Rompope: Tradición navideña que reinventa sabores
Esta bebida típica del mercado ecuatoriano ha evolucionado con el tiempo. Negocios locales ofertan nuevas variantes para disfrutarlo en las fiestas
Existen quienes sostienen que tener una botella de rompope dulce en la mesa durante la Nochebuena es un factor esencial para disfrutar en compañía de familiares y amigos.
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Leer másCon el tiempo, y en especial durante las últimas dos décadas, esta bebida ancestral ha adquirido amplia popularidad, consolidándose como una de las favoritas entre las familias ecuatorianas, marcando un legado cultural que eleva la propuesta año a año.
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Susibel Ruilove, creadora de la marca Rompope Susibel, heredó los conocimientos para elaborar esta bebida de la madre de su esposo.
Cuando iniciaron sus ventas en 2017 “solo elaborábamos el rompope tradicional. Sin embargo, considerábamos que la tradición podía modernizarse, y ahí es cuando empezamos a incorporar sabores”, comenta.
Y es que la excentricidad también juega un papel para atraer clientes. En su catálogo, ofrecen mezclas de pie de limón, red velvet, passion fruit e incluso una versión keto, una mezcla preparada a base de leche de almendras y endulzada con stevia, haciéndola accesible para quienes desean degustar un trago sin afectar en gran medida una dieta más rigurosa.
Su auge también despunta a nivel internacional. Susibel afirma que el elixir es atractivo para el paladar internacional y resalta la posibilidad de expandir su mercado a nuevos horizontes.
“Nos han escrito porque nuestros productos son llevados por familiares o amigos como souvenir y resultan del agrado de los extranjeros. Esperamos que estos proyectos se consoliden en diferentes partes del mundo. Hemos recibido llamadas hasta de Asia”, afirma con entusiasmo.
Para Jeannette Ycaza, la mente maestra detrás del rompope casero Tía Anita, la creatividad se extiende a la cocina. Fue en el mundo de los postres donde descubrió la combinación perfecta entre el dulce y la diversión.
El Pandoro relleno es una torta rellena de dulce de leche, impregnada con el clásico rompope sirviendo como cobertura. Además, lo ha integrado en las recetas de sus tostadas francesas y en el tradicional dulce de tres leches.
En contraste, los clientes de La Doña del Rompope muestran preferencia por adquirir el producto sin uno de sus ingredientes principales en la receta: el huevo.
Según Cinthia Martínez Rocha, propietaria del negocio, “el público que atraemos es precisamente aquel que rechaza este factor en la fórmula principal, pero cuidamos que el sabor sea igual e incorporamos todos los elementos de un rompope tradicional”, expresa.
En cadenas de retail y agencias comerciales como Mi Comisariato, Supermaxi o Tiendas Industriales Asociadas (TÍA) se pueden encontrar botellas de rompope con valor que oscilan entre los $ 7 y $ 15, aunque también se pueden encontrar ejemplares más refinados desde los $ 20 en adelante.
Su venta no solo impacta en ganancias, durante las festividades decembrinas, el mercado también es un generador de empleos que, aunque son temporales debido a que el producto se comercializa más durante los últimos meses del año, son un gran aporte para la economía de las familias.
La marca El rompope de la Noni, liderado por Titi de Oliveira, es un generador de estos empleos. “Es un ingreso para las personas porque hay quienes nos compran para vender también y generar ganancia. Nosotros somos partícipes de dar trabajo a las personas que nos ayudan en esta época del año”, afirma.
Sus productos se elaboran al puro estilo del rompope clásico: con ollas, cucharas de madera y los ingredientes secretos que convierten a los agasajos en momentos cálidos y dulces, propios de la esencia que lo caracteriza y de los tiempos festivos.
“En mi familia no podríamos imaginarnos una Navidad o fin de año sin rompope. Es una tradición heredada por mi abuela, que le gustaba preparar sus propias mezclas con días de anticipación para ofrecérselas a los invitados y amigos del barrio”, relata Dolores Jiménez, ciudadana local.
Desde recetas clásicas hasta innovadoras combinaciones, el rompope sigue expandiendo sus fronteras hacia nuevas experiencias y combinaciones. En cada botella, no solo se encuentra un destilado de ingredientes, sino un recuento de historias y anécdotas que se comparten con cada sorbo.
Su universalidad y leyenda del convento
Pese a que existe poca documentación sobre el origen del rompope, la historia y el voz a voz sugiere que se remonta a la época colonial, específicamente a Puebla, México, donde las monjas clarisas, especialmente una de nombre Eduviges, se destacaban por su hospitalidad hacia las personas distinguidas que visitaban la ciudad.
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Leer másEduviges, a cargo de la preparación del rompope, obtuvo la autorización del obispo para degustar la bebida durante el proceso. Pronto la mezcla del convento de Santa Clara, que gozaba de gran prestigio, comenzó a comercializarse, brindándoles un sustento adicional a la orden religiosa.
Pese a ello, la receta cruzó fronteras y adoptó diversas formas alrededor del mundo. En Estados Unidos, se conoce como eggnog; en Bélgica y Holanda, como ad-vokaat; en España, como ponche de huevo; en Perú y Colombia, como caspiroleta; en Venezuela, como ponche de crema; en Puerto Rico, como coquito; en El Salvador, Guatemala y Honduras, como rompopo; y en Chile, como rompón.
Dentro de la variada tradición de preparar rompope en Ecuador, se observa una diversidad de enfoques en cuanto a los ingredientes utilizados. Mientras que en muchas regiones del país es habitual incorporar aguardiente en la receta, en la pintoresca Manabí se destaca por emplear un licor particular: el licor puro de caña, cariñosamente referido como “puntas” por los lugareños.
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