Lo económico produjo rupturas en Carondelet
Este es el ruido que sigue a las salidas de palacio. Las protestas de octubre dejaron otras bajas.
Las rupturas no siempre son amistosas. Si bien en el gobierno del presidente Lenín Moreno hay una decena de funcionarios que rotan en diferentes funciones, existe otro tanto que tuvieron en el gabinete su debut y su despedida, pero en términos menos cordiales.
El caso del exembajador Francisco Carrión no es el primero. Esta nueva discrepancia estuvo a punto de pasar por debajo de los radares de la opinión pública, de no ser por unas declaraciones del secretario de gabinete, Juan Sebastián Roldán, en las que desmentía al diplomático sobre cómo se produjo su salida de la Embajada. Eso lo molestó.
Aunque el objetivo es el de la lucha contra el narcotráfico, al cual me adhiero plenamente, es imperativo que haya un acuerdo vinculante entre las partes
Las decisiones, especialmente en temas económicos y el supuesto alejamiento de los preceptos con los que llegó Lenín Moreno, están entre las principales justificaciones por las que se han alejado algunos de sus colaboradores iniciales.
Por ejemplo, el exministro de Economía, Carlos de la Torre, se ha convertido en un férreo crítico del manejo económico del régimen. Aunque salió del Gobierno el 6 de marzo de 2018 en supuesta aparente calma, era evidente que existían desacuerdos, los mismos que se exteriorizaron a las pocas semanas de su partida.
Similar situación pasó con el reemplazo de De la Torre, María Elsa Viteri, quien estuvo en Economía y Finanzas pocos meses. Se enteró de su salida mientras mantenía una reunión como ministra y calificó como “un gravísimo error” el giro al manejo económico que le daba el presidente Moreno al designar a Richard Martínez como su sucesor.
Hay otro grupo que se alejó del Gobierno casi al unísono. El conformado por Augusto Barrera (exsecretario de Educación Superior); el exsecretario de Planificación, Andrés Mideros; y el exministro de Agricultura, Rubén Flores.
El descontento de los tres se sentía en el ambiente, aunque no se exteriorizó hasta que se concretaron sus salidas. “Lo que no puede ser es que el programa económico responda a una lógica que fracasó en el pasado. Las cargas deben distribuirse equitativamente en la sociedad”, explicaba Barrera al referirse al debate interno que ya había entre los ministros de Moreno por la eliminación de los subsidios.
“Augusto no entendió que la chequera del Estado se agotó”, fue la respuesta que obtuvo de lado de los voceros del Gobierno. Barrera, Flores y Mideros dijeron que se agruparían en torno a una nueva plataforma denominada Vamos Ecuador, alejada de Alianza PAIS y de Carondelet, aunque poco o nada se ha sabido de esta propuesta en los últimos meses.
Las violentas protestas de octubre, lideradas por el movimiento indígena, también dejaron bajas por el descontento. Humberto Cholango, quien en su momento fue presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), dejó la Secretaría del Agua, según los medios públicos, porque no estaba de acuerdo con la aplicación del Decreto 883 (derogado para poner fin al paro), que eliminaba los subsidios a la gasolina extra y el diésel, y por lo tanto estaba del lado de los manifestantes.
También significó la salida de Berenice Cordero, del Ministerio de Inclusión Económica y Social (MIES), que fue criticada por los indígenas. Fuentes de la presidencia le dijeron en su momento a EXPRESO que el relevo se debía en parte a una inconformidad por la falta de promoción de esta cartera de Estado de lo que había hecho el régimen en el territorio.
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