Ecuador relató en La Haya el plan para la fuga de Jorge Glas: datos reveladores
ANÁLISIS. El abogado Crossato demostró que la diplomacia de López Obrador actuó ocultando su verdadera intención
Quizá la más importante de las fortalezas que tiene el Ecuador para defenderse de la acusación de México ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en La Haya, por la invasión de su embajada en Quito el 5 de abril, es el comportamiento de ese país en los meses y días previos a esa fecha. Si no fuera porque México se portó con el Ecuador en forma sinuosa, irrespetuosa y hasta tramposa, la defensa del equipo de abogados que representan al Ecuador sería mucho más difícil.
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Leer másPrecisamente, en la audiencia de este miércoles 1 de mayo, el abogado Alfredo Crossato hizo una presentación en la que demostró que la diplomacia del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador actuó con mala fe y deslealtad, ocultando su verdadera intención de impedir que Jorge Glas sea procesado por la justicia ecuatoriana.
En ese contexto hizo varias revelaciones, pero una de ellas fue particularmente impactante. El 5 abril, horas antes de la invasión, Ecuador recibió dos pedidos de la Embajada de México que produjeron sospechas más que razonables de que se estaba urdiendo un plan para que Glas pudiera huir.
A esas alturas, la embajadora mexicana Raquel Serur ya había sido declarada persona non grata por las abominables declaraciones de López Obrador sobre el asesinato de Fernando Villavicencio y las elecciones presidenciales de 2023. Además Ecuador se había enterado, por fuentes no oficiales porque nunca fue comunicado oficialmente, que México le había concedido el asilo a Glas.
El primer pedido fue a las cuatro de la tarde y era para que pudieran aterrizar en territorio ecuatoriano dos aviones de la Fuerza Aérea Mexicana, para llevar a la embajadora de vuelta a su país el 7 de abril. El pedido era sospechoso.
De acuerdo con el relato de Crossato, México informó ante la CIJ sobre este pedido en la audiencia del lunes, pero la representación de ese país no indicó que en la solicitud para sacar a la funcionaria se decía que ella viajaría con su personal diplomático, sin que se precise quién saldría con ella. Es decir, no decía los nombres ni el número de personas que usarían los dos aviones militares.
A esto hay que sumar que ninguno de los diplomáticos mexicanos había comunicado su decisión de salir del país. Y algo más: si la embajadora Serur no tiene familia, ¿para qué necesitaba dos aviones?
A esas alturas, además, México no había roto relaciones con Ecuador, por lo que lo de la salida de toda la misión diplomática en los aviones sonaba como absurda.
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Leer másPero lo sospechoso de la situación se agravó una hora después. A las cinco de la tarde de ese fatídico 5 de abril llegó otro comunicado de la Embajada para informar que Serur iba a dejar el país en un vuelo comercial el 7 de abril y que necesitaba que se le facilitaran ciertas comodidades en el aeropuerto. Esto, según Crossato, encendió todas las alarmas: a más del cuento de los dos aviones y de la falta de una lista de las personas que saldrían con ella, estaba el hecho de que había dos pedidos simultáneos y contradictorios entre sí. A la luz de estas dudas razonables, Ecuador pidió autorización para aprehender a Glas (lo había hecho ya varias veces) y recibió una negativa. En ese momento se tomó la decisión de ingresar.
El relato del abogado del equipo ecuatoriano puso en escena en La Haya que el Gobierno de López Obrador actuó de forma soterrada y mentirosa con el exclusivo fin de proteger a un prófugo de la justicia con dos sentencias en firme dictadas por la Corte Nacional de Justicia en su contra, un proceso en curso sobre mal uso de los fondos para la rehabilitación de Manabí luego del terremoto de 2016, además de una acusación por la que debía rendir testimonio, sobre acoso psicológico a una excolaboradora suya.
Pero el relato de Crossato no se enfocó únicamente en lo que ocurrió el 5 de abril. Todo comenzó el 17 de diciembre de 2023, cuando Glas llegó a tocar la puerta de la Embajada de México.
En ese momento, el exvicepresidente tenía orden de arresto, puesto que había incumplido con la orden judicial de presentarse ante las autoridades judiciales periódicamente y porque una de las órdenes de prelibertad que tenía había sido ya declarada como ilegal por la Corte Constitucional. Ecuador entregó toda la información sobre la situación legal de Glas para sostener que no era objeto de asilo político, porque se estaba violando la Convención de Viena y el Tratado de Caracas.
En diciembre del 2023, Ecuador presentó varios pedidos para que no se le conceda el asilo y la documentación sobre sus procesos, pero no recibió contestación. El 10 enero de 2024, Ecuador envió nuevamente la información y otro pedido para que se entregue a Glas, y la Embajada de México recién se dignó a contestar un mes más tarde, negándole el pedido. Recién el 6 de marzo, México consultó a Ecuador si aceptaba reunirse con una misión enviada desde ese país y el Ecuador aceptó. Pero las cosas no cambiaron.
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Leer másEl 3 de abril, las cosas se pusieron mucho más feas con la rueda de prensa de López Obrador. Ese día, según el alegato ecuatoriano, el presidente mexicano hizo aseveraciones falsas e injuriosas, de las que México ni se ha retractado ni ha ofrecido disculpas. Básicamente, el alegato estuvo enfocado en lo siguiente: sin entender todo este contexto previo a lo que ocurrió el 5 de abril, no hay cómo juzgar lo que hizo Ecuador.
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