Maracuyá: una oferta que se duplica

La maracuyá está en su mejor momento por su buen precio y el considerable incremento de cultivos, principalmente en la costa ecuatoriana. La siembra de esta fruta se ha convertido en una buena alternativa para los agricultores que buscan nuevas opciones rentables en el sector agrícola.

El precio de compra de esta exótica fruta, al cierre de este reportaje, estaba en 51 centavos por kilo, cifra que se ha mantenido en las últimas dos semanas.

Durante el 2021, en el país se cosechó un área de 6.457 hectáreas cuya producción fue de 36.017 toneladas, teniendo una aportación importante de las provincias de Manabí, Esmeraldas, Guayas, Santo Domingo de los Tsáchilas y Santa Elena. En lo que va de 2022, Ecuador ha duplicado su producción hasta llegar a las 65.195 toneladas de fruta fresca, con un rendimiento de 6,91 toneladas por hectárea. Esta fruta es cultivada principalmente por pequeños productores, pues el 80% de los casi 6.800 agricultores que se dedican a esta actividad está en ese rango.

De acuerdo con cifras actualizadas del Ministerio de Agricultura y Ganadería, en el país hay 9.437 hectáreas de maracuyá en producción. Solo en Esmeraldas, por ejemplo, se estima que hay 2.200 y el 80% se concentra en la parroquia La Unión del cantón Quinindé.

Según Manuel Zambrano, presidente de la Asociación de Productores de Maracuyá de Charapotó (Manabí) y miembro de la Asociación Nacional, la maracuyá se ha convertido en una nueva oportunidad para el agricultor que quiere diversificar. “Es verdad que se está pagando a buen precio, pero la pregunta es hasta cuándo se va a mantener así. Sembrar maracuyá es rentable con un precio superior a los 50 centavos”, refiere el dirigente.

En la actualidad el costo de producción por kg para un cultivo semitecnificado está alrededor en 0,22 ctvs y para un cultivo tecnificado con mayor rendimiento 0,17 ctvs, pero hoy en día el agricultor está recibiendo 0,51 a 0,52 centavos el kilo, esto quiere decir que el productor puede tener hasta un 200% de utilidad.

Ecuador está catalogado como líder mundial en exportación de jugo de esta fruta y es el principal productor en Sudamérica, así como el principal ofertante de pulpa congelada. Adicionalmente, debido a su aroma, la cáscara también es un producto comercial.

Con base a información del Banco Central del Ecuador (BCE) las exportaciones de maracuyá fresca durante el período enero - septiembre de 2022 alcanzaron las 2.192 toneladas métricas, por un valor de $ 807 mil; teniendo como primer destino Colombia. En el mismo lapso se exportaron 1.802 toneladas del producto congelado por un valor de $ 4.3 millones; siendo Países Bajos y Estados Unidos los principales destinos. Asimismo, la venta al exterior del elaborado alcanza las 8.34 toneladas por $ 29.1 millones, donde Países Bajos y Estados Unidos captan buena parte del producto.

Actualmente, el aroma de esta fruta se utiliza en la preparación de esencias y perfumería. Además de las semillas se extrae el aceite que se emplea en la industria alimenticia y en la cosmética.

La maracuyá, también conocida como la fruta de la pasión, pertenece a la familia de la Passiflora Edulis. Se cultiva en climas tropicales y subtropicales. Las variedades comerciales son morada, amarilla y granadilla. Se caracteriza por su sabor agridulce, por su aroma concentrado y por ser muy jugosa.

Su composición tiene un elevado porcentaje de agua. Además, es muy rica en vitaminas y minerales (vitamina C, provitamina A o beta caroteno). El fruto se lo puede emplear en la preparación de jugos, pulpas, néctares y para aromatizar bebidas, cremas o similares.

La crisis en ciertos cultivos ha llevado a decenas de productores a apostar por la rentabilidad que da el producto. Es el caso de César Amores, quien cuenta que hace unos años tenía un cultivo de 50 hectáreas de palma africana en la zona de Quinindé (Esmeraldas), pero perdió todo a causa de la plaga que causa la pudrición de cogollo. Es así como intentó virar la página y volver a sembrar palma, pero la banca pública le otorgó un préstamo solo para sembrar maracuyá, lo que le obligó a experimentar en el cultivo.

Ahora, cuenta satisfecho, tiene dos años y medio cosechando maracuyá y espera que el precio se mantenga sobre los 50 centavos el kilo porque el alto costo de insumos y fertilizantes sigue poniendo en riesgo el margen de ganancia que vienen teniendo. “Si se mantiene el precio actual sí compensa, pero si vuelve a caer trabajaremos a pérdida”, asegura Amores.

Su cultivo se extiende en un área de cuatro hectáreas y tiene sembrada la variedad “Maracuyá mejorada INIAP-2009”, la cual no es resistente ni a plagas ni a enfermedades, por lo que es necesario aprender a manejar el cultivo con el fin de disminuir la incidencia de estos problemas. Entre los males más importantes se mencionan al chinche patón, a los ácaros y a la mosca de los botones florales que los agricultores buscan contrarrestar.