Más hambre por productos artesanales, sin químicos
Se multiplican los negocios que ofrecen el alimento fresco. La venta es por chats o por redes y también por los supermercados
Panes de yuca, bolones, tortillas de verde, de maíz o de yuca y empanadas preparadas por pedido para ser cocinados en casa es la oferta de algunos emprendedores y miniempresas, que buscan diferenciarse de la competencia. Para ellos, no usar conservantes ni químicos les marca una preferencia.
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Un estudio de Kantar habla sobre la tendencia de este consumo. El 42 % de los hogares ecuatorianos tienen entre sus prioridades el tema salud y por eso buscan consumir menos alimentos procesados, prefiriendo aquellos sin colorantes ni conservantes.
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Leer másLa estrategia para vender es formar una comunidad, ya sea mediante redes sociales o chats de vecinos, para ofrecer los productos, que se preparan solo por pedido. Así el cliente puede disfrutar de la frescura que ofrece un alimento que se hace con ingredientes naturales y no tiene meses congelado.
Un ejemplo de ello es el negocio de María Tapia, quien ha formado una comunidad con quienes viven en La Joya. La idea de crear su marca, llamada Bon Gou y T, surgió porque el dinero no alcanzaba para cubrir todos los gastos familiares.
“Al inicio mi esposo era el encargado de rallar el verde y la yuca. Alcanzábamos a hacer unas 20 bandejas en un día. Ahora que compramos un molino eléctrico hacemos 80 bandejas”, le contó Tapia a Diario EXPRESO.
Un día antes, mediante el WhatApp, los vecinos hacen los pedidos. La bandeja con cuatro tortillas la ofrece a 2,50 dólares.
La receta que usa Tapia es especial. “Es de mi abuela, quien trabajaba en un hotel cinco estrellas como auxiliar de cocina. Ella compartió su receta familiar donde trabajó hasta jubilarse. Ella ya no está entre nosotros, pero su sazón y sus recetas se prueban en las tortillas que vendemos”.
Otro ejemplo de emprendimiento de este tipo es el de Ricardo Torres, quien lo inició en marzo de 2020. Su marca, RickyZimo, elabora 13 productos, entre panes de yuca, bolones y tortillas.
Torres considera que desde que ocurrió la pandemia, más personas están interesadas en comer sano, a pesar de que ya no hay tanto tiempo como antes para estar en la cocina; entonces la mayoría busca alimentos que estén listos para llevar al horno o para freír, y además sin productos químicos.
“Aquí la idea es mantener los sabores naturales. Por ejemplo, nosotros tenemos una bandeja de 4 bolones con longaniza que cuesta 6 dólares, o tortillas con una variedad de proteínas, y lo más importante es que no usamos conservantes. Este negocio lo empecé con mi esposa y ahora damos trabajo a tres personas”, manifestó.
Aquí también el alimento sale desde la línea de producción directo al hogar de la persona que lo solicita.
Un tercer ejemplo es Productos Manabita Don Pablo, negocio con ocho años en el mercado y que desde hace tres años abrió la opción de llevar las tortillas y panes para preparar en casa. Según su propietario, Juan Pablo Sánchez, en ese tiempo la venta subió en un 70 %. “A mi negocio vienen turistas que llevan el producto para Estados Unidos y Suiza, para consumo personal”, explicó Sánchez.
El común denominador de estos tres emprendimientos es que venden directamente. Los dos últimos se promocionan abiertamente en las redes sociales. Aunque otras marcas ya han dado un paso más y están en los supermercados.
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En los autoservicios el abanico de opciones se abre más. Allí hay quimbolitos, muffines, humitas, tamales y hayacas. Claro, para poder estar en esas perchas no solo se debe tener una marca registrada, sino también los permisos sanitarios que otorga la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa).
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