El sacrificio de millones de gallinas ponedoras por la crisis de COVID-19
El bajo consumo por la pandemia obligó a los avicultores a faenar las ponedoras de huevos: la escasez es temporal
Durante los días más críticos de la pandemia en Ecuador, cuando la gente se confinó, la demanda de carne de pollo bajó el 40 %, y el costo de producción y transporte elevó tanto que muchos avicultores de los más grandes tuvieron pérdidas en ese periodo.
El costo de transporte de las personas que laboran en las plantas, la colocación de sistemas de bioseguridad y el repago del transporte refrigerado subieron tanto que el precio no compensaba los costos, destaca Antonio Saab, de Liris.
La caída desanimó a todos, incluso a los avicultores 'golondrinas', de esos que aparecen solo cuando el precio está alto y huyen cuando está bajo.
Los pequeños, habituales en el negocio durante todo el año, también dejaron de producir.
Y esto hizo que los proveedores de huevos fértiles y de pollitos BB, sacrificaran a miles de gallinas ponedoras de huevos, por una razón sencilla: no había demanda.
Esta escasez de siente ahora que la gente ha retomado parte de su rutina de antes de la crisis sanitaria por el coronavirus y ha provocado un alza en los precios de la pollos.
En tan solo 7 semanas, contadas a partir de mediados de marzo, la pandemia ocasionó que los animales que se comercializan en pie (30% de la producción) tengan serias dificultades de llegar al mercado o su destino comercial; que los establecimientos de comida inmediata, conocida como línea Horeca (hoteles, restaurantes y cafeterías) que representan el 30% de la producción, no estén funcionando o lo hagan de manera parcial, al igual que tiendas de barrio, tercenas y mercados populares (20% de la producción), dice la Corporación Nacional de Avicultores.
A partir del 2021 espero que se inicien años de bonanza;por mi experiencia, he visto que después de las crisis se viene una recuperación importante.
Los avicultores cercanos a Guayaquil tuvieron un impacto especial debido a la cantidad de asaderos cerrados, que representan no menos del 15 % de la demanda local.
Esas reducciones no se han visto compensadas por otros canales tales como autoservicios o servicio a domicilio, que registran la diferencia porcentual de participación.
“Este impacto ha ocasionado que en el sector avícola los productores se vean súbitamente forzados a sacrificar un importante número de reproductoras pesadas y no incubar todos los huevos fértiles producidos, con miras a reducir significativamente el número de aves para engorde”, explica el gremio.
El impacto de las últimas semanas ha causado la disminución de producción y consumo de carne de pollo en un 45 %, lo que afectará la producción planificada para el año 2020. Hasta la fecha la Corporación de Avicultores estima que la producción de carne de pollo caerá en un 15 % (al cierre de 2020), que representa 40 millones de pollos menos para el año 2020.
Este 15% a cierre de año es un dato específicamente de producción, es decir, que la cifra puede caer aún más, dependiendo de la deflación (reducción de los precios en general de la canasta) o la caída de la demanda, considerando la crisis y afectación al poder adquisitivo de la población.
Es que todavía los canchones, ferias ganaderas, los mercados de animales vivos, y otras modalidades de venta de animales en pie, no están funcionando o funcionan de manera parcial e irregular.
El precio de la libra al público subió a 1,40 , lo cual ha hecho que la gente desacelere en algo la demanda en los últimos días.
Para el caso de los huevos de mesa, la Corporación observó un incremento de consumo en las primeras 10 semanas, que llevó a que el precio llegue a subir hasta en un 40 % a lo que se venía pagando al productor. “A la fecha, la situación ha cambiado, el precio del huevo de mesa ha caído en un 20 %”
La carne de pollo, en la actualidad, incrementó en un 55 % el valor. Esto ha llevado a que aumente la demanda de pollitos BB y huevo fértil. En los días críticos de la COVID-19 el precio de la libra de carne de pollo en pie cayó a 35% por debajo del costo de producción.
Según la Conave aunque no existen empresas cerradas por presencia de COVID-19 en trabajadores, “ya que los sistemas de bioseguridad han sido reforzados de manera estricta”, el golpe económico ha sido impactante en todos los estratos productivos, afectando con mayor fuerza “lógicamente a los pequeños productores, y en el caso de los grandes viéndose forzados a buscar alternativas productivas”.
EL ENORME CONSUMO NACIONAL. Previo a la emergencia sanitaria el sector avícola tenía programada una producción aproximada de 280 millones de unidades de pollos o 525.000 toneladas de carne para el 2020 y, a su vez, el sector productor de huevo de mesa 3.900 millones de huevos a partir de 14,5 millones de ponedoras.
Pero además la industria es altamente demandante de materias primas, torta de soja y maíz amarillo. Según la Corporación, durante el 2019 se importaron 1’132.157 toneladas del primer rubro, en relación a las 893.405 tm del año 2016.
De maíz, el año anterior se trajeron desde el exterior solo 27.592 toneladas métricas para la avicultura, ya que la producción nacional es importante.
Del millón doscientas mil toneladas anuales que se producen anualmente en los campos ecuatorianos, un millón adquieren las industrias y otras 70.000 toneladas las empresas de cereales, harinas y otros productos de consumo masivo.
Por lo tanto, en esta temporada de invierno hubo una reducción de los precios del quintal de maíz, a 10 y hasta 9 dólares, en relación a los 14, 60 decretado por el Ministerio de Agricultura.
La cosecha de verano posiblemente sea también más baja de la esperada por los maiceros.