Moody’s: Existen importantes desafíos para evitar otra reestructuración de la deuda en el corto plazo
Para la firma calificadora de riesgos, será difícil aplicar políticas para lograr un gran ajuste. Las elecciones 2021 agregan más incertidumbre.
La reestructuración de la deuda ecuatoriana no deja de generar reacciones. La agencia de calificaciones Moody’s comentó el logro alcanzado por el Gobierno ecuatoriano el pasado lunes.
Este 4 de agosto de 2020, Jaime Reusche, vicepresidente y Oficial de Crédito Senior de la firma, señaló que Ecuador consiguió el aval del 98% de sus acreedores para reestructurar $ 17.400 millones de deuda de mercado, lo que resalta la importancia de llevar adelante negociaciones de buena fe para alcanzar una reestructuración relativamente rápida.
Según Reusche, la extensión de casi 10 años para los vencimientos de los bonos dará al país un alivio de deuda significativo. Sin embargo, todavía existen importantes desafíos para alcanzar la sostenibilidad de la deuda y evitar otra reestructuración en el corto plazo.
El especialista de Moody’s señala que aun si estuviese disponible financiamiento del Fondo Monetario Internacional (FMI), resulta poco probable que sea suficiente para cubrir en su totalidad el déficit de financiación de este año, a menos que el país reciba acceso a fondos más allá de sus límites de endeudamiento con el organismo.
El mismo ministro de Economía y Finanzas, Richard Martínez, reconoció que Ecuador aún tiene una brecha de financiamiento de $ 4.000 millones para cerrar el año, incluso consiguiendo crédito del Fondo y de China.
Para el analista de la firma crediticia será difícil desde un punto de vista de gestión de políticas balancear la necesidad de un gran ajuste fiscal con apoyo para una recuperación económica, y las elecciones del próximo año presentarán incertidumbres sobre la futura dirección de políticas. Estos riesgos seguirán teniendo un peso significativo en el perfil crediticio de Ecuador.
Tras el anuncio de la renegociación de la deuda, en abril de este año, Moody’s rebajó la calificación de la deuda de Caa1 con perspectiva estable a Caa3 con perspectiva negativa.
