
Una mayor mora afecta a los bancos pequeños
Los impagos y pérdidas sacaron del mercado a Amibank. Superintendencia anunció el cese de funciones
El sistema financiero se queda con un participante menos. Amibank, uno de los bancos pequeños del país, se vio obligado ayer a cerrar sus puertas, afectado por el nivel de impagos y pérdidas que ha dejado la crisis económica en los últimos años.
A través de un comunicado, la Superintendencia de Bancos dio a conocer la medida ejecutada para garantizar la estabilidad del mercado. Según los reportes de supervisión, el banco mantiene un índice de morosidad superior (29,5 %) a la media del mercado (6 %), “lo que compromete la capacidad de recuperación de su cartera crediticia... y le ha llevado a registrar pérdidas acumuladas desde el año 2020, agotando progresivamente su patrimonio y registrando deficiencia de provisiones”.
Patricio Chanaba, presidente de la Asociación de Instituciones Microfinancieras de Ecuador (Asomif), calificó el cierre como “algo lamentable para el sector de las microfinanzas”, justamente el segmento en el que Amibank concentraba su cartera crediticia. Según información oficial, hasta febrero de 2025 esta institución llegó a acumular una cartera general de 57 millones de dólares, con un decrecimiento anual del 7,5 %. De ellos, 54 millones están en ese segmento.
Al ser esta una entidad pequeña, según dijeron expertos financieros, su impacto es realmente marginal, sobre todo en un sistema nacional que, por sus niveles generales de provisión y liquidez, se muestra sólido. Su cierre, añadió Roberto Romero von Buchwald, superintendente de Bancos, a través de un video institucional, tampoco causará un perjuicio a sus depositantes, pues la institución de control “ ha coordinado con la Corporación de Seguro de Depósitos (Cosede) para garantizar que los ahorros de los depositantes sean entregados de forma segura y ágil”. Su cobertura, según conoció este Diario, alcanza el 99 % de los depósitos.
Impagos en microcrédito
No obstante, Chanaba no deja de atribuir el cierre a los altos niveles de impago, un problema que viene generando presión en el mercado. El sistema financiero, especialmente los bancos pequeños, explica, continúa enfrentando el efecto negativo que han dejado tres grandes crisis: la pandemia, los apagones y la inseguridad.
Y el sector de microfinanzas ha sido uno de los más afectados. “Las crisis vividas fueron las que ocasionaron en gran medida el cierre o la disminución de las actividades microeconómicas del día a día, lo que hizo que hubiera menos ventas y que la cadena de pagos se detuviera. Igual con la inseguridad, esta ha venido golpeando más a los negocios pequeños, por el tema de las ‘vacunas’ y el cierre de los negocios a tempranas horas. Todo eso ha venido ocasionando un impacto fuerte al sector de las microfinanzas, a los microempresarios en general, disminuyendo la capacidad de pago de las deudas que tienen en el sistema”, sostuvo.
Según las estadísticas de la Superintendencia de Bancos, a enero del presente año la tasa de mora del segmento de microcrédito de los bancos grandes estuvo en el 5,83 %; en los medianos, en el 6 %; y en los pequeños, en el 10 %. Esta última tasa, dice Chanaba, se aleja de los niveles históricos del 3 y 4 % y superan hasta tres veces la mora que registran otros segmentos de crédito.
En medio de este y otros impactos en el mercado, la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca) ha pedido en varias ocasiones a las autoridades regulatorias destrabar algunos temas para mejorar la capacidad del sistema, como la eliminación de techos a las tasas que se cobran por los créditos.
En eso coincide Chabana. Los menores niveles de colocación de microcrédito que también enfrenta el mercado, dice, no solo son producto de la contracción económica sino del límite de tasas, que no permite a las entidades cubrir gastos de fondeo y tener un buen nivel de rentabilidad.
“Es un techo que afecta a un segmento donde es caro dar créditos, porque trabajamos con clientes chiquitos que no tienen información financiera, no tienen garantía, patrimonio y representan más riesgo”. En el 2024, agrega, la mayor caída de créditos “precisamente se dio en el sector microempresarial: 896 millones de dólares cayeron en ese periodo por esas circunstancias, algo que no fomenta la actividad productiva”.
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