Caterina Bertolini: “Italia trabaja para reequilibrar su balanza comercial con Ecuador”

Tras cinco años de vigencia del acuerdo comercial entre Ecuador y la Unión Europea (UE), Italia se propone mejorar los resultados que este convenio deja a su favor, promoviendo un mayor consumo de productos de origen en suelo ecuatoriano. Una estrategia que sirve de ejemplo también para el país y que podría significar una oportunidad para fortalecer la relación comercial.

- ¿Cómo valora usted los resultados conseguidos en cinco años de acuerdo?

- Vemos que ha tenido un impacto positivo en términos de comercio bilateral y Ecuador es el que mayor ventaja ha podido sacar de este acuerdo. Tiene una balanza positiva a su favor ($ 312 millones el año pasado), mientras que para Italia el volumen exportado se ha mantenido en la misma tendencia. De parte de Italia tenemos mucho por hacer para reequilibrar eso, no solo por el lado de la balanza sino en todo lo que involucra el acuerdo: promoción de actividad productiva, temas de propiedad intelectual, introducción de ciertos productos.

- ¿Qué actividades se realizan?

- Hasta el 28 de noviembre estaremos realizando la    sexta edición de la Semana de la Cocina Italiana en el Mundo, que organiza el Ministerio de Relaciones Exteriores para promover por un lado los productos italianos, la    cocina, nuestra forma de preparar los alimentos, el consumo de nuestro vino, el aceite    de oliva; en resumen, la manera de alimentarse y de vivir de los italianos... Esto que estamos haciendo es promover    la oferta de productos de nicho. No se trata simplemente de impulsar una feria gastronómica, es    utilizar la comida para promocionar nuestros territorios,    el turismo, nuestra producción sostenible. En un mundo globalizado es importante tener y aprovechar productos que    solamente se encuentran en ciertos lugares. No es fácil el tratar de producir y comercializar la oferta que ya se repite en muchos países. Es mucho mejor apuntar a algo que sea muy propio.

- En ese sentido, ¿qué potencial también tiene Ecuador?

- Las exportaciones ecuatorianas que llegan a Italia siguen siendo muy primarias.    Con Ecuador habría que desarrollar un poco más la diversificación, en ese sentido hay mucho por hacer. Italia aprecia cada vez más el saber de dónde vienen los productos si se asocian a un lugar    geográfico, a un destino turístico, saber cómo se producen. En eso se podría trabajar un poco más.

- Lleva dos años viviendo en el país. Cuando hablamos de potenciales exportaciones, ¿dónde está la oportunidad en ese sentido?

- Acá hay muchas semillas,    cereales, frutas que cada vez se consumen mucho más a nivel global... Se podría trabajar en la oferta de tejidos, en las artesanías que tienen, pero a estas habría que darle más diseño, hacer que sean mucho más bonitas, atractivas. Esto    podría ser un camino muy importante de intercambio con Ecuador. En un inicio, trabajar en productos de nicho no implica hablar de grandes proporciones, pero sí    es algo que serviría para fomentar más este intercambio.    Pero trabajar en nicho de productos implica mucho más. Una política comercial del gobierno italiano es proteger intelectualmente los productos de ciertos territorios, que    tienen cierta marca precisa. Cuidar la tutela del nombre, la propiedad intelectual, que también constan en el acuerdo comercial firmado con Ecuador.

- ¿Por qué es importante hacer que se respete la propiedad intelectual?

- En nuestro caso, la cocina italiana es muy amada y muy imitada en todo el mundo. Por un lado eso es muy bueno porque significa que hay un amor hacia nuestra gastronomía, pero por otro lado una imitación induce un poco al consumidor a un error sobre lo que realmente son los productos italianos y que finalmente se traduce en un daño económico comercial para el país. Por eso tenemos una política de luchar contra la imitación de lo que parece italiano pero no lo es.

- En ese sentido, ¿qué mejoras hay que aplicar?

- Italia confiere mucha importancia a los temas de propiedad intelectual y, en ese sentido, es valioso para nuestras empresas saber que, si    van a comercializar sus productos en Ecuador, existe un marco legal que garantizará el respeto de estas normas. Es    evidente que muchos productos italianos poseen una denominación de origen o indicación geográfica, que garantiza la autenticidad de los productos, elaborados bajo métodos tradicionales en las áreas determinadas de cada uno. Entendemos que existe la voluntad de las autoridades ecuatorianas para defender los derechos de propiedad intelectual. No obstante, se deben realizar mejoras en este aspecto, así como en los procesos relacionados con (el trámite de) importaciones de productos agroalimentarios, vinos y demás bebidas alcohólicas para su comercialización en el país.

- En cuanto a los trámites, ¿qué dificultades han hallado?

- Uno de los principales obstáculos para las empresas extranjeras son los excesivos trámites administrativos, sobre todo en el sector alimenticio. En muchos casos se requieren varios procesos para un mismo producto, lo cual encarece el valor del mismo, ya que en ocasiones resultan onerosos. Adicionalmente el tiempo que demora hasta su aprobación también representa una barrera, ya que puede tomar días, semanas o meses.

- ¿Eso sucede con la importación de vinos?

- En el caso de los vinos italianos, varias empresas han reportado dificultades al obtener un registro sanitario. Por eso la introducción del vino italiano (tras el acuerdo) ha avanzado muy lento... En el aspecto fiscal, identificamos una excesiva recarga de impuestos a estos bienes, especialmente con ICE ad valorem, lo cual encarece las botellas de calidades media-alta que llegan al país. En ese sentido requerimos una mayor comprensión por parte de las autoridades para hallar soluciones... La homologación de procesos administrativos podría trabajarse. Un trámite vigente en Italia podría ser utilizado en Ecuador y viceversa, permitiendo que seamos mucho más eficientes.

• MÁS DE ELLA. 

Es la embajadora de Italia en Ecuador desde el 2 de diciembre de 2019. Es licenciada en Derecho por la Universidad de Florencia. Su carrera diplomática la inició en 1990, año en que empezó a ocupar diversos cargos en el exterior, principalmente en América Latina, en países como El Salvador, Colombia, Perú y Venezuela.