El salario femenino, una paga que se aleja más de la realidad
Según la OIT, los sueldos del 2022 registraron una brecha salarial, entre hombres y mujeres, del 50 %. Las percepciones sociales siguen influyendo
El escenario laboral prepandemia no ha cambiado mucho frente a lo que ahora se enfrentan las mujeres trabajadoras. Estas siguen desempeñando tareas no remuneradas, reciben menores pagos frente a los hombres y, en ciertos casos, continúan encasilladas en actividades feminizadas.
En Ecuador, 3 de cada de 10 mujeres ocupan cargos directivos en compañías
Leer másDe acuerdo con la Organización Internacional del trabajo (OIT,) los sueldos del 2018 evidenciaban una brecha salarial media mundial entre hombres y mujeres de un 20%. En el informe salarial del organismo del 2021-2022, “se observan muy pocos cambios”. Y eso se repite en el panorama ecuatoriano, donde la brecha salarial es del 50%, al analizar la mediana del ingreso laboral del 2022. Este indicador omite los valores máximos y mínimos de pago de los trabajadores; por lo cual, permite tener una visión más cercana a lo que están ganando las personas.
Es así que la mediana del ingreso de las mujeres el año pasado fue 270,20 dólares. Mientras que la de los hombres fue de 405,90, un valor superior por 135,70 dólares. La desventaja de las trabajadoras también se siente en la evolución de los pagos. Entre 2021 y 2022, los varones tuvieron un aumento de más de 100 dólares en sus ingresos, pero para las mujeres fue menor a 20 dólares (ver gráfico). Este panorama se ha configurado hace muchos años, por diversos factores sociales. Las mujeres aún tienen desventaja para acceder a la educación o culminar sus estudios. También muchas se dedican parcial o totalmente a labores domésticas.
Esto ha generado que sean trabajadoras con menor formación o falta de experiencia, resaltó Cristina Martínez, abogada laboral de Ecuador Consulting Group. Para la experta, “la brecha salarial debe ser vista desde la falta de preparación, por las desigualdades que han vivido y viven las mujeres”.
Con esto coincide la CEO de Laborlex, Vanessa Velásquez. Además, señaló que en Ecuador hay percepciones sociales de fondo que aún ponen a las mujeres como inferiores o con menos capacidades, pese a tener la misma experiencia o títulos que los hombres.
Es por eso que en iguales funciones que cumplen los trabajadores hay diversas denominaciones y de salarios. Por ejemplo, una mujer que es secretaria puede cumplir las mismas tareas que un hombre, que es asistente administrativo, con ello se da una excusa para pagarle más al varón, explicó Velásquez.
Las mujeres trabajadoras en el país también tienen trabas para ascender de posición. Un reciente estudio de Multitrabajos evidenció que las postulaciones de las mujeres disminuyen para cargos de mayor rango. Por ejemplo, en los puestos Junior, el 45% de postulaciones son de mujeres y en las áreas de jefe son el 31%. El portal también detectó que con el rango de puesto se va aumentando la brecha salarial entre ambos géneros.
Para Martínez, el panorama se irá transformando paulatinamente porque ahora las profesionales jóvenes están mejor preparadas y son las que tienen la oportunidad de postular para cargos directivos. “Hay mujeres de unos 25 años que tienen títulos de cuarto nivel y empiezan pronto su trayectoria”, dijo la experta.
Desde el sector empresarial, se impulsan iniciativas para incrementar la diversidad y la participación de mujeres en directorios, señaló María Paz Jervis, presidenta ejecutiva de la Cámara de Industrias y Producción (CIP). El objetivo es que las mujeres lideren al menos el 30% de las áreas de las empresas más importantes del Ecuador para 2030.
En general, en varias empresas hay mayor involucramiento para impulsar la participación laboral de las mujeres. “Hay compañías que han incluido guarderías y centros de lactancia en instalaciones privadas”, recalcó Miguel Ángel González, presidente del Comité Empresarial Ecuatoriano.
El papel del sector empleador es vital para los cambios en cuanto a género, opinó Alison Vásconez Rodríguez, especialista del programa de empoderamiento económico de ONU Mujeres. Para ello, en las empresas se debe transparentar la información salarial y hacer una nueva valoración de las labores que cumplen las mujeres, acotó.
Esto se logrará con nuevas normas. Una de ellas es la Ley de Economía Violeta, la cual promueve incentivos para la contratación formal de mujeres, en condiciones de equidad. Los expertos esperan que los resultados de esta legislación ya se concreten desde este año.
- PROFESIÓN. Una mecánica aeronáutica que impulsa su vuelo
Los sonidos del despegue de los aviones son parte de la sinfonía que acompaña la labor de Lorena Pillajo, desde hace ocho años. Día a día, ella se encarga de que estos medios de transporte funcionen en óptimas condiciones.
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Leer másPillajo es mecánico aeronáutico de Avianca. Desde pequeña tuvo en claro lo que quería hacer, porque la motivación de su futuro profesional la tuvo desde su hogar. “Mi papá era militar y una vez nos llevó a una exhibición de aviación”. Vio un helicóptero y, sin saber aún de la tecnología aeronáutica, decidió ser parte de ese mundo.
Cuando terminó el colegio empezó a buscar una carrera relacionada con la mecánica de aviones. Encontró una opción pagada en las Fuerzas Armadas Ecuatorianas. Para cumplir su sueño, accedió a un crédito educativo y se fue a Latacunga a estudiar.
Ella y dos compañeras eran las únicas mujeres de 50 hombres que ingresaron. Recuerda con orgullo que las tres lograron culminar la carrera.
Luego fue un desafío incorporarse al mercado laboral porque es pequeño y porque su profesión siempre ha estado liderada por hombres. “No percibí los retos tan grandes como al parecer eran, simplemente fui y dije tengo que hacerlo”, cuenta.
Pillajo tuvo la oportunidad de ingresar a Avianca. Primero, como asistente administrativa para apoyar en el taller de ruedas. Posteriormente fue contratada permanentemente y, por sus conocimientos, incursionó en el área mecánica.
Ahora ella es la encargada de revisar la parte física de los aviones y legal de los vuelos para garantizar que cada despegue y aterrizaje sean seguros. Otra de sus funciones es el mantenimiento del hangar (donde se guardan los aviones).
Pillajo se ha convertido en mentora de algunos compañeros. “Si alguno tiene una duda o temor, me llama para que yo pueda asistirlo”, comenta.
En el holding de Avianca laboran más de 5.000 mujeres y su presencia se sigue impulsando en áreas operativas como mecánica, que en el caso de Ecuador todavía tiene mayor participación masculina. De todas formas, Pillajo está convencida de que las brechas de género en todos los campos irán disminuyendo. “Es importante enseñarles a los niños y niñas que una actividad no es propia de hombres o mujeres, sino que ellos pueden llegar a ser lo que quieran ser, sin temores ni estereotipos”, enfatiza.