido embarcar las cuatro semanas anteriores, lo cual no es justo.
- El acuerdo dice que puede bajar el precio en la época baja y subirlo en la alta, siempre que el promedio sea de $ 6,30.
- Eso es lo racional, pero no se hace. El $ 6,30 es la media, pero ahora lo irrespetan; hay gente que se la juega porque a veces esa no es la media, en los últimos años ha sido más.
- Es mejor entonces vender en spot que firmar un contrato.
- En spot el precio promedio ha sido de 7,50 a $ 8 por caja;ya no hay beneficio con un contrato de por medio.