Última etapa de planta de biogás en Quito entra en operación
Se inauguró la ampliación del complejo que transforma metano del relleno de El Inga en energía
Bajo un sol radiante, los ejecutivos de la empresa española del sector medioambiental y de energías renovables Gasgreen y los funcionarios de la Empresa Pública Metropolitana de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs EP), que mantienen una alianza estratégica para la eliminación de pasivos ambientales en el relleno sanitario de El Inga, en Quito, inauguraron este 17 de octubre de 2024 la ampliación de la planta de tratamiento que transforma el metano generado por el relleno en energía limpia y renovable.
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La firma europea diseñó, financió, construyó y opera desde el 2016 una planta que elimina el metano, uno de los principales gases de efecto invernadero. En el 2018, debido a la prolongación de la vida útil del relleno sanitario decidida por las autoridades de Quito, se identificó la necesidad de ampliar la capacidad de la planta para procesar los efectos perniciosos del mayor volumen de residuos. Este proyecto de ampliación, aprobado por las autoridades nacionales en 2023, se amplió, con una inversión estimada total, entre las tres fases, de 20 millones.
Con la ampliación, la planta alcanza una capacidad instalada de 9 megavatios, lo que permite abastecer a más de 40.000 hogares con energía limpia, renovable y sostenible. A diferencia de otras fuentes de energía renovable, esta planta opera 365 días al año, 24 horas al día, ofreciendo una generación predecible, confiable y continua, sin depender de factores como el clima o las estaciones, explicaron los ejecutivos de Gasgreen. La única fuente de ingresos de la española proviene de la venta de la energía producida, lo que hace que el proyecto sea financieramente sostenible y ambientalmente beneficioso.
“Si bien la capacidad de generar energía es uno de los pilares del proyecto, la verdadera importancia de la planta radica en sus contribuciones a la mitigación de pasivos ambientales y a la lucha contra el cambio climático. La gestión de residuos genera pasivos ambientales como el metano, un gas no solo nocivo para la salud y el medioambiente, sino también 28 veces más potente que el CO2 en su contribución al calentamiento global”, aseguraron.
La planta de Gasgreen eliminará aproximadamente 16.000 toneladas de metano anuales una vez que la ampliación esté a pleno rendimiento. Esta cifra equivale a la eliminación de unas 400.000 toneladas de CO2 por año, lo que constituye una de las mayores contribuciones de Ecuador en la lucha contra el cambio climático. Para ponerlo en contexto, esta cantidad de CO2 es equivalente a las emisiones generadas por todos los vehículos de Quito en el mismo período.
Para mucha gente, la capacidad de "transformar basura en electricidad" podría no ser un concepto tan claro. Todo comienza con la disposición adecuada de los residuos en el relleno sanitario de Quito, donde la basura contiene más de un 50% de materia orgánica. Este material, al descomponerse mediante la acción de cuatro tipos de bacterias, genera biogás, un subproducto con un alto contenido de metano.
Este biogás, en lugar de ser liberado a la atmósfera, donde contribuiría al calentamiento global, es capturado por una red de pozos y transportado a la planta a través de conducciones especiales de polietileno de alta densidad (HDPE). Allí, el gas es tratado para eliminar componentes agresivos antes de ser inyectado en motores de combustión interna de última generación. Estos motores, diseñados específicamente para las condiciones únicas de Quito, generan electricidad con una eficiencia cercana al 40%. El 60% restante de la energía se convierte en calor, lo que ha impulsado diversas propuestas para su aprovechamiento en futuros proyectos.
