Fusarium: sin ayuda, el control se improvisa
Ecuador cumplió dos meses de alerta, desde que se confirmó el hongo en Perú, pero la capacitación y la asistencia no terminan de llegar a pequeños productores del país
“Lo único que conocemos del Fusarium Raza 4 que es muy letal y que acabaría con nuestra economía”, dice un poco desconcertado Marcelo Praderos, dueño de cinco hectáreas de banano en Machala. Tras dos meses de la primera alerta que se dio en el país, luego de confirmarse que el hongo está en Sullana (Perú), a solo 200 km de Ecuador, sigue sin conocer a ciencia cierta cuál sería el real alcance de sus efectos en el banano y el plátano y cómo es la forma efectiva de combatirlo.
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Leer másEn la zona se cree que el proceso de desinfección que aprendieron para contrarrestar al COVID-19 podría servir. Por ello, Praderos y otros agricultores improvisan: amonio para fumigar las llantas de camiones y alcohol en mano para los trabajadores. “Todo pagado desde nuestro bolsillo, porque acá no ha habido un técnico que venga a visitarnos”, dice.
Esta es la realidad que se vive en el campo cuando el fusarium, la plaga más letal del banano, se muestra amenazante. Paul González, presidente del Centro Agrícola de Machala, lo ratifica. Las pocas capacitaciones que se han hecho, dice, no son suficientes y no llegan a agricultores como Praderos que no están agremiados a alguna asociación. “El principal problema que tenemos es la falta de técnicos agropecuarios, para poder instruir a más de 8.500 productores, que en su mayoría tienen menos de 5 hectáreas de cultivos”.
Habla por el 41% de productores que están en El Oro, donde el riesgo por el hongo es más latente no solo por su cercanía, sino por la falta de límites entre cada finca, lo que haría que esta plaga se disemine con facilidad.
En El Carmen, Manabí, donde existen 6.000 pequeños productores de plátano, la situación, dicen sus mismos trabajadores, es más crítica. “Aquí, honestamente, nadie está tomando medidas, esa es la realidad”, dice Hubert Garzón, productor y exportador de plátano, quien teme que en su cantón se repita la misma experiencia que vivieron hace 8 años con el moko, la enfermedad que afectó a varios sembríos de verde, justamente por no aplicarse un control efectivo en la movilidad de carros y trabajadores que van de finca en finca, así como el traslado de semillas.
El fusarium fue detectado en Colombia en agosto del 2019, y en Perú, en abril de este año. Desde ese entonces gremios bananeros que representan a productores y exportadores han tratado de tomar las riendas del tema. Lo vienen haciendo con ayuda de las prefecturas y municipios para descentralizar las acciones y hacer que estas lleguen a los más de 18.000 productores que hay en el país. “En Santa Elena, de manera permanente nos estamos reuniendo con los bananeros para conocer los avances de las medidas que se aplican”, dijo Omar Núñez, técnico de la Prefectura. Sería terrible, añade, que la plaga toque las 3.545 hectáreas de esta provincia, una de las más nuevas en producción bananera.
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Leer másNo obstante, hasta que no se conozca un protocolo de acción, acá también se hace lo que se puede. Esto último preocupa a Juan José Pons, presidente del Clúster Bananero, pues improvisar en el control podría hacer que no se tengan resultados efectivos. “El fusarium no es lo mismo que la COVID. El fusarium no tiene fungicida, no tiene cura. Por lo tanto el trabajo radica en exclusión (aplicar circuitos de seguridad en cada finca) y una real prevención. No puede ser que la gente siga transitando entre una finca y otra para llegar hasta su casa. Cosas como esas hay que erradicar”. El hongo puede pegarse en los zapatos y finalmente radicarse en el suelo.
Los que aplican amonio, explica, deben saber en qué cantidad y con qué frecuencia lo hacen y, sobre todo saber qué hacer con esos residuos. Esto último es clave. Existen grandes y medianas bananeras que, bajo su capacidad, están invirtiendo en pediluvios para desinfectar las llantas de los carros, pero él se pregunta qué manejo se le da a eso. Un riesgo es que esas aguas residuales se desechen a los ríos o el suelo, algo contraproducente, pues este hongo es de suelo y ataca a las plantas desde su raíz.
