Facturas, una fuente de liquidez que muere en bolsa bajo la urgencia de control
Los escándalos de corrupción en el mercado bursátil derivaron en una fuerte regulación de este instrumento. Hoy, actores del sector buscan reactivar su uso, luego de que su emisión cayera un 76 % en el 2021
Los últimos casos de corrupción suscitados en bolsas derivaron en un control que, hasta ahora, los primeros resultados muestran efectos contraproducentes. Un claro ejemplo es lo que ha pasado con las facturas comerciales, que tras ser sometidas a una fallida regulación, su negociación llegó a caer un 76% el año pasado. Un hecho que preocupa a los actores de este mercado que hoy intentan rescatar el uso de este instrumento que consideran clave para que las empresas hallen pronta liquidez.
Las bolsas del país esquivan escollos y se reactivan con ayuda pública
Leer másSegún datos de las bolsas de valores del país, las transacciones de facturas comerciales negociables cerraron el 2021 con $ 66,2 millones, un monto que está muy por debajo de los $ 275 millones logrados en el 2020 y que dista mucho más de los $ 378 millones del 2019, año en que el mercado comenzó a conocer los primeros ‘defaults’ en los que caían empresas (emisoras y aceptantes relacionadas). El caso de Ecuagran con Delcorp y Fertisoluble fue el epicentro de esta irregularidad, luego de conocerse que a ambas compañías relacionadas (compartían los mismos accionistas), con estados financieros inflados y el uso de facturas que no sostenían ventas reales, se les permitió emitir estos instrumentos para obtener financiamiento. Un hecho que llevó a que varios inversionistas que obtuvieron esos papeles, como el Isspol, se vieran afectados.
Luego vino lo que ya se conoce: límites de montos de negociación y una prohibición en su uso para las compañías que guardaban relación, una decisión que hoy es considerada como poco técnica y acelerada. “El pecado de eso es que estas firmas no tuvieron una transacción económica real que origine estas facturas”, no que fueran firmas relacionadas, apunta Arturo Bejarano, presidente de Kapital One y exintendente de este mercado.
En eso coincide Fernando Simó, presidente de la Asociación de Casas de Valores (Asocaval), quien admite que esos “controles exagerados terminaron por destruir” a este canal de liquidez para muchas empresas. “Un ejemplo claro son los distribuidores de vehículos que venden los carros a los concesionarios. Muchas veces el concesionario está vinculado al distribuidor de la marca, pero ahora esas facturas que emiten ya no pueden descontarse”; es decir, canjearse en el mercado para que un tercero (un inversionista) las adquiera y que, según su valor, obtenga un descuento o ganancia a su favor.
El efecto mayor, según Bejarano, lo viven negocios más pequeños. Al existir esta restricción en la negociación tienen que recurrir a otros mercados para hallar liquidez, pero teniendo que admitir descuentos mayores (hasta un 20 %, versus el 9 o 10 % que se hace en bolsa).
Esta situación ha llevado a que Asocaval y la actual administración de las bolsas remitieran en diciembre pasado a la Junta de Política y Regulación Monetaria y Financiera un pliego de nuevas reformas. Entre ellas, explica Simó, está que se reactive la negociación, pero ajustando otros parámetros como que los aceptantes del mercado solo sean personas jurídicas, que sean compañías inscritas en el catastro público y que estas firmas demuestren tener actividad ininterrumpida de al menos 3 años. “Con eso evitamos lo que pasó con Fertisoluble, que fue creada y pocos días después estaba descontando facturas”, dice Simó.
Los vacíos de control que la Supercía se niega a explicar
Leer másPara Ismael Vélez, quien acumula 20 años de experticia en este mercado, estas reglas podrían funcionar, pero para él “en este caso, ni siquiera ya se requieren normativas. Hay figuras fiduciarias, en las cuales se pueden colocar estas facturas, dice. “La gente paga al fideicomiso, este es el que va presentando de manera diaria la estructura, que costará sí, pero tendrá muchísima más seguridad”.
Para Vélez los pendientes más urgentes de este mercado se centran en la falta de un mayor control que genere confianza. La idea es que más empresas acudan a él. El 2021, de los $ 15.701 millones que se movieron en bolsa, el 63 % provino del sector público.
- PARA SABER
EL ORIGEN. Desde el 2014, el factoring se lo puede realizar en bolsa. No es otra cosa que ceder una factura a un tercero (el inversor) para obtener su valor líquido, antes de la fecha de vecimiento de pago. A cambio debe aceptar un descuento.
EL PROBLEMA. El incremento de transacciones de facturas se vio opacado en el 2019, tras la moratoria en la que cayeron varias empresas. Firmas como Ecuagran junto a Delcorp y Fertisoluble o Moeller Martínez y Crisol Comercial emitieron con irregularidades.
EL PENDIENTE. Fortalecer la política de control, en el mercado de valores, sigue siendo un gran pendiente. Algunos actores creen que ese cambio debe empezar por las mismas bolsas, estas tienen la capacidad de autorregulación que poco o nada ejercen.