Las remesas de migrantes ecuatorianos se desaceleraron en el segundo trimestre de 2022
La situación en Estados Unidos pasa factura al flujo de dinero.
Flujos de dinero que llegan más lento. Durante el segundo trimestre de 2022, la llegada de remesas que ingresó al país ascendió a $ 1.160,37 millones, cifra que representó un aumento de 5,15 % frente al valor observado en el primer trimestre de 2022 ($ 1.103,59 millones); y, en 6,67% con relación al valor contabilizado en el segundo trimestre de 2021 ($ 1.087,85 millones), según datos publicados por el Banco Central del Ecuador (BCE).
Los datos muestran una desaceleración del envío de dinero. En el primer trimestre del año, las remesas de migrantes crecieron a un ritmo cercano al 20 %, comparado con el mismo lapso de 2021.
El Banco Central señala que el aumento del flujo de remesas en el trimestre en estudio, estaría relacionado con el incremento del stock de trabajadores, principalmente en el mercado laboral estadounidense y europeo, así como por un mayor flujo migratorio hacia estas latitudes, que se explicaría por la falta de empleo y oportunidades laborales durante la pandemia de COVID-19, que habría obligado a muchos ecuatorianos a migrar a Estados Unidos, Europa, entre otros destinos. Asimismo, y según las fuentes oficiales de estos países, los flujos de remesas provienen mayoritariamente de actividades informales.
Si bien los flujos de remesas se han consolidado como una entrada permanente de divisas para miles de familias beneficiarias, dice el BCE, en este año las transferencias de dinero han fluido más lento debido a diversos factores.
Uno de ellos tiene que ver con la situación económica de Estados Unidos. El Buró Nacional de Investigación Económica (NBER, por sus siglas en inglés), informó que en el segundo trimestre de 2022 el Producto Interno Bruto (PIB) de EUA se contrajo en 0,2%, con este resultado la economía americana entró en una recesión técnica al encadenar dos trimestres consecutivos de desaceleración económica.
Asimismo, entre abril y junio de 2022, dice el Central, se registró una caída de la inversión privada en inventarios, en inversión residencial fija, en el gasto del Gobierno y en inversión fija no residencial.
