Ecuador, segundo en el sudamericano Sub-20
Uruguay consiguió este sábado 11 de febrero su octavo título de un Sudamericano Sub-20 y el primero desde 1981 al derrotar por 2-1 a Ecuador.
Uruguay consiguió este sábado 11 de febrero su octavo título de un Sudamericano Sub-20 y el primero desde 1981 al derrotar por 2-1 a Ecuador en la quinta y última fecha del hexagonal final de la edición de 2017, en Quito, con doblete de Joaquín Ardaiz.
En el minuto 4, la joven promesa charrúa del Danubio marcó el primero al aprovechar un error defensivo en el área ecuatoriana y disparar por entre las piernas del portero José Cevallos.
En el minuto 25, el delantero controló a la perfección un pase magistral desde el centro del campo para escaparse y convertir con la pierna izquierda el segundo de la noche para la Celeste.
Al minuto 65, los Ecuador descontó después de que un pase desde la defensa fuera recogido por Herlin Lino, que empalmó con clase para que la pelota entrara en el arco uruguayo.
Con 12 puntos, Uruguay se coronó campeón del torneo, y disputará el Mundial Sub-20 de Corea del Sur, al que también clasificaron Ecuador, Venezuela y Argentina.
Al combinado de Fabián Coito, sin duda el mejor del torneo, con sólo una derrota de los nueve partidos disputados, le bastaba con un empate para coronarse campeón.
Pero saltó con ganas de sentenciar desde el principio en suelo ecuatoriano, país en el que consiguió su séptimo título en 1981, en el mismo estadio Olímpico Atahualpa de Quito.
Y rápidamente se hizo con el juego y llegaron los goles: asfixió el centro del campo ecuatoriano, tapó las llegadas por las bandas, trianguló y buscó a sus puntas Ardaiz y Nicolás de la Cruz, un dúo temible, un gran dolor de cabeza para la defensa ecuatoriana.
La Selección, alentada por su afición en el Olímpico Atahualpa y por la altura de 2.850 metros sobre el nivel del mar, fueron muy inferiores en el primer tiempo, sin grandes individualidades y con notorias carencias en el juego de equipo.
Tras el gol del descuento, la tricolor empezó a soñar con darle la vuelta al marcador, mientras que la escuadra charrúa empezó a replegarse para mantener el resultado.
Primero, Fabián Coito cambió a Ardaiz por el goleador del equipo, Rodrigo Amaral, y más tarde a de la Cruz por Roberto Fernández, un defensa.
Con esta estructura, la Celeste pudo terminar con victoria, pese a los continuos embates de los ecuatorianos en los últimos minutos.