Inversores y gremios, aún contagiados de escepticismo

Las medidas parecen insuficientes y de corto plazo. Así han tomado actores de los mercados internacionales y analistas económicos las medidas económicas anunciadas por el presidente Lenín Moreno para afrontar la complicada situación económica agudizada por el desplome del precio del petróleo.

Las medidas son producto de la necesidad que tuvo el Gobierno de generar ahorros e ingresos adicionales equivalentes a los ingresos perdidos a causa del menor precio del petróleo, aseguró Miguel Ricaurte, economista jefe para la región andina del banco Itaú.

“Los nuevos ingresos demandarán ir a la Asamblea y por lo tanto podrían tomar algún tiempo en materializarse (...) Los ahorros en gastos corrientes y de capital podrían implementarse rápidamente, algo que está por verse”, dijo Ricaurte.

¿Cuál ha sido la respuesta de los mercados internacionales? Kevin Daly, gerente sénior de Inversiones en Aberdeen, un fondo de inversión de Inglaterra, aseguró a EXPRESOque la respuesta no fue buena. Daly cree que existe una creciente preocupación por el incumplimiento en el pago de la deuda, y todos los bonos de países petroleros continúan siendo golpeados.

Daly sostuvo que se necesita un repunte en el apetito por bonos más riesgosos, un repunte en los precios del petróleo o que en Ecuador se aprueben las leyes económicas relacionadas con temas fiscales y monetarios, lo cual permitiría que el Fondo Monetario Internacional (FMI) realice los desembolsos pendientes. Solo el último parece posible, pero no hay garantía, dijo Daly.

Los mercados tienen muy poca confianza en que el Gobierno podrá impulsar estas medidas en la medida necesaria para compensar la caída del precio del crudo, indicó a EXPRESOun estratega sénior de bonos de mercados emergentes de un importante banco global en Nueva York (Estados Unidos).

¿Qué impacto pueden tener las medidas en la economía? Según el economista de Itaú, de implementarse las acciones se vería una mejora en las cuentas fiscales y, posiblemente, en las cuentas externas también (puesto que parte del menor gasto público se verá reflejado en menores importaciones).

Considerando la magnitud del ajuste, que implica restricción de la política fiscal por algo cercano al 2 % del PIB, Ricaurte añadió que el crecimiento caerá y no se descarta un escenario recesivo, con el desempleo al alza.

Casa adentro, desde el sector productivo las medidas anunciadas se observan con cautela, sobre todo aquellas que sí podrían afectar parcialmente la liquidez de las empresas, como el incremento del 0,75 % de las retenciones en la fuente del Impuesto a la Renta (IR). Si bien estos valores sirven de crédito tributario, un aumento podría mermar la caja chica de cualquier empresa, ya afectada por la situación económica actual.

José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA), sostuvo que la expectativa ahora es ver la manera de que estas medidas se apliquen. “Se hablaba de dejar por fuera al sector exportador, pero sucede que la cadena exportadora está conformada por un número importante de productores. En la medida en que se afecta la liquidez del productor, el exportador no tiene cómo recuperar esa liquidez que hoy ya está bastante afectada por los problemas derivados del coronavirus”, argumentó Camposano, quien habló de los problemas de rentabilidad que enfrenta su sector, debido a un menor pago ($ 1 menos por kilo de producto) y los mayores costos logísticos.

Eduardo Egas, director de la Corporación de Promoción de Exportaciones e Inversiones (Corpei), aprueba las medidas tomadas, sin embargo enfatizó en la necesidad de cambios estructurales para el país. “En medidas que nos den una mayor solución. Tenemos tanta riqueza, por ejemplo la riqueza que subyace en la minería y que quizás explotándola bien podamos pagar toda la deuda externa. Tenemos para cubrir los ingresos que generaba el petróleo, pero para ello hay que tomar una decisión”.

La misma voluntad, manifestó Egas, se requiere en la política fiscal. “Por muchos años venimos pagando 3.000 o 4.000 millones de dólares en subsidios y no los hemos resuelto. Tenemos también reglamentos que en la actualidad hacen casi imposible una menor disminución del gasto público”.