Vainilla ecuatoriana: El 'oro verde' que conquista mercados internacionales
También conocida como el ‘oro verde’, un kilo en los mercados internacionales llega a $ 450. Crece el interés por su cultivo
En el campo la conocen como el ‘oro verde’. Su aroma y sabor singular hace que no pueda faltar ni en los postres ni comidas gourmet, ni en los perfumes. Es tan valorada que un kilo de vainilla seca, en los mercados internacionales cuesta alrededor de 450 dólares.
Las exportaciones de Ecuador de este producto vienen creciendo. En 2021, la venta fue por 40.000 dólares y el año pasado fue por 230.000 dólares. Ecuador no es un exportador relevante de la vainilla. Según el Observatorio de Complejidad Económica, el país es el exportador número 47 en el mundo.
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Leer másPero es el cultivo el que se va a poner de moda en el país, el precio internacional anima su siembra. El costo del kilo de vainilla ecuatoriana, la natural sin haberse secado, se ha incrementado en los últimos años. El año pasado, en el puerto de salida el costo promedio se ubicó en 80 dólares el kilo, mientras que en 2022 fue de 69 dólares, y en 2021, de 30 dólares, según datos de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor).
Estas cifras hacen que el producto tenga el precio por kilo más alto que los productos tradicionales de exportación de Ecuador, pues registra el segundo precio más alto dentro de los productos de exportación relacionados con la alimentación en 2023, explicó a Diario EXPRESO el gremio Fedexpor.
“La vainilla tiene el precio alto, primero, por el costo de la siembra y segundo porque ha crecido la preferencia de consumir la vainilla natural, en especial en Europa. En forma general el mundo ya no quiere la vainilla artificial, porque hay sospecha de que el producto que no es natural produce cáncer”, explicó el doctor en Ciencias Agrícolas y catedrático de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Ángel Llerena.
Ángel Llerena
Otra razón por la que el precio de la vainilla es alto es por los problemas de clima que hay en Madagascar, que es el principal productor. En abril de este año, la isla africana fue azotada por el ciclón Gamane. Las lluvias y los fuertes vientos inundaron los campos y arrancaron las vainas, manifestó Llerena.
Entonces el precio es lo que ha animado a que más personas apunten a sembrar este tipo de orquídea, aunque no se puede precisar cuántas hectáreas hay cultivadas en Ecuador. EXPRESO consultó sobre este punto al Departamento de Comunicación del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y la respuesta fue que no tienen información sobre este tipo de cultivo.
Son los agricultores quienes dan testimonio de que se ha despertado el interés por sembrar más vainilla en Ecuador. Un ejemplo es el de Ismael Ballas, un ingeniero agrónomo que ha creado un invernadero en el recinto Mata de Cacao, en la provincia de Los Ríos, hace ocho meses.
La inversión de Ballas fue de cerca de 500.000 dólares para construir 3.000 metros cuadrados de invernadero, donde ha sembrado 4.000 plantas de vainilla. “Mis planes son vender el extracto de vainilla, porque allí el kilo cuesta entre 4.000 y 6.000 dólares. Sin embargo, para ello tengo que hacer otras inversiones. Por lo pronto, vendiendo la vainilla fresca puedo recuperar la inversión en dos años. Más rápido si vendo la vainilla seca, porque por el kilo se paga unos 450 dólares”, agregó Ballas.
Otro ejemplo es el de Villa Vainilla, que está en la provincia Morona Santiago, que tiene 1.000 metros cuadrados cultivados sembrados. Su vocera, Noemí Bustamante, dijo a EXPRESO que ellos ofrecen el polvo de vainilla, caviar y crema de whisky con caviar de vainilla. Estos productos los promocionan en las diferentes ferias que se realizan en Ecuador.
Las personas que tienen más años con este cultivo también indicaron que hay un incremento en la producción y, por lo tanto, también en la exportación. Por ejemplo, la Asociación Kallari hace tres años cosechaba 25 kilos de vainilla al año, ahora son 80 kilos, manifestó su presidenta Ruth Cayapa.
En Kallari son 150 familias de los Kichwas, en Tena en la provincia de Napo, quienes en conjunto tienen 15 hectáreas. Cayapa explicó que cada grupo familiar tiene una pequeña chacra, “el cultivo se lo hace en tutores vivos; es decir, se pone la orquídea en otra planta. Nuestra siembra es orgánica y exportamos la vainilla a Canadá, Alemania y Japón”, señaló Cayapa.
Hay empresas que exportan el aceite de vainilla. Los 100 mililitros cuestan 120 dólares.
Según Llerena, los pequeños productores también están animados en sembrar. Suelen empezar con 100 plantas y al año tienen 200. Que así los cultivos van creciendo, enfatizó, al hacer hincapié en que la siembra del momento es de la vainilla.
LA INVERSIÓN ES ALTA Y HAY MÁS INVERSIÓN A LOS SIETE AÑOS
Para sembrar una hectárea de vainilla en un invernadero se requieren 250.000 dólares, dijo a Diario EXPRESO el doctor en Ciencias Agrícolas y catedrático de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, Ángel Llerena.
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Leer másEn este precio se incluyen los costos de las plantas, el riego y todo lo que lleva un invernadero.
En la Amazonía ecuatoriana lo que se acostumbra es tener unas 300 plantas sobre tutores vivos, es decir, sobre otras plantas, indicó el experto en este tipo de cultivo, Alcides Calva.
El precio de una planta es costoso. Está entre siete u ocho dólares y se necesitan unos siete años para que la producción sea alta. Se calcula que de una planta se pueden sacar 1 kilo de vainilla en los primeros años, pero en el séptimo año cada planta da 3 kilos, detalló Llerena.
Según Calva, en la Amazonía ecuatoriana un 80 % de la vainilla se vende fresca, pagan mínimo 60 dólares por el kilo.
Aunque ganarían más si dejan secar la vainilla, porque el kilo lo pagan a unos 450 dólares. “Pero para esto hay que esperar unos seis meses y saber del proceso del secado. La exposición al sol varía cada día, depende de la luminosidad que hay en ese momento”, manifestó Calva.
El cultivo resulta rentable y esto hace que en otras partes del Ecuador se opte por el invernadero, pero en la Amazonía ecuatoriana lo que prima es la planta a cielo abierto, dijo Calva.
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