La sobreoferta y la iliquidez presionan al sector bananero
Productores y autoridades siguen definiendo una solución a corto plazo, para evacuar la fruta que se queda. Los exportadores piden políticas más integrales
Millones de racimos apilados en fincas que no han podido venderse tras el cierre del mercado ruso y el pago irrisorio que los productores están recibiendo por cada caja de banano ha presionado a las autoridades del Gobierno a hallar, junto con productores, medidas urgentes que ayuden a paliar la crisis del sector. La primera de ellas sigue siendo la forma en cómo se evacua la sobreoferta.
Vicente Wong: “En el banano se pierden empleos y eso debería preocuparle al Gobierno”
Leer másLas quejas de desatención que la Federación Nacional de Productores de Banano del Ecuador (Fenabe) dice tener por parte del Ministerio de Agricultura hicieron que autoridades del Ministerio de Gobierno intervengan. Ayer, representantes de esta última cartera de Estado volvieron a tener una reunión (esta vez virtual) con miembros de la Fenabe, para fijar los mecanismos con los cuales se encaminarán algunas medidas acordadas el pasado viernes, a cambio de que el sector deponga sus manifestaciones en carretera. El plazo terminaría este viernes.
“Es la tregua que hemos dado para que el Gobierno busque soluciones a esta crisis provocada no solo por el impacto de la guerra entre Ucrania y Rusia, sino más bien por el irrespeto a la ley”, dijo ayer Franklin Torres, presidente de la Fenabe, quien señaló que lo más urgente es que se apruebe el mecanismo propuesto (un fideicomiso) para vender internamente la fruta y prohibir que se siga sembrando cultivos para exportación. “Hay más de 40.000 hectáreas sembradas de forma ilegal, de las cuales no se han cobrado las multas respectivas. Nuestro pedido es que se fiscalice eso y que no se dé cupo para exportar esa fruta”.
Regular la oferta que hay en el mercado interno es una medida que también apoya el gremio exportador. Richard Salazar, presidente de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (Acorbanec), aclara que desde hace tres semanas ellos ya lo vienen haciendo, la idea es que todos se comprometan. Solo en la última semana, su gremio logró evacuar 450.000 racimos, con un pago que fluctuó entre $ 1 y $ 2 por unidad. No obstante, dice, esta política debe estar acompañada de un control, “con un barrido a todas las fincas que tienen problemas fitosanitarios”, con el fin de evitar que la fruta, que tiene baja calidad de exportación, logre salir.
No es todo. Salazar cree que si el Gobierno ha decidido intervenir para ayudar a paliar esta crisis, es necesario que se apliquen políticas más integrales. La compra de racimos, aclara, está resolviendo un tema interno, pero no se está atacando el efecto de un problema medular. El cierre de Rusia no solo ha generado un problema logístico (apenas 2 líneas navieras van a ese mercado) sino financiero: no solo que los precios han caído, sino que no todos los pagos están llegando a tiempo, lo que tiene al sector con un gran problema de iliquidez. Si no hay dinero, no hay cómo pagar a los productores y estos tampoco tienen cómo pagar a sus trabajadores.
“Seguimos con escasez de espacio naviero para atender el mercado spot y el costo del flete se ha triplicado. Los importadores, qué están haciendo, un canibalismo, como tienen que vender a un precio determinado a sus clientes y como tienen que pagar un alto flete, están ejerciendo una presión a los países productores como Ecuador, eso es lo que está pasando en este momento y no se dice”.
Coincide con Vicente Wong, presidente de la exportadora Reybanpac, en creer que una solución que les permitiría reducir la iliquidez sería el Drawback (devolución de impuestos) que se dicta en la Ley de Simplificación Tributaria. “No es dádiva, el Gobierno solo tiene que reglamentar lo que ya está”. Otra salida es que se les apruebe una moratoria tributaria. El pedido ya lo han hecho al Servicio de Rentas Internas (SRI) y el Ministerio de Finanzas. Siguen esperando respuesta.
- EMPLEADOS SON SUSPENDIDOS EN FINCA
El panorama es desolador en algunas bananeras de pequeños productores en la provincia de Los Ríos. Como no tienen a quién vender, algunas fincas han debido paralizar actividades, suspendiendo también a sus empleados. “Hemos llegado al punto de que nos ofrecen por cada caja de banano $ 1,50, cuando en realidad el costo del proceso va desde los 2,20 a 2,40, dependiendo la marca y la especificación de destino”, dijo Edwin Enríquez, secretario de la Asociación de Productores Bananeros de Los Ríos. Él, quien tiene una hacienda de 35 hectáreas, a inicios de año empleaba a 55 personas, actualmente solo tiene capacidad para recibir a cuatro, dice. “Nos vienen a pedir trabajo, pero eso no es posible, no podemos sostener los gastos para pagar”, detalló el empresario.
El sector bananero y el Gobierno firman “una tregua” para poner el fin al paro
Leer másDesde hace varias semanas el productor ha tenido que deshacerse de los racimos de banano. Algunos los ha regalado y otros los ha picado para usarlos de abono en su propiedad, aunque es consciente que esa no es la solución debido a que mucha gente en el mundo muere de hambre. Según sus cuentas, en seis semanas las pérdidas ascienden, en su propiedad, en más de 70 mil dólares.
Omar Peñaherrera, trabajador de otra hacienda, dijo que es necesario que las autoridades les extiendan una mano ya que es la única fuente de ingresos económicos que tiene para poder sustentar a su familia.
Indicó que trabaja desde hace 30 años en haciendas bananeras, por ello lamenta la situación por la que están pasando y también hace un llamado a las autoridades para que busquen alternativas de exportación y así puedan ayudar a los productores.
“Aquí ganamos un sueldo básico y la mayoría somos cabeza de hogar por lo que dependemos de esto para alimentar a nuestros hijos. Ya se vienen las clases presenciales y debemos gastar en uniformes y útiles escolares”, expresó. DV