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Ecuador+Inversión extranjera+Mercado
Imagen referencial.archivo / Expreso

Las inversiones fantasmas que nunca llegan a la economía

En el 2023, la Inversión Extranjera Directa cayó 57,6 %. El arribo de capitales no pasa de una ilusión

Cada uno de los gobiernos en este siglo, a su turno, ha anunciado con bombos y platillos el ingreso de miles de millones de dólares en capitales a la economía ecuatoriana a través de supuestas ofertas de grandes financistas extranjeros o naciones desarrolladas, que durante las giras oficiales, presidenciales o ministeriales (de nuevo, supuestamente) se comprometieron a inyectar su dinero. Esta dinámica se ha hecho común, siendo la oportunidad perfecta para lanzar la ‘buena noticia’ de la llegada próxima de enormes cantidades de recursos para activar la economía y dinamizar el empleo. Sin embargo, la realidad que muestran las cifras oficiales es demoledora.

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En el 2023, según datos del Banco Central del Ecuador (BCE), la Inversión Extranjera Directa (IED) cayó 57,6 % respecto al 2022, al cerrar en 372 millones de dólares, es decir 507 millones menos. El cierre del año pasado es el más bajo desde el 2011.

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Una situación compleja y preocupante, si además se toma en cuenta que los flujos de capitales hacia los países de América Latina se han mantenido en el orden de los 210.000 millones de dólares    en los dos últimos años, conforme los números manejados por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, según sus siglas en inglés). Es decir, Ecuador captó apenas el 0,17 % de todo ese volumen de dinero que circuló en la región.

Para Marcelo Bodero, presidente de Bodero & Asociados, empresa encargada de dar asesoría empresarial en temas de inversión, la dinámica del país a lo largo de la historia ha marcado el pobre ritmo de atracción de inversiones, “debido a múltiples factores. Primero, la inseguridad física. Segundo, la inseguridad jurídica”.

Bodero, defensor de las Alianzas Público-Privadas (APP), apunta también al modelo fallido que por años se viene implementando para atraer recursos. Lamentablemente, dice, el Estado no ha sido capaz de promover inversiones con sus activos públicos. “Esos activos, que son inmensos, debían y deberían trasladarse al sector privado en modelos de operación, no en uno de entrega de propiedades (privatización). La IED no viene masivamente porque Ecuador es un mercado pequeño, por lo que los grandes activos y las grandes inversiones privadas deben estar en aquello que el Estado no hace bien, por ejemplo en los sectores estratégicos, en los bloques petroleros, en el gas natural. Allí es donde deben venir los grandes flujos de capital. Ese es uno de los grandes problemas de por qué no se rompe la inercia”, argumenta.

Añade que la falta de incentivos es otra limitante que impide que los inversionistas lleguen. “Hay que ver los ciclos de la economía. Hace unos años estos eran potentes, hoy ya no tanto. En un país tan costoso se necesita que esos incentivos sean mayores. Actualmente son menores de lo que eran hace unos tres años, no se diga hace ocho años. Una solución sería incentivar fuertemente la inversión pública con recursos privados, a través de alianzas estratégicas”.

En un país tan costoso se necesita que esos incentivos sean mayores.

Marcelo Bodero

Experto en inversiones

De ahí que los logros anunciados en los gobiernos de turno hayan sido meros anuncios. Ejemplos sobran. En el 2014, el expresidente Rafael Correa, durante su visita a Catar, afirmó que ese país estaba interesado en invertir 1.000 millones de dólares en Ecuador en proyectos inmobiliarios y turísticos, además de sus “grandes” intereses en el ámbito petroquímico y de gas. Un año antes había estado en Rusia y también fue optimista ante las posibles millonarias inversiones.

Durante el mandato de Lenín Moreno (2017-2021), en cambio, cada regreso de un viaje del exterior estaba marcado por el ‘espaldarazo’ de los inversionistas. En esa línea, informó sobre 4.000 millones de dólares en nuevas inversiones por parte de empresas multinacionales y locales, como parte de lo que se calificó como “un hecho histórico” que generaría miles de puestos de empleo. El discurso tomó mayor fuerza en el gobierno de Guillermo Lasso, que bajo el lema de “Más Ecuador en el mundo y más mundo en el Ecuador” anunció la firma de contratos que superaban los 5.000 millones.

Pero mientras esas cifras quedan en promesas en Ecuador, otros países como Perú le llevan la delantera, dando lecciones sobre la captación de capitales frescos. Según la Agencia de Promoción de la Inversión Privada (Proinversión), ese país cerró el 2023 con más de 30.172 millones de dólares en inversiones. Santiago Carranco, docente de la Escuela de Relaciones Internacionales de la UIDE, lo atribuye a la capacidad que tienen otros mercados para transformar el capital, para “convertir cuero en zapatos o asignar propiedades financieras a los minerales”. A ello se suma el entorno económico, que promete la recuperación de capitales y mejores rentas.

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Foros. Durante la administración de Guillermo Lasso se realizó el muy promocionado primer Foro de Inversiones, en el que se presentó un portafolio de 50 proyectos públicos. El objetivo era atraer capitales por un total de $ 30.000 millones, en cuatro años, para impulsar proyectos como la hidroeléctrica Santiago o el viaducto sur en Guayaquil.

Actual Gobierno. El actual presidente Daniel Noboa no se queda atrás. Del viaje a España, a inicios del 2024, se anunció que $ 500 millones de inversión directa de ese país tomaban forma para impulsar energía eólica, solar e hídrica. En marzo aseguró la concreción, en Canadá, de seis contratos por $ 4.800 millones para actividades mineras.

Empleo. Tampoco se concretaron los miles de puestos de trabajo ofrecidos por la ‘avalancha’ de inversiones que llegarían. Según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), a abril del 2024 la tasa de empleo inadecuado (subempleo, empleo no remunerado y otro empleo no pleno) llegó al 62,9 %.

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