Ecuador sin claridad sobre su estrategia para enfrentar desastres
España tomó acciones en 1957 para mitigar daños por la DANA y aún as´´i, fue sorprendida. En Ecuador se atiende a los daños
En 1957, una gran riada en Valencia, España, dejó 81 fallecidos y causó graves daños materiales. Para evitar que la tragedia se repitiera, se decidió desviar el cauce del río Turia, permitiendo que desembocara en el mar, pero por las afueras de la ciudad.
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Leer másEn los archivos históricos de ese país se documentan 22 grandes y devastadores desbordamientos del Turia entre 1321 y 1957. Se detectó que aproximadamente cada 30 años ocurría este evento adverso, como resultado de una Depresión Aislada en Niveles Altos (DANA).
Este fenómeno meteorológico surge cuando una masa de aire frío se separa de la circulación general de la atmósfera y entra en contacto con una masa de aire caliente, generando una gran inestabilidad que provoca lluvias torrenciales, tormentas eléctricas, granizo y fuertes vientos.
Después de 67 años, y con el cambio climático en curso, su fuerza se ha intensificado. Según el gobierno español, hasta el momento se han registrado 221 fallecidos y otras 78 personas están reportadas como extraviadas.
Haciendo un comparativo con Ecuador, Diario EXPRESO intentó obtener una entrevista con el titular de la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), Jorge Carrillo Tutivén, para conocer las acciones implementadas por la institución, como ente rector de la prevención frente a eventos adversos y fenómenos naturales, meteorológicos y antrópicos.
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Leer másSin embargo, se informó que no tenía disponibilidad en su agenda durante las próximas dos semanas. Ante ello, se solicitó dialogar al menos con un técnico o encargado del tema para detallar si en Ecuador existen obras, trabajos o proyectos que permitan reducir el impacto de desastres naturales. Hasta el cierre de esta edición, no se obtuvo respuesta.
Jorge Sevilla, ingeniero geólogo, afirma que Ecuador no está preparado para enfrentar ningún tipo de desastre, y una muestra de ello se refleja en la crisis energética, agravada por la sequía que afecta al país.
“Pudimos haber mitigado esta situación si hubiéramos contado con un plan nacional de sequías, que hasta el momento no existe. Además, hay varios tipos de sequías: la meteorológica, que ocurre por falta de lluvias; la hidrológica, que se da por la escasez de agua en los embalses; la agrícola, que se manifiesta cuando no hay humedad en los suelos; y la urbana, que sucede cuando no hay agua potable. Y todas las sufrimos ahora”, precisa.
Sevilla sostiene que lo antes mencionado fue advertido por los colegios de profesionales, pero lamenta que “la falta de decisión y conocimiento de los funcionarios que manejan nuestro país” impidió que se tomaran medidas necesarias.
Ramiro Maruri, presidente del Colegio de Ingenieros Geólogos del Ecuador, señala que ni siquiera hay previsión para atender los fenómenos registrados anualmente. Recuerda los aluviones en Quito como el de 2022: a pesar de dejar 28 fallecidos, aún no hay acciones contundentes para evitar otro caso. En abril pasado se registró el último deslizamiento, que dejó un fallecido.
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Leer más“El problema está latente. Hay movimientos constantes de masas, pero las autoridades no realizan estudios ni adoptan medidas. Como país, no contamos con un plan que permita, al menos (por la falta de recursos), que los municipios adopten las recomendaciones de los colegiados, que sí realizan un seguimiento permanente de lo que ocurre. Esto es clave para una verdadera prevención de riesgos”, afirma.
Hugo Játiva, consultor en geotécnica y procesos geológicos, señala que tan solo los terremotos y tsunamis son eventos que “todavía” no se pueden predecir.
Recuerda que en Alausí (Cañar) hay una “responsabilidad culposa porque nunca se preocuparon por evacuar a las personas. Es una negligencia criminal”.
Enfatiza que la ausencia de control en asentamientos irregulares y la regularización por parte de autoridades que solo piensan en ganar las elecciones cercanas permite tragedias que pueden repetirse, y de forma más grave, en un futuro cercano.
“Las autoridades son corresponsables... Hay ciudades en donde el 40 % puede ser destruido, con miles de muertos por un sismo, porque hay leyes y reglamentos que no son cumplidos, o son tergiversados a su favor. Ese es el principal problema que se debe atender” para pensar en los estudios y acciones a futuro, reflexiona.