La impresión en 3D llega a la construcción
Levantar un edificio por capas es más rápido, más limpio y permite ahorrar. En España estas iniciativas abren brecha.
Desde hace algunos años es posible encontrar en el mercado impresoras 3D de todo pelaje.
Las hay enfocadas al sector de la medicina, donde se utilizan para crear prótesis o implantes; o al del transporte, donde se destinan a fabricar piezas de automóviles y aeronaves. Sus aplicaciones, muchas todavía inexploradas, van en aumento y abarcan progresivamente más campos.
Esta técnica, que empezó a esbozarse en los años 80 y que hoy ha avanzado mucho, ofrece un par de ventajas fundamentales respecto a los métodos tradicionales de elaboración de piezas: permite ahorrar en tiempo y materiales.
Los procesos habituales de fabricación sustractiva implican desechar una gran cantidad de materia prima para obtener el resultado final. Construir una silla de madera, por ejemplo, requiere descartar buena parte del tronco del árbol.
En cambio, la impresión en 3D, basada en la fabricación aditiva, convierte un kilo de materia prima en un kilo de producto. Sin desperdicios.
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Leer másEsta eficiencia no ha pasado desapercibida en el sector de la construcción, donde la impresión 3D ha dado un salto cualitativo en los últimos años y adquiere cada vez más protagonismo. Todo indica que, unida a la digitalización, a la progresiva industrialización del campo y a la aparición de nuevos materiales, podría convertirse en un elemento clave en la edificación del futuro.
La start-up valenciana Be More 3D, fundada en 2015 por cuatro jóvenes egresados de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Edificación de la Universidad Politécnica de Valencia, firmó el año pasado la primera casa impresa en 3D de España. Utilizó para ello el dispositivo BEM 1 PRO, una gran impresora de siete metros de ancho y cinco de alto.
“Es una máquina diseñada desde sus orígenes para trabajar en obra, ampliable, versátil y de fácil montaje y manejo, sin necesidad de grúas”, afirman sus creadores, Vicente Ramírez, José Luis Puchades, Joaquín Martín y José Guillermo Muñoz. “Con tres operarios, se puede ensamblar en tan solo tres horas y transportar en una furgoneta”.
Con esta impresora, Be More 3D fue la primera empresa española en construir una casa in situ con una impresora 3D, un piloto de 24 metros cuadrados con muros estructurales de 15 centímetros de espesor, impresos con hormigón armado y fibras, algo novedoso, puesto que otras máquinas 3D solo permiten la impresión de piezas lejos de obra y obligan luego a transportarlas hasta allí.
No es el único hito alcanzado por Be More 3D. La empresa acaba de hacer historia también en África, donde ha firmado la primera vivienda 3D del continente en el certamen Solar Decathlon Africa 2019, en Marruecos. Únicamente necesitó 12 horas para rematar sus 32 metros cuadrados.
Además de la posibilidad de fabricar estructuras de gran tamaño, la impresión 3D orientada a la edificación permite reproducir con precisión elementos de formas geométricas complejas previamente diseñados por ordenador, además de personalizarlos. Esto podría desencadenar una revolución estética en la construcción del futuro.