La venta del Banco del Pacífico se cae por falta de interesados
La entidad no se venderá este año. El proceso logró captar apenas una oferta vinculante que no cumplía con los parámetros de valor exigidos
Los planes del Gobierno de concretar la venta del Banco Pacífico para finales de este año no llegarán a feliz término. Esto, luego de que representantes de la entidad financiera declararan el concurso como desierto, debido a que la única oferta receptada no cumplía con los parámetros exigidos: que el banco sea comprado por encima de los $ 900 millones de su valor patrimonial.
Roberto González: “La Superintendencia califica al comprador, no la venta del Banco del Pacífico”
Leer másHasta agosto de este año, 33 entidades internacionales habían sido invitadas a conocer el proceso. De ellos, solo seis se mostraron interesados y solicitaron mayor información, tres de ellos enviaron ofertas no vinculantes, pero hasta el 31 de octubre de este año, solo uno envió una oferta final vinculante.
Sin embargo, esta oferta, hecha por un banco latinoamericano, no llegó a cumplir con los parámetros establecidos, pues el precio propuesto estaba por debajo del valor en libros, principal factor que inviabilizó la venta.
Esto, según explicó a EXPRESO, Roberto González, presidente del banco del Pacífico, fue motivo suficiente para declarar el concurso como desierto. "Por debajo del valor en libros es imposible venderlo. De ninguna manera, Banco del Pacífico se va a mal vender...Esto ya ha sido comunicado a los accionistas y al Gobierno, por eso se declara el concurso como desierto", reiteró.
Esto no significa que el Gobierno decline ante su intención de vender a la entidad financiera, la segunda más grande del país medida por sus activos (más de $ 7.000 millones). El próximo año se prevé abrir un nuevo proceso.
Entre los motivos que afectaron la venta, cita González, está la actual circunstancia de los mercados financieros mundiales, el alto riesgo país, las considerables subidas de tasas de interés de las principales economías y la incertidumbre por los procesos legales y políticos, tanto locales como de la región.