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Socios. Paúl junto a Carlos Narváez, sobre quien se apoyó para difundir la marca y sus bondades.Cortesía

Gel Tea, el emprendimiento que nació cuando estuvo
a punto de perder su riñón

Paúl Álvarez cuenta cómo inició su negocio, que hoy compite con marcas extranjeras del mundo deportivo

No recuerda cuán “gordito” era, pero era “muy, muy gordo”, dice, recordando cómo empezó su camino por la vida saludable y su emprendimiento. Ambos van de la mano. Hace siete años, cansado del sedentarismo y del volumen preocupante de su cuerpo, el quiteño Paúl Álvarez empezó a practicar crossfit, a la vez que dedicaba sus días a fabricar golosinas, bajo la marca Pauletas, para entregar a la firma Entredulces. El emprendimiento lo había iniciado siete años antes de este punto de inflexión.

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Con todo el empeño en bajar de peso, le dedicó mucho esfuerzo a la actividad deportiva. La reducción de medidas fue notándose poco a poco y el gusto por la práctica se intensificó. La disfrutaba. Pero después de un año, un chequeo médico le dio una bofetada a su entusiasmo. El sobreesfuerzo y el cambio drástico de su cuerpo, sumados a la falta de una adecuada asesoría para su alimentación e hidratación, le habían provocado, a decir del médico, un impacto grave sobre uno de sus riñones.

“El doctor me dijo que tenía que dejar de hacer deporte, porque el riñón estaba muy inflamado. Debía someterme a un duro tratamiento durante un año, que incluía dieta estricta, corticoides, hospitalización para control de la albumia, etc. Realmente estaba mal. Fue un momento muy difícil, había empezado a disfrutar de la vida saludable, estaba emocionado. Pero tenía que hacerlo para evitar la diálisis o, incluso, pensar en un trasplante. Me acuerdo claramente que ese día salí del consultorio y en el ascensor me vi al espejo y pensé en ponerme a llorar o en cumplir el sueño de hacer un Ironman (competencia que combina natación, ciclismo y natación). Desde ese momento, todos los días me repetía a mí mismo ‘estoy bien, estoy sano’”.

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Tras el año, la evaluación médica fue favorable. Y recibió la autorización para volver a hacer actividad física. Caminar, al principio. Con el tiempo pudo trotar, luego correr e ir aumentando la carga de esfuerzo. Incluso volvió al crossfit. Cada seis meses debía realizarse controles y no podía alejarse de una estricta dieta. Se puso en manos de una guía nutricional y de un entrenador. Fue cuando empezó a incluir los populares geles en sus jornadas de entrenamiento. Este complemento nutricional es muy utilizado ahora por los deportistas y en el mercado existe un abanico de marcas importadas.

Pero la ingesta de estos productos no le sentaba bien a Álvarez, volvían a causarle malestar y a hincharlo. Así que decidió usar su centro de producción de dulces, que había equipado con una inversión $ 300.000, y adaptarlo a la nueva idea de fabricar un gel hecho por ecuatorianos para la biología deportiva ecuatoriana. Con su experiencia de manejo de azúcar por años, tenía la base sobre el uso de los hidratos de carbono.

A lo largo de tres años este ingeniero comercial, con especialidad en Marketing y Ventas, y certificado en manipulación de alimentos y gestión de procesos (Buenas Prácticas de Manufactura, BPM), realizó un sinnúmero de análisis, pruebas y validaciones. Hasta que el año pasado nació finalmente Gel Tea, un gel de guayusa energético, único en su especie.

Un giro en la producción

Con siete colaboradores en su planta en Quito arrancó la producción. Pero la parte más compleja era cómo darlo a conocer. En este punto se sumó a la aventura Carlos Andrés Narváez, para armar la estrategia de difusión de las bondades del nuevo producto. Y el trabajo ha sido llegar a comunicar persona por persona, deportista por deportista. Álvarez y Narváez llegaban a los puntos de la ciudad donde sabían que había gente entrenando, pedían autorización a los entrenadores y daban breves charlas sobre Gel Tea, además de regalar sobres para que los probaran.

Paulatinamente fueron dándose a conocer en este ecosistema deportivo. Ingresaron como auspiciantes en varias competencias atléticas y, hoy, es una de las marcas de geles más reconocidas. “Uno de los desafíos más grandes ha sido que la gente crea en el producto ecuatoriano, ya que muchos prefieren los que llegan de afuera, porque no confían. Pero hemos empezado a ganarnos la confianza y competir con marcas mundialmente famosas en complementos nutricionales. Y ahora ahí estamos, al lado de todas estas, y somos orgullosamente ecuatorianos”, sostiene Narváez.

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A lo largo de este año de operaciones, el emprendimiento ha producido 100.000 geles, y se lo puede encontrar en 92 puntos de venta a escala nacional. Su objetivo para el segundo año es duplicar la producción y llegar con la estrategia a la Costa. “Para mí, Gel Tea es más que una marca, es una comunidad que ama la vida saludable, que disfruta de entrenar o hacer cualquier tipo de deporte. Estoy feliz, satisfecho, estamos dejando huella”, expresa Álvarez, mientras comenta lleno de alegría que cruzó la meta del Ironman, su sueño. “Podemos llegar a cumplir cosas que no podíamos ni imaginar”.

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