Ecuador, en la mirada del extranjero, crea un dilema

Ecuador, un país reconocido por su biodiversidad y paisajes espectaculares, ha sido un destino atractivo para muchos turistas alrededor del mundo. Sin embargo, en los últimos años, la creciente inseguridad y violencia han afectado la percepción de los viajeros. Aun así, muchos siguen considerando a Ecuador como un destino interesante y lleno de maravillas naturales y culturales, aunque con ciertos reparos. 

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EXPRESO entrevistó a ciudadanos de distintos países que compartieron sus pensamientos sobre si visitarían el país, que hoy empieza un nuevo feriado nacional por las fiestas de Independencia de Guayaquil, a pesar de los desafíos actuales.

Carol Lagunas, de Santiago de Chile, expresa un gran entusiasmo por conocer Ecuador, destacando lugares emblemáticos como Quito y las Islas Galápagos. Para ella, lo más importante es la experiencia cultural, la historia y el contacto con la naturaleza. “Me encantaría visitar Quito, conocer sus mercados, su casco histórico y sus centros artesanales. Pero lo que más me fascina es la idea de conocer Galápagos, estar en contacto con la naturaleza, ver las tortugas ancestrales. Es un sueño para mí”. 

A pesar de la inseguridad, su pasión por conocer estos sitios sigue siendo mayor que cualquier temor, demostrando que los atractivos naturales y culturales aún pueden superar los problemas nacionales.

La inseguridad los frena

Oswaldo Díaz, un profesor de 48 años de Lima, Perú, compartió su perspectiva, mencionando que, aunque en algún momento consideró visitar la Sierra ecuatoriana, la inseguridad le ha hecho reconsiderar. “Lo pensamos con mi esposa hace unos años, queríamos conocer Quito y Guayaquil, pero con los problemas de violencia decidimos ir a Colombia en su lugar. Ecuador no se promociona tanto como otros países, y la seguridad es una preocupación”. Oswaldo, al igual que otros, se muestra reacio a visitar el país mientras los problemas de seguridad y los apagones no sean controlados, lo que pone de relieve un reto importante para el turismo ecuatoriano.

Felipe López, antropólogo colombiano de Popayán, tiene una visión más optimista. Reconoce los desafíos nacionales, pero destaca el progreso del país en términos de turismo y cultura. “Ecuador nos da ejemplo de que se pueden hacer las cosas bien. Quito ha sufrido una transformación gigantesca con su Metro y la recuperación de zonas turísticas. Además, la Amazonía ecuatoriana sigue siendo un destino por explorar”.

También hay quienes piensan en darle al país una oportunidad

Paloma Sánchez, una española de 30 años que trabaja en logística, tiene una visión más neutra. Aunque admite que no tiene una opinión formada sobre el país, se muestra interesada en visitarlo: “Seguro que tiene muchos lugares increíbles por descubrir”. Para Paloma, Ecuador es un misterio por explorar, lo que demuestra que el país aún puede captar la curiosidad de quienes no lo conocen en profundidad.

Esta es la mirada de un puñado de extranjeros que, pese a la mala imagen del país hacia afuera, aún ven en sus paisajes, playas y montañas un potencial turístico que les gustaría visitar, tomando el resguardo debido.

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