Las parrillas, un consumo que crece e inspira a negocios
En feriado, este plato se convierte en un motivo de encuentro entre familiares y amigos. Para los negocios, es un gancho fuerte para atraer a más clientes
Se acerca a comprar todo al supermercado, sabe el tipo de cortes que tienen mayor aceptación. Carnes como el churrasco, costillar, la picaña, la panceta se pondrán al asador para preparar platos que en el mercado pueden venderse entre 5 y 23 dólares. Los ‘clientes’ fijos son su familia y sus amigos, que esperan para este feriado contar con el “amante de la parrilla”.
Doce chefs muestran el corte perfecto de la carne
Leer másJosué Delgado lleva haciendo asados desde hace más de siete años. No sabe mucho de cocina tradicional, pero sí de estos platos que aprendió a preparar escuchando a chefs de varios locales en la ciudad y viendo videos de parrilleros internacionales por YouTube. “Lo que fui aprendiendo, lo comencé a poner en práctica y cada vez mis parrilladas les gustaban más a mis amigos y mi familia”, afirma.
El gerente en comercio exterior, de 33 años, prepara una vez a la semana estos platos con diversos cárnicos, y hacerlo en estos días de asueto no será la excepción. “Un plato parrillero lo hago en cumpleaños, en fiestas con amigos, y sin lugar a dudas para estos días será imposible no hacerlo”, nos manifiesta.
La misma tradición sigue Javier Rincón, un asesor en ventas automotrices de 43 años. Su amor por las parrilladas, cuenta, comenzó gracias a un familiar que disfrutaba comer todo tipo de carnes. “Mi tío me enseñó a hacer un matambre, un churrasco jugoso, y ahora yo también les enseño a mis hijos. Solo es colocar sal parrillera y ciertas hierbas”.
Su esposa, Verónica Morán, disfruta compartir una picaña en casa, pero sobre todo ver a sus hijos cocinando con su padre. “Hacer este plato no es solo preparar una comida, es el motivo para compartir con los que amas, comer, reír en familia”. Y lo mejor para ella: es el día en que los hombres se encargan de la cocina.
Una idea que comparte la ama de casa Rebeca Espinoza. “Una se encarga de hacer la guarnición, pero las carnes y las cervezas son netamente de ellos”. El plato que se servirán está formado por chorizos cerveceros, carne a término medio y una picaña, con el infaltable arroz con menestra.
Un buen asado
Leer másLa elaboración de parrillas, plato que proviene de una tradición culinaria de Argentina y de Uruguay que se remonta a los siglos XVIII y XIX, viene dinamizando la demanda de carne en los hogares del país (con un consumo per cápita estimado en 10 kilos por año), una tendencia que no es desaprovechada por los emprendedores.
Varias ideas de negocios de parrillas que funcionan en la ciudad han surgido en una tarde con amigos, viendo o jugando fútbol o tomando cerveza. Es el caso de Kevin Jiménez, que hoy comparte su tiempo entre su empleo formal y su emprendimiento El Asador, que fundó con sus amigos, que ahora conforman su equipo de trabajo. Jiménez también espera tener “una alta demanda en el feriado y en lo que resta de noviembre y diciembre”.
La misma expectativa la tienen locales más grandes. Sobre todo los supermercados especializados en carne, que en estos dos últimos años han optado por transformar o readecuar sus exteriores para convertirlos en restaurantes al aire libre, haciendo de eso un gancho para atraer más consumo.
Es sacar la carne congelada de las perchas, pasar por el cajero y pagar, para llevarlas directo a la parrilla que se sirve a los comensales. Es la estrategia de La Española y Fernández. Este último destaca con Nación Parrilla, en la avenida de las Américas. La carne al costo, llevada del frío a la parrilla, sin demora y servida en la mesa en pocos minutos fascina, sobre todo, a los clientes jóvenes. “Los cortes prémium son asequibles y en feriados comer parrillas siempre será una opción”, dice Augusto Guerrón, de 30 años, quien ha visitado este tipo de establecimientos hasta tres veces por semana. Los precios pueden ir desde los $ 5 por una picaña de cerdo personal a unos $ 13 por un Tomahawk Steak.
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Leer másLos inicios dentro de un garaje
Julio Chang, tiene 29 años, junto a su esposa María Belén Herrera de 24, comenzaron realizando parrilladas los fines de semana y en eventos especiales como cumpleaños y días de descanso. La cocina ha sido algo que ha amado Chang desde los cinco años, pero la parrilla ha sido toda su vida. En sus inicios en el garaje de su casa sábados y domingos era su familia quien lo acompañaba a preparar estas parrillas que poco a poco se convirtieron en un emprendimiento exitoso como lo es Rukito.
“Era un restaurante era mi casa donde mis amigos cercanos y el barrio venían a probar nuestros platos. Hoy lo más vendido el costillar, la chuleta, la panceta de cerdo, pero también el matambre y nuestro moro chicloso, la especialidad de la casa. Todos cortes premium que se venden con precios desde $5 a $35 dólares”. El feriado es una de las épocas de más ganancias para esta familia que juntos tienen una función en la cocina parrillera.