Locales cierran por apagones, bajas ventas y las extorsiones
Las pérdidas por apagones en el comercio son de 1.585 millones de dólares. Los clientes compran menos. En boga los sachets
Los apagones han generado un impacto en el comercio, especialmente en las tiendas de barrio, donde la interrupción del suministro eléctrico afecta de manera crítica el funcionamiento diario. Las pérdidas estimadas en el comercio, a nivel nacional, al 4 de noviembre de 2024, ascienden a 1.585 millones de dólares, dice a Diario EXPRESO Miguel Ángel González, presidente de la Cámara de Comercio de Guayaquil.
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González precisa que todavía no tienen cuantificado los cierres de negocio, “pero es evidente que las tiendas de barrio, que dependen de sistemas básicos de refrigeración, enfrentan desafíos adicionales para mantener su operación y evitar pérdidas”, indica.
Desde la Federación de Cámaras de Comercio del Ecuador, su presidenta Mónica Heller, también da cifras que son pruebas de cuán crítica es la situación para los comercios especializados en alimentación. “En el mes de septiembre y con mayor intensidad en octubre han tenido una pérdida entre 40 % y 50 % de sus ventas, al no poder atender sus establecimientos en los horarios de los cortes de energía eléctrica”, dice Heller.
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En un recorrido de Diario EXPRESO por Urdesa, Miraflores, calles 17, calle Tungurahua y Ernesto Albán se contaron 20 locales cerrados y con el letrero que dice: se alquila.
La afectación es triple
Sin dar sus nombres, por el pánico por el nivel de inseguridad, un dueño de una tienda de barrio en Urdesa cuenta que ellos tienen una afectación triple: apagones, baja venta y extorsiones. En los últimos días se han dado secuestros a dueños de tiendas de barrio, en el último caso un hijo murió abaleado por evitar que rapten a su mamá.
“Mis ventas han bajado en un 40 %, aquí de alquiler tengo que pagar 450 dólares y de energía eléctrica me salió solo 40 dólares menos, pese a no tener energía por 10 horas, la planilla salió 260 dólares. No me alcanza el dinero para pagar y a esto se suman las extorsiones, los delincuentes piden 3.000 dólares al mes. Los delincuentes viven en una fantasía, no se dan cuenta que estamos quebrados, tres de mis colegas de esta zona ya cerraron”, cuenta el dueño de una tienda de barrio.
Otro propietario señala que ha dejado de vender pescado y que pide el pollo y los embutidos a diario, por el temor de que se dañen. En efecto en ese momento llegó una cliente, Gladys Cantos, que dio testimonio de que ahora compra a diario y menos. “No hay el dinero de antes, por eso compro menos y a diario para que no se me dañe la comida por falta de luz”, dice.
Lo que menos se compra
Entre los alimentos que se están vendiendo menos están los embutidos. “Evito comer ahora jamón, mortadela y chorizos, porque no tengo dinero y porque se me pueden dañar al no tener la refrigeración constante. Entonces en tiempo de apagones toca comer el pan sin queso y sin jamón. Al no comprar esto al mes me ahorro 20 dólares”, indica Carlos Meza, cliente.
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Leer másSi hay el dinero prefieren comprar una funda de jamón que cuesta 1 dólar y sirve para el desayuno de un día, a comprar el kilo que más o menos está a 15 dólares. Y es que en forma general se compra los empaques más pequeños, los que años anteriores salieron al mercado como una solución a la crisis económica, los denominados sachets, que son envases pequeños, herméticos y descartables.
Los dueños de las tiendas también cuentan que también venden menos lácteos. Las ventas del yogur y del queso hasta octubre de 2024 han caído entre el 12 % y 16 %, según Verónica Chávez Man-Ging, directora ejecutiva del Centro de la Industria Láctea de Ecuador.
Hasta los huevos se están vendiendo menos. “Dado que este momento hay producción y una baja venta la cubeta de huevos en la granja cuesta 2,50 dólares. Esto nos afecta económicamente, porque producirla cuesta 3,20 dólares”, indica Cristian Pérez, vicepresidente de la Asociación de Fabricantes de Alimentos Balanceados y Avicultores de Tungurahua.
En el caso de los productores de huevo, según Pérez, para poder resistir el bajón de la venta están vendiendo las gallinas ponedoras, para tener liquidez y no cerrar el negocio.
Quiebran los mariachis
Al hacer el recorrido llama la atención ver locales cerrados en la calle Gómez Rendón, son grupos de mariachis que han quebrado, aseguran quienes tienen todavía sus negocios en la zona.
“La situación es crítica, antes tenía dos grupos de mariachi, ahora tengo solo uno. Antes de los apagones a la semana dábamos unas 20 serenatas, ahora con suerte son siete”, relata Alfonso Torres, director del mariachi Los Reyes.
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Torres agrega que para pagar la renta de su local ha tenido que ir a trabajar de agricultor y asegura que ya no pueden ir a cantar a cualquier lugar, porque los asaltan, se les llevan instrumentos, moto, carro, celulares y esto si es que no tienen que pagar para que los dejen llegar hasta una determinada casa. Entonces, los mariachis están quebrados, porque una serenata cuesta 100 dólares, que da para 10 o 15 dólares por músico. Así no queda ganancia y el problema económico es para todos.
Los comerciantes se preguntan: ¿dónde está la seguridad y la energía eléctrica que se ha prometido?
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