La lluvia
Aguacero. Una foto referencial de un día de lluvia en Babahoyo, en la provincia de Los Ríos.Archivo/Expreso

Perspectivas 2025: ¿Podrán las lluvias asegurar energía constante en Ecuador?

Especialistas en meteorología e ingeniería analizan el pronóstico de lluvias para inicios de 2025

En los últimos años, la generación hidroeléctrica se ha convertido en el pilar de la matriz energética ecuatoriana. Sin embargo, tras los eventos de racionamiento vividos en 2024, surge una pregunta clave: ¿bastarán las lluvias para garantizar un suministro ininterrumpido de energía en 2025? Dos voces especializadas, desde la meteorología y la ingeniería eléctrica, comparten su visión y anticipan los retos que enfrenta el país en este ámbito.

Te invitamos a leer: Un banano resiliente pese a los obstáculos logísticos y climáticos de este 2024 

De acuerdo con Madelyn Enríquez, analista de Pronóstico y Alertas Meteorológicas del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI), las perspectivas de lluvia para el inicio de 2025 se mantienen favorables. Según sus estimaciones, “por el momento, lo que se ve es que las primeras semanas de enero todavía vamos a tener presencia de precipitaciones, en especial esta primera semana. Todo se espera que sea intenso abajo en el sur (…) y aquí sí va a haber un aporte en esta semana y la próxima”, comparte a este Diario.

Migrantes

Migrantes: El sueño se volvió pesadilla

Leer más

La especialista enfatiza que el pronóstico meteorológico es más certero en lapsos cortos, por lo que el INAMHI continuará monitoreando la evolución de la atmósfera y la dirección de los vientos. Enríquez detalla que el país está influenciado por varios sistemas que condicionan su clima, como el ingreso de masas húmedas desde el sur y el norte, la presencia de ondas tropicales, la zona de convergencia intertropical y la dinámica de la cuenca amazónica. Sobre la Sierra y la Amazonía, explica que sus estaciones han registrado niveles de precipitación que se ajustan a lo esperado o superan los promedios habituales de diciembre, mientras que el Litoral presenta un ligero déficit en ciertas estaciones, pero sin salirse demasiado de la normal.

Por su parte, Marco Acuña, presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos del país, señala que, si bien las lluvias podrían beneficiar la generación hidroeléctrica, el sector eléctrico ecuatoriano enfrenta aún serias limitaciones de infraestructura y mantenimiento. En su análisis, la demanda de energía no ha aumentado de manera significativa, en parte por la desaceleración industrial, pero la baja confiabilidad de algunas centrales y el rezago en el mantenimiento de la infraestructura térmica constituyen un riesgo. Según su testimonio, “estamos alrededor de demandas máximas de 3.500 MW (…) Esto también porque el sector industrial está en un apagón industrial. (…) Todavía no se logran incorporar ninguna de las contrataciones realizadas, a excepción de la barcaza, de 100 MW, y lo único que se ha incorporado son 8 MW que, a modo de prueba, están entregando en la toma”.

También puede leer: Los carros más vendidos en Ecuador durante el 2024

Acuña subraya que los proyectos hidroeléctricos existentes han sostenido la matriz hasta el momento, aunque persisten vulnerabilidades, en especial si las lluvias disminuyen y la capacidad de embalse se reduce. El parque térmico, que debería operar como respaldo en caso de escasez de agua, no ha sido completamente recuperado. “El resto del parque térmico sigue sin terminarse de recuperar. Apenas estamos recuperando alrededor de 250-300 MW de un total de los 2.100 MW que el país puede comprar con el parque térmico (…) Lo que se menciona reiteradamente es terminar y hacer el mantenimiento del parque térmico, que es una infraestructura que el país ya invirtió y debería recuperarse”.

La urgencia de actuar sobre tres frentes principales

Para el especialista, es urgente que se actúe sobre tres frentes principales: dar mantenimiento y rehabilitar las centrales térmicas, concretar de manera más eficiente los contratos para incorporar energías eólica y solar, y gestionar óptimamente los embalses mientras se moderniza el sistema de transmisión y distribución.

En este contexto, las conclusiones apuntan a que el pronóstico del INAMHI indica un inicio de año con fuertes precipitaciones, especialmente en la región Sur y en la Sierra, lo cual beneficia la recarga de embalses y podría reducir la presión sobre la generación eléctrica. No obstante, la variabilidad climática exige un monitoreo permanente, pues factores como El Niño o La Niña pueden modificar el panorama con rapidez. De igual forma, las centrales hidroeléctricas han sido claves para cubrir la demanda nacional, pero la limitada disponibilidad del parque térmico y la demora en la entrada en operación de nuevos proyectos elevan el riesgo de cortes si se presentan períodos de sequía o problemas en la infraestructura.

¿Te gusta leer Diario EX´PRESO? TE PUEDESE SUSCRIBIR AQUÍ