El microcrédito, en menos manos
Desde el 2008, las regulaciones permitieron elevar montos, pero no llegar a más usuarios
El anuncio de una nueva metodología para fijar las tasas de interés en el sistema financiero genera expectativa en los actores de este mercado, pues esperan que con la reforma se pueda corregir el esquema que a lo largo de los años ha impedido que en el país pueda darse una mayor inclusión financiera. En los últimos 13 años, si bien los montos de préstamos han venido creciendo, el número de operaciones, en segmentos como el microcrédito y de consumo, se han venido mermando.
Gerente del Banco Central: Nueva metodología para definir tasas de interés regirá desde octubre
Leer másLa Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD), que agrupa a 51 entidades entre bancos, cooperativas y ONG, divulgó este 11 de agosto de 2021 un estudio que busca evidenciar cómo el modelo actual de tasas de interés, el de fijar techos para su cobro, no rindió el efecto deseado, sobre todo en los sectores más vulnerables de la economía. Si bien, desde el 2008, año desde que está en vigencia la regulación, la tasa promedio minorista de mercado mantuvo una tendencia decreciente, pasando de 26,05 % en 2018 a 19,48 % en los primeros meses del 2021 y los montos de préstamos subieron de $ 328 a $ 1.049 promedio, los resultados demuestran que han sido menos personas las que se beneficiaron de aquello. En ese mismo rango, el número de operaciones cayó de 1,2 millones a 648.000 el año pasado.
Valeria Llerena, directora ejecutiva de RFD, explicó que si bien los efectos de la pandemia explican el resultado del año pasado, las cifras evidencian la menor motivación que han tenido los bancos por colocar créditos en los segmentos más bajo de la población.
Según este informe, la tasa de consumo no ha tenido mayores cambios (los bancos privados pasaron de 15,68 % en 2013 a 16,87 % en los primeros meses de 2021), pero las operaciones han crecido en mayor proporción en las cooperativas del país.
Wilson Araque, consultor económico, aclara que en esta reforma, la metodología no lo es todo. El actual estudio, dijo, debe servir como insumo para debatir sobre cómo las instituciones financieras pueden seguir mejorando su eficiencia para ahorrar costos operativos y para la toma de decisiones que apunten a cubrir la necesidad de personas de estratos más bajos, sin que esto represente un riesgo para el mercado.