Medio Oriente, una ‘válvula de escape’ para el banano
Este año destaca por sus compras, dentro de un total de 13 destinos. La baja producción y los factores de competitividad marcan mayor presión al sector
La mayor colocación de banano en los países del Medio Oriente no ha revertido la mala racha que este año registra la industria en sus exportaciones, pero al menos está logrando amortiguar una caída en sus ventas. Según estudios del mercado, este bloque comercial, el tercero de mayor importancia (luego de la Unión Europea y Rusia) ha sido el único en incrementar sus compras en este 2022, esto es un 9 % más si el dato se compara con igual período del año pasado.
Ecuador exporta sombreros hechos con fibra de banano
Leer másEsta oferta contrasta con los resultados en rojo que reportan los más de 13 destinos a donde va la musácea local (otra excepción, aunque en menor volumen, es Asia Central) y que, según balances, sumó 48’113.066 cajas. El incremento, explica Richard Salazar, director de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (Acorbanec), fue posible gracias a la estrategia de cubrir a Oriente Medio, un nicho que este año Filipinas ha dejado de atender debido a los problemas fitosanitarios (Fusarium raza 4) que ha venido reportando.
Para José Antonio Hidalgo, presidente de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE), los países como Turquía, Irak, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos han sido la “válvula de escape” que ha tenido la industria nacional para contener la caída de las exportaciones bananeras que, según los cálculos de AEBE y Acorbanec, hasta octubre, registran entre un 7,5 % y 10,8 % menos de fruta vendida. “Ese ha sido el mercado que mejor llegó a reaccionar con la demanda, en torno a los efectos que se generaron por la guerra entre Rusia y Ucrania”, que a su vez generaron una contracción en el consumo de otros socios. Hasta octubre, las ventas totales del país, según Acorbanec, sumaron 280’960.326 de cajas. A Europa y Estados Unidos, los envíos cayeron un 14,66 % y un 17,02 %, respectivamente.
En este 2022, el sector no solo ha debido enfrentar problemas de comercialización, sino una baja productividad. “La caída debe atribuirse sobre todo a la menor producción, que es de alrededor del 9 % en comparación al año anterior. Esto por las bajas temperaturas y los problemas fitosanitarios que han afectado a casi 18.000 hectáreas de cultivo”.
Un factor que, según actores de este mercado, podría seguir generando consecuencias el próximo año. Byron Paredes, productor de Los Ríos, advierte con una escasez de fruta si desde el campo se repite o agrava la falta de inversión y cumplimiento de programas de fertilización de las fincas.
La caída en ventas se traduce en menos divisas, pero también en menos empleos.
Paredes, dueño de 220 ha sembradas, explica que en su caso ha debido hacer esfuerzos para reestructurar deudas y adquirir nuevos préstamos para con ellos dar mantenimiento a sus cultivos. Pero aclara que esa no ha sido la generalidad, en su provincia, dice, hay una mayoría de productores que sin recursos de por medio se ha visto impedido de mantener los ciclos de fertilización, más en un año en que estos insumos se han encarecido (sus precios pasaron de $ 18 a más de $ 60). Una forma de remediar esto el siguiente año, señala Paredes, es asegurando que el agricultor tenga liquidez en su bolsillo, algo que se consigue haciendo respetar el precio oficial ($ 6,50 para el 2023).
Menos envíos de banano a Europa y EE. UU. inciden en una baja facturación
Leer másHidalgo coincide en la necesidad de volcar la mirada al campo, una menor venta se traduce en menos divisas, menos cultivos y empleos. No obstante, aclara que el fortalecimiento de la cadena debe ser integral, no se puede blindar a la industria sin inyectar competitividad a las empresas. “Está bien firmar acuerdos comerciales (para exportar con menos aranceles), pero se requiere bajar la presión interna”. Un blanco está en impedir que los costos de seguridad sigan aumentando. Los bananeros están en contra de tener que pagar $ 34 más por el uso de escáneres en puertos. Hoy en día, dice Hidalgo, el sector ya debe pagar hasta $ 200 en seguridad privada, por cada contenedor.