El fuego destruye hectáreas de mortiño y pone en riesgo la colada morada
Unas 200 hectáreas han sido afectadas. Más de $ 1 millón se han perdido
Las llamas consumen a diario hectáreas de vegetación en los páramos de Quinticuchí, en el cantón Sigchos, provincia de Cotopaxi afectando a las comunidades y empresas locales que dependen del mortiño, una fruta nativa rica en antioxidantes y utilizada tanto para la elaboración de vinos y para la tradicional colada morada.
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Leer másLas pérdidas económicas son devastadoras, especialmente para productores de vino de renombre como El Último Inca y Perla Andina, que abastecen a supermercados nacionales y pequeños negocios. A pesar de los esfuerzos por controlar los incendios, los daños son cuantiosos, poniendo en riesgo los medios de vida de numerosas familias.
Flavio Sigcha, vicepresidente de la comuna Quinticusig y representante de la empresa de vinos El Último Inca, explicó que el impacto de los incendios sobre los cultivos de mortiño es significativo. "Hemos perdido aproximadamente 180 mil botellas de vino, lo que equivale a una afectación de entre 1.2 y 1.3 millones de dólares", señaló.
Este desastre no solo afecta a su empresa, sino también a otros emprendimientos locales que dependen de esta fruta para producir una amplia gama de productos.
La situación es aún más crítica debido a que el mortiño tarda alrededor de dos años en regenerarse, y las plantas que logran sobrevivir no producen la misma cantidad ni calidad que antes. "Siempre tenemos una pérdida de entre el 15 y el 20 % de las matas. Algunas se mueren, otras vuelven a nacer, pero las producciones bajan considerablemente", afirmó.
Ventas sin ejecutarse
El fuego ha golpeado a todos los actores de la cadena productiva del mortiño, desde los agricultores hasta los distribuidores. Empresas como El Último Inca tienen contratos con grandes cadenas de supermercados, entre ellas Grupo La Favorita, Tía y Camari. Sin embargo, la destrucción de los cultivos ha puesto en peligro el cumplimiento de estos acuerdos comerciales.
Por su parte Cristian Cuchipe, representante de la empresa de vinos Perla Andina, compartió la misma preocupación. "Es indescriptible cómo nos afecta. Nuestra materia prima está en los páramos andinos y ver cómo se destruye nuestro ecosistema, nuestra flora y fauna, es doloroso", comentó.
Las empresas locales no solo han sufrido pérdidas económicas, sino que también han visto cómo el esfuerzo de décadas por preservar su entorno natural se ha desmoronado en cuestión de días.
Cuchipe relató cómo él y otros miembros de su comunidad estuvieron en la primera línea de lucha contra el fuego desde el inicio del siniestro. "Ayer creíamos haber controlado algo, pero lamentablemente el viento y las condiciones climáticas nos jugaron en contra", comentó. Al día siguiente, el fuego ya había consumido gran parte del páramo, dejando poco margen de maniobra.
Para Oscar Monge, alcalde de Sigchos la situación es desesperante. "La plantación de mortiños sigue ardiendo. Ya calculamos más de 200 hectáreas afectadas. Esto representa pérdidas económicas enormes para las comunidades que dependen de este cultivo para su sustento", declaró.
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Leer másEl impacto no se limita a las empresas vinícolas, ya que el mortiño es también un ingrediente fundamental para la elaboración de la colada morada, un plato tradicional que se consume en todo el país durante el Día de los Difuntos.
Las autoridades locales, en colaboración con el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el Ministerio del Ambiente (MAE), están trabajando en una evaluación post-incendio para cuantificar con precisión las pérdidas y determinar las acciones a tomar. "Vamos a necesitar el apoyo del gobierno para ayudar a las comunidades afectadas", afirmó el alcalde, quien espera que las ayudas lleguen a tiempo para mitigar los efectos de esta catástrofe.
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