La venta online, un reto pendiente para los negocios
Solo el 30 % de las marcas con locales presenciales ofrece compras vía web. Los ‘malls’ se adaptan sobre la marcha. Hay planes para pequeños comercios
El miércoles, los centros comerciales del Puerto Principal reabrieron sus puertas, aunque a un número limitado de clientes. Pese a ello, la medida es un alivio para los propietarios de los locales, cuyas puertas cerraron en marzo, cuando empezó la emergencia sanitaria por COVID-19.
Pero la reapertura no significa el retorno a la normalidad, pues el limitado aforo, el temor de los usuarios y las dificultades de asistencia para quienes pertenecen a grupos vulnerables limitará las ventas.
En los últimos dos meses, el comercio electrónico se convirtió en una opción para establecimientos y consumidores, aumentando en un 800 % según datos de la Cámara Ecuatoriana de Comercio Electrónico (CECE), y deberá mantenerse y ampliarse a la par de los locales presenciales con el fin de generar mayores ingresos.
“El e-commerce no es nuevo en Ecuador, y antes de la pandemia ya estaba en un proceso de maduración. Lo que hizo la emergencia fue visibilizar su necesidad y también sus falencias”, explicó el experto en negocios digitales Daniel Castaño. “Grandes marcas que tenían una presencia online muy limitada vieron la importancia de tener una plataforma funcional, que va mucho más allá de una moda. El reto es que ahora tendrán que hacerlo sobre la marcha”.
Y es así. En las últimas semanas, tres centros comerciales de la ciudad, Mall del Sol, City Mall, Village Plaza, adaptaron sus plataformas para establecer un sistema de ‘pick up’ en sus parqueaderos. Esto permitía a los clientes hacer el pedido vía web, cancelarlo por botones de pago (para los que lo tuvieran) o transferencia y recogerlo en el sitio. Pero solo el 30 % de los locales comerciales cuentan con este servicio.
“Actualmente tenemos solo 17 locales participantes, pero esperamos que se sumen otros más en los próximos días. Cada local es responsable de su operación, pues receptan compras a través de sus medios digitales. Esto es e-commerce, redes sociales o directamente a través de whatsapp”, dijo Patricia Herrera, gerente de Marketing CityMall.
Un estudio realizado el año pasado por el Instituto Latinoamericano de Comercio Exterior determinó que en el país el comercio electrónico mueve $ 200 millones al año, pero de ese monto 60 % proviene de ventas desde el extranjero.
“Ya se habían ido sumando muchos negocios, incluso grandes marcas a las ventas en línea, pero esta situación agilizó el proceso de una manera voraz. No se pudo hacer de manera paulatina y por eso, en muchos casos, colapsó hasta a quienes tenían más experiencia en el tema”, explicó Leonardo Ottati, presidente de la CECE. “Lo que los negocios deben tener en cuenta, que esta nueva normalidad no es temporal, y es necesario adaptarse en el corto plazo”.
Pero no es un proceso sencillo. Carla Machado, cofundadora del establecimiento Megafashion, explica que la conversión hacia lo digital requiere de una inversión considerable, en medio de una época de crisis. “Es cierto que debimos ir moviéndonos hacia las redes, pero lo veíamos como un gasto innecesario. Ahora el problema es que se requiere de una inversión para crear la plataforma, de contratar a alguien que lo maneje, de gastar en hacer entregas, y es un dinero que, sin ventas y con menos clientes, se va a complicar”, dijo.
Para otros, el gasto lo amerita. Bertha Serrano, propietaria de la marca Fulgore, fue una de las primeras en implementar una plataforma digital. Hasta febrero, esta representaba un 30% de sus ventas, cifra que actualmente se ha duplicado. “Este es un momento en el que se debe innovar”, dijo en una entrevista previa con EXPRESO.
Otra traba a la expansión hacia la economía digital es las limitantes de la penetración de tarjetas de crédito y débito en los establecimientos a nivel nacional, que no solo facilitan la venta en tiendas, sino que son vitales para el comercio electrónico.
Según datos de la Superintendencia de Bancos, hasta enero se registraron 7,844,290 tarjetas de débito y 3,490,290 tarjetas de crédito, frente a 127,742 puntos de venta que las aceptan a nivel nacional.
“El que tengas que salir de la página del negocio e ir a agregar una cuenta para hacer una transferencia ya es una medida disuasoria, porque complica al cliente”, subrayó Castaño. “Se necesitan ampliar los métodos de pago para reactivar el comercio en varias plataformas”.
Opciones para pequeños negocios
Desde el año pasado, varias entidades bancarias a nivel nacional han desarrollado proyectos piloto para sumar a los pequeños comercios a la compra por tarjeta de crédito o débito. Durante la emergencia sanitaria, ese esfuerzo se ha intensificado.
El Banco Central cuenta con tres proyectos pilotos, uno de ellos incluye la reducción de la tarifa de las transacciones del Sistema de Pagos Interbancario de esta entidad. Mientras tanto, BanRed ha desarrollado un proyecto de billetera móvil para taxistas y locales distribuidores de gas doméstico.
A través de otro programa, realizado con el Municipio de Quito, esperan extender este servicio a 300 tiendas de barrio en los próximos meses. El MIES impulsa una billetera móvil para emprendimientos como la venta de cosméticos por catálogo.