En este momento, lo más importante es la concientización y la capacitación a los productores. Pero para eso se requiere presupuesto y buenos técnicos
Desde el Ministerio de Agricultura se asegura que Ecuador aún es libre de fusarium y que el plan de contingencia continúa con los monitoreos de vigilancia. Desde el 2018 hasta mayo del 2021 se han realizado 40.929 controles y se han tomado 125 muestras, todas negativas. No obstante, desde el sector se cree que eso no es suficiente y que el Gobierno debe dar prioridad a este tema con acciones técnicas. Para ello se requiere de más presupuesto y contratar a más especialistas. “En el 2019, cuando nos enteramos lo de Colombia, se dijo que se invertirían $14 millones, pero no se desembolsó ni un centavo”, dice Pons.
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Leer más- Han pasado dos meses de la primera alerta en Perú, pero la ayuda técnica no está llegando al pequeño productor.
- La tendrán pronto. En los próximos días informaremos un cronograma con fechas sobre las capacitaciones que se darán en territorio y de forma telemática...Apenas llevamos frente al Ministerio 16 días; sí, la alerta surgió hace unos meses, pero lo que no hizo la autoridad anterior no es responsabilidad mía y no lo voy a cuestionar. Estamos enfocados en fortalecer lo que se hizo y sobre todo en acercar nuestros técnicos a nuestros productores.
- Recién asumió, pero en campaña electoral llevan medio año con un plan de Gobierno. ¿Por dónde va la estrategia de ustedes?
- Continuaremos con el plan de contingencia y lo estamos fortaleciendo. Debo reconocer el interés de las prefecturas por este tema. Ha habido una corresponsabilidad de ellos y del sector privado. Ya he tenido una reunión con la banca privada y están interesados en crear líneas de crédito para atender este tema. Hay garantía de que pueda darse, espero que sea lo más rápido posible.
- ¿Cuál es el presupuesto de la cartera para impulsar el plan de contingencia?
- Con la ayuda de la cooperación internacional, los esfuerzos que hace la empresa privada, daré la garantía de que lograremos tener los recursos que le hacen falta al Estado. Darle una cifra sería irresponsable. Conocemos la situación económica que vive el Ecuador. Aún estamos dialogando con el Ministerio de Finanzas para poder tener recursos y direccionarlos a este tema...Pero aquí quiero hacer un llamado a la corresponsabilidad. No se trata que el Estado haga todo los esfuerzos para poder prolongar la llegada del fusarium, también le corresponde a nuestros productores informar cualquier novedad. Con temor eso hace que se queden callados y ahí no podremos hacer nada. Convoco a que nos acerquemos más al Ministerio, a Agrocalidad.
- Hay cuestionamientos por la salida del director de Agrocalidad. Se cree que se lo ha cambiado por alguien no técnico y que eso es un volver a empezar.
- El nuevo director de Agrocalidad es un hombre de mucha experiencia, sus estudios los ha hecho en esta área y hay que aclarar que su llegada no ha significado que tengamos que cambiar al personal técnico, el que se despliega por todo el país para tomar muestras. Ellos siguen. En ese sentido no hay cambios por el momento.
- ¿Se estudia alguna nueva variedad con mayor resistencia al hongo para replantar posibles cultivos?
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Leer más- En el Iniap no ha habido cambios, con ellos estamos investigando esa nueva variedad, pero eso toma tiempo, estamos teniendo cooperación internacional para poder garantizar que ese cultivo pueda resultar efectivo acá.
- ¿Tienen contacto directo y frecuente con las autoridades de Perú que han confirmado el hongo? ¿Qué se puede replicar acá?
- Entiendo que están iniciando procesos de siembra con nuevos cultivos. Esa es la alternativa que han encontrado, algo similar buscamos aplicar acá. El problema es que nuestra burocracia para importar variedades (de países como Israel) hace que el proceso se retrase. Quizás ha habido un poco de despreocupación en eso, pero nosotros lo estamos encaminando.