vaca flaca
Hacienda. Algunas de las vacas en Manabí que por falta del pasto han bajado de peso y se ven sus costillas.Cortesía

La niña, un golpe seco para el agro

La falta de lluvia demora la siembra de los arroceros. El ganado de Manabí, sin pasto, reduce en 50 % la producción de leche, según el gremio

El cambio climático pasa factura a los cultivos, la ganadería y acuicultura. La falta de lluvias, por el fenómeno de La Niña, está provocando que el ganado se quede sin pasto y las siembras sin el riego necesario para poder brotar, lo que provoca una reducción de la productividad, que desde la Cámara de Agricultura de la II Zona se calcula entre un 10 % y 20 %.

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Las primeras lluvias podrían llegar recién en febrero, estiman Boris Malavé, técnico del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), y Franklin Ormaza González, PhD asesor científico de la Cámara Nacional de Pesquería.

Sin embargo, semanas de sequía y la incertidumbre sobre el real comportamiento del clima preocupan a los productores, que, desde ya, advierten que las afectaciones encarecerán algunos productos en el mercado interno y que, en lo internacional, bajarán las exportaciones.

ProducciónPor la falta de lluvia los diferentes gremios estiman una baja en su producción. Los agricultores esperan la ayuda del Ministerio de Agricultura.

En el caso de los ganaderos de Manabí, estos han sido los primeros en contabilizar el efecto. Ya registran una merma del 50 % de la producción de leche. “Esto va a generar que lácteos como el queso suban de precio”, prevé Tony Zambrano, presidente de la Corporación de Ganaderos de Manabí.

Zambrano enfatiza que por la escasez de lluvias no crece el pasto, por lo tanto, “hay animales que por falta de alimentos están en hueso y cuero”. El dirigente señala que, cada año, los gremios deberían tener reuniones con las autoridades para planificar acciones, para contrarrestar los efectos de la sequía, como la que ahora viven, o las inundaciones.

La solución no puede estar en sentarse a esperar las lluvias, se requieren maquinarias para hacer canales. “La salida momentánea es que el ganado se alimente del tallo y hojas del maíz, pero un saco cuesta 5 dólares”, destaca Zambrano.

Por el lado de los arroceros, los que cultivan en las partes altas, alejados de ríos, se han visto imposibilitados de iniciar las siembras de invierno, lo que puede generar que en el primer semestre de 2023 no exista suficiente grano y eso eleve el precio del alimento, según uno de los líderes de los arroceros de Santa Lucía, Jorge Suárez.

Suárez cuestiona que todavía no se hayan entregado en su sector los kits de insumos. “En el 2022 no se sintió la falta de la gramínea porque se suplió con el superávit que existió en el 2021. Pero en el 2022 ya no tuvimos excedente, por lo tanto, podría faltar arroz en el primer semestre de 2023”.

Para los exportadores, el problema es mayor, por ejemplo, los camaroneros temen que el mal temporal afecte la provisión de insumos, como el maíz y el trigo, que, a su vez, podrían encarecer el balanceado. Esto, sumado a otros problemas globales, dice José Antonio Camposano, presidente de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA), podría hacer que el crecimiento en su sector se ralentice en este 2023, creciendo solo a un dígito, versus la expansión del 27 % que registraron el año pasado, luego de alcanzar los 7.000 millones de dólares exportados.

Una situación igual de compleja advierten los bananeros, quienes podrían tener una reducción de productividad de un 15 %, refirió el presidente de la Cámara de Agricultura de la II Zona, Kléber Sigüenza.

En contraste, el único sector que sale beneficiado con el frío y la falta de lluvia, que genera La Niña, es la pesca. Este clima, señala Ormaza, “hace que existan más nutrientes, por lo tanto, los peces se alimentan mejor. Hemos visto que el pez está más grande e incluso hay más que en otras épocas”.

A los dirigentes, y en especial al científico, les llama la atención que el Gobierno no haya declarado la sequía semanas atrás, para que con tiempo se tomen las medidas pertinentes para ayudar a los sectores productivos, que desde ya tienen o prevén pérdidas económicas.

DECLARACIÓN DEL MINISTRO DE AGRICULTURA

  • “De ser necesario se activarán los seguros”

En el campo existe incertidumbre y preocupación, pero desde el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) aseguran tener identificado y controlado el problema. El secretario de Estado, Bernardo Manzano, admitió que este fenómeno natural podría atrasar ciertos cultivos y por ende las cosechas, pero él confía en que los desfases no sean tan amplios.

El funcionario señala que existen predicciones que indican incluso que este evento podría extenderse entre marzo y abril, pero que su presencia no necesariamente significará una escasez total de lluvias. “Lo que significa es que la temperatura del agua va a ser medio grado o un grado menor a lo normal. Hará un poco menos de calor, habrá un poco menos de agua, pero lluvia sí habrá en muchas de las áreas”.

Sin embargo, como las proyecciones son inexactas, dice, igual se está trabajando con el Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología para identificar las áreas posiblemente afectadas. Los perjudicados no solo podrán acceder al seguro agrícola Campo Seguro, que se activa en casos de desastres naturales, sino a insumos más resistentes. “Hay variedades de cultivos, de pasto para la ganadería, que estamos probando con el Iniap y que son un poco más resistentes a la sequía y que podrían ayudar”. (LZR)