Inmobiliarias ‘reconstruyen’ la oferta de crédito para viviendas
En alianza con los bancos se busca destrabar el proceso de financiamiento. El fin es reactivar el sector
El sector de la construcción busca alternativas para reactivar la ejecución de proyectos inmobiliarios, y en ese sentido anuncia la creación del plan Construyamos Juntos, que apunta a reformar el sistema hipotecario.
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Leer másJoan Proaño, arquitecto y vicepresidente de Constructores Positivos, habló de las dificultades de financiamiento que viene atravesando el sector: no solo dejaron de contar con los créditos que otorgaba la Corporación Financiera Nacional (CFN) sino que ahora las condiciones del mercado plantean más trabas para el constructor y el mismo cliente. Implica cumplir más requisitos para calificar.
Por ello, explicó, en alianza con los bancos intentan dar más flexibilidad al sistema, basados en el modelo Bien Futuro que se aplica en Perú, el cual ha cambiado de manera radical al sector de la construcción, mejorando procesos en la compra y venta de viviendas, “multiplicando así las operaciones hipotecarias casi por seis”.
En Ecuador ese proyecto se denomina Construyamos Juntos y regirá a partir del próximo martes, 19 de marzo. “En principio, el proyecto piloto se hará con el Banco Pichincha y posteriormente ya se podrá aplicar en toda la banca privada, que ha mostrado gran interés por el producto”, aseveraron voceros de este proyecto.
Hoy en día, explicaron, uno de los principales problemas del negocio inmobiliario ecuatoriano es la falta de crédito a constructores. El contexto global, marcado por el incremento de tasas, expone al constructor a acceder a una línea de crédito cara, lo que a su vez vuelve más costoso el proyecto y por tanto eleva el precio de las viviendas.
Otro problema del mercado es que los proyectos pueden llegar a atrasarse entre seis y ocho meses, lo que impide que las constructoras reciban el 100 % del costo de la casa hasta terminar la edificación. O que el proceso de obtención de hipotecarios para los clientes se haga al final, cuando se termina la obra, tiempo en el que muchas personas dejan de ser sujetos de crédito por sobreendeudamiento o que la falta de un fideicomiso no proteja al comprador, porque aún existen proyectos que no cuentan con un fideicomiso.
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Hoy en día, el cliente que toma un crédito tradicional debe cancelar la entrada a lo largo de la construcción, pero el precio de venta es sin descuento. Con el plan, el comprador que reciba el crédito Construyamos Juntos pagará únicamente el valor de la entrada durante la construcción del proyecto. El crédito lo toma desde el día que se declara el punto de equilibrio del proyecto (cuando se logra la meta mínima de venta), y los desembolsos parciales que se hacen por avance de obra irán a la cuenta de un fideicomiso. Sin embargo, los intereses que por ese crédito genere los asumirá la constructora, de tal forma que esto abaratará los costos y hará que el cliente empiece a pagar al banco en el momento que recibe efectivamente la propiedad. También se plantea que el desembolso del crédito se haga en máximo 45 días de la finalización de la obra. En la actualidad se registran atrasos de hasta 8 meses.
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“Este programa permite que los constructores que no tienen acceso a financiamiento puedan tener el crédito, a través de una correcta gestión de ventas y la utilización de un fideicomiso integral inmobiliario, en el cual interviene un banco que le presta por avance de obra directamente al fideicomiso en nombre de los compradores de las viviendas”, detalló a Diario EXPRESO Daniel Elmir, CEO de Elmir Grupo Inmobiliario y miembro de Constructores Positivos.
Pero no es la única estrategia que se impulsa para mejorar los resultados del sector, que el año pasado vio caer la reserva de casas en un 19 %. Hace unas semanas atrás, Constructores Positivos entregó al Ministerio de Vivienda una propuesta de alianza con el Estado, para acceder a terrenos públicos y con ello abaratar el costo de las viviendas. El tema está en análisis. El objetivo, dicen, no solo apunta a mejorar las ventas. Sino a reducir el déficit habitacional, que bordea las 500.000 unidades, además de reactivar con ello el empleo.
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