La sequía afecta la producción de 7.700 hectáreas de cultivos
La papa, el tomate y otras hortalizas como zanahorias, berenjenas y pimientos son los más vulnerables
En Ambato, María Chango ha tenido que hacer un cambio drástico en su dieta familiar: la papa, el tubérculo que ha sido parte esencial de su cocina por generaciones, ha sido reemplazada por arroz. Aunque prefiere el sabor y la versatilidad de la papa, los altos precios la han obligado a modificar el menú diario. “Ahora comer papa es un lujo. Ya lo preparamos solo en comidas especiales”, lamenta.
En Tungurahua, los precios del producto han incrementado de manera alarmante en las últimas semanas, afectando gravemente el presupuesto de los hogares. En zonas agrícolas como Quero, Margarita Curay observa con preocupación cómo sus cultivos han sido devastados. La falta de lluvias durante los últimos tres meses, junto con las heladas, ha golpeado duramente la producción. Esta situación, según Margarita, es solo una parte del problema. La plaga de la paratrioza, un insecto que ataca y seca los tubérculos, ha empeorado la situación. Según el Mercado Mayorista de Ambato, desde junio hasta septiembre, el quintal de papa súper chola ha pasado de 23 a 33 dólares.
La producción de papa en lugares como Quero, Tisaleo, Pelileo, Ambato, Píllaro y Mocha se ha visto diezmada por las plagas y la sequía.
Pero no solo las familias como la de María Chango han sentido el impacto. Sandra Corral, propietaria de un local de comidas, también se ve afectada por el aumento de precios. “No podemos cobrar más porque la clientela se queja, nos toca absorber ese gasto extra”, comenta con frustración. El negocio, que depende de productos frescos como la papa, ya no es tan rentable como antes.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), el área destinada al cultivo de papa ha disminuido dramáticamente: en 2014, se utilizaban 34.000 hectáreas para sembrar este tubérculo; para 2024, esa cifra cayó a solo 20.000 hectáreas.
Un problema nacional
Desde el Ministerio de Agricultura, se alega que este problema climático, que podría extenderse hasta noviembre, tiene efectos a nivel nacional, y un resultado de esto son las 7.700 hectáreas de cultivos afectadas.
En una entrevista televisada, Danilo Palacios, señaló que otro de los productos afectados es el tomate, con 600 hectáreas a nivel nacional. En cuanto a los cultivos parcialmente dañados, los huertos pequeños de hortalizas como zanahorias, berenjenas y pimientos han sido los más vulnerables.
En Tungurahua, el precio de la papa no es el único que ha aumentado. Productos esenciales como el ajo macho y la fresa también han visto un incremento significativo en sus costos. Mientras que en junio un balde de fresas costaba 15 dólares, ahora se encuentra en 32 dólares. Margarita Curay también siembra fresa y asegura que las plantas ya no le dan la misma cantidad de frutas que antes, por la falta de agua.
Palacios señaló que actualmente se están realizando estudios técnicos para atender y enfrentar futuras emergencias, que no solo incluyen sequías, sino también alteraciones en el ecosistema, algunas de ellas provocadas por los incendios ocurridos en las últimas semanas. Una de las posibles soluciones es identificar áreas donde se pueda ejecutar la creación de fuentes de agua subterráneas.
La crisis hídrica también ha tenido repercusiones en los precios de los productos en los mercados de las principales ciudades del país. Aunque los consumidores enfrentan precios más altos, el Gobierno Nacional ha asegurado que no existe un riesgo de desabastecimiento, pese a las dificultades que atraviesan los agricultores.
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