
Ecuador no habría aprendido de la pandemia del COVID-19
Este tipo de azotes dejan enseñanzas, pero expertos en salud dicen que el país no está ejecutando lo vivido con el COVID
Remover los recuerdos guardados fue lo que hicieron los cinco galenos que conversaron con EXPRESO sobre cómo se encuentra el país para enfrentar otra pandemia. Ecuador está a días de recordar cinco años desde la confirmación del primer caso de COVID-19 en el país y del inicio de una batalla de sabiduría, paciencia, resistencia, angustia, impotencia y esperanza liderada por cientos de médicos. Sin embargo, ¿el país está listo para enfrentar otra pandemia? ¿Qué se aprendió y qué se está aplicando?
Guayaquil fue la ciudad más golpeada de Ecuador. Su gente no sabía lo que pasaba. La falta de respuesta pronta por parte del Ministerio de Salud Pública, la aflicción que vivieron los médicos durante la pandemia, lo que sintieron y cómo enfrentaron este mal, Juan Carlos Aveiga, director médico del Hospital Alcívar, lo redactó en dos libros. Su objetivo: recordar lo que realmente pasó. Pero, ¿por qué? Porque “la pandemia nos cogió de sorpresa; eso demostró que no estábamos listos para todo”.
A criterio de Jorge Bucaram, presidente del Colegio de Médicos del Guayas, cada peste que ha lidiado la ciudad ha dejado una enseñanza. Pone como ejemplo la epidemia del cólera, que hubo hace muchos años atrás. La gente sabe que debe beber agua segura, es decir, hervir el agua. Con la pandemia del COVID, el galeno indica que el país aprendió que se debía usar mascarillas, que era menester aislarse para no contagiar a otros, a acudir a un centro médico para que nos diagnostiquen. También a evitar las aglomeraciones en los feriados o en eventos y a comer mejor: frutas, legumbres, a ser conscientes de que es importante hacer ejercicios.
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Francisco Andino
¿El país estaría en la capacidad de soportar otra pandemia?
Pero más allá de eso, la pandemia demostró que en el país no había un plan para cosas menores, afirma Aveiga, porque al principio, el manejo de la pandemia “sí fue un desastre”. No obstante, si Ecuador ahora debe enfrentar una nueva plaga no estaría listo, asevera, debido a los problemas actuales que existen en el área de salud.
Por lo que esta se encuentra en terapia intensiva, gravemente herida y a punto de desfallecer, sentencia Francisco Andino, exministro de Salud, exgerente general del Hospital de Especialidades Teodoro Maldonado Carbo, coordinador de Protocolo del Foro Permanente de la Salud y experto en epidemiología. Esto, a su criterio, se debe a la territorialidad de las entidades que forman el ente rector, por lo que deberían estar descentralizadas y desconcentradas, no agrupadas por distritos ni circuitos como ahora lo están. Es decir, volver a la provincialización de la salud para que de esta forma estas tengan autonomía y se autogestionen, porque el modelo actual, asegura, “ha retardado la resolución sanitaria de las enfermedades”.
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Jorge Bucaram
Sin embargo, a pesar de que ya se ha identificado en qué el sistema de salud debe mejorar, no se lo ha hecho, afirma Ricardo Cañizares, exviceministro de Salud, epidemiólogo, docente de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, miembro de la Sociedad Ecuatoriana de Salud Pública y del Observatorio de Implementación del Sistema de Salud. Tanto así que, aunque ahora el país está enfrentando una epidemia de dengue, no se ha visto que hayan incrementado la vigilancia epidemiológica ni que se entregue información sobre dónde son los lugares de mayor transmisión, cómo están los índices aédicos de mosquitos ni si están evaluando las acciones que han tomado, como que los mosquitos están presentando resistencia a las sustancias químicas con las que se fumigan.
Y es que otro de los problemas es que el sistema de salud se confía, subraya Bucaram, por lo que dejan a un lado las campañas de prevención y debido a eso, hoy hay un repunte de dengue. “Hablamos de 30.000 casos”. Aunque, “eso siempre ha sido una falencia dentro del sistema nacional de salud”, el médico considera que el Estado debe crear una política pública de salud y enfocarse en la prevención, en la atención primaria y en brindar seguridad y los recursos necesarios para que los profesionales salgan a la comunidad; varios de ellos no lo hacen por temor a la inseguridad.
Ricardo Cañizares
¿A qué se deben estas falencias?
A eso se suma que hay un déficit de atención en los hospitales públicos, indica Aveiga, por lo que no están atendiendo a todas las enfermedades. Esto, porque “parchamos la llanta vieja y andamos parchando, mirando de acuerdo con lo que pasa”, menciona Andino, porque las necesidades que existieron en los hospitales, hace cinco años, en camas hospitalarias, solvencia de flujos, condiciones gerenciales, insumos y medicamentos, eso no ha variado.
Pero todo esto se debe, señala Cañizares, a que hay falencias técnicas desde el Ministerio de Salud, empezando por el diseño del modelo de gestión y de atención. Además, debe mejorar el acceso a la información. “Si usted revisara la información que hay sobre vigilancia epidemiológica en el Ministerio de Salud, en la Dirección Nacional de Vigilancia Epidemiológica, no hay información completa ni actualizada y se requiere tenerla sobre las principales incidencias, prevalencias y letalidad de las epidemias que están ocurriendo, porque eso permitirá tomar decisiones adecuadas”.
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Juan Carlos Aveiga
¿Cómo está el sistema de medicina legal?
No obstante, las morgues deben también ser atendidas, observa Bucaram y Andino. El presidente del Colegio de Médicos del Guayas manifiesta que, en pandemia, estos sitios se saturaron porque no tenían la capacidad de almacenar los cuerpos hasta su inhumación. Hoy tampoco, declara Andino, ya que, aunque estamos en un estado de violencia, de guerra interna, declarada por el Gobierno, los cuerpos que han ido al Servicio de Medicina Legal no han sido correctamente atendidos, siendo un foco de infección por la emisión de fenoles, producto de la putrefacción de los tejidos, y de microorganismos, que han puesto en vilo la salud pública. Además, de que no hay abastecimiento de espacios disponibles para estas emergencias en los cementerios.
Ante esto, “no estamos haciendo nada, ni del gobierno central ni los gobiernos locales”, dice el exministro de Salud. “Es decir, estamos a la buena de Dios”, por lo que cree que seguirán existiendo enfermos y muertos de todas las enfermedades”. Además, recomienda que Guayas sea declarada en estado de emergencia porque sigue presentando graves problemas.
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