Ana Buriano
La historiadora uruguaya Ana Buriano dedicó buena parte de su obra a la historia de Ecuador.Cortesía Familia Alterssor Buriano

El Ecuador del siglo XIX, según Ana Buriano

Tres historiadores y amigos de la autora uruguaya presentan una compilación de artículos sobre el país de García Moreno

Ana Buriano sabía que tenía las horas contadas. La muerte la seguía de cerca, pero no se sentía asediada. De hecho, la idea de morir era un tema de conversación natural en su vida. Quizá porque tuvo que huir de ella por tantos años o porque tenía claro que, en realidad, era una mujer hecha para perdurar, incluso después del 7 de febrero de 2019, el día de su partida.

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“Me decía que tenía que organizar sus cosas con la economía de la muerte. Esto siempre, por un lado me apenó, y en cierto modo me fascinó. Cuando llegó la noticia era una muerte anunciada desde hace años. No sé esto hasta qué punto o cómo afectó su trabajo, porque no era para publicar y conseguir puestos, su trabajo intelectual estaba conformado en el contexto de su propio fallecimiento”. 

Quien habla es Juan Maiguashca, historiador y profesor jubilado de la Universidad Andina. Él, junto a sus colegas Galaxis Borja González y Luis Esteban Vizuete, acaban de publicar un libro póstumo que recoge varios de los más relevantes artículos que produjo Ana Buriano sobre la historia del país: ‘Catolicismo, espacio público y política en Ecuador, siglo XIX’.

Esta compilación de 7 escritos tiene varias particularidades: son textos de difícil o nulo acceso en el país, fueron escritos desde el exterior y su producción comenzó de la mano de la propia Ana. El propósito era entregar un documento que confrontara la tradicional visión historiográfica de esa época.

CHARLAEl 1 de marzo, a las 11:00, en la U. Católica de Ecuador, habrá un conversatorio sobre ‘Catolicismo, espacio público y política en Ecuador’.

“Teníamos que hacer una selección de muchos textos y decidimos dividirlo en tres partes. La primera sobre la relación entre el conservadurismo y el garcianismo, incluimos dos artículos; luego una segunda parte sobre la composición intelectual de estos conservadores, están tres nuevos artículos y, finalmente, una última sección que fue la relación con la iglesia, y ahí son 2 más”, explica Galaxis.

Ana nació el 8 de abril de 1945 en Montevideo (Uruguay), pero por azares de la vida resultó involucrada de manera íntima con Ecuador. Fue exiliada por la dictadura cívico-militar de su país en 1976 y terminó junto a su esposo en la entonces Unión Soviética. Luego pasaron a Cuba y Nicaragua y, en 1982, se establecieron definitivamente en Ciudad de México.

“Ana estaba llegada a México y trabajó en la biblioteca del Instituto Mora. Allí se sumó a la idea de investigaciones latinoamericanas y el Instituto le puso el reto de Ecuador por razones institucionales. Ella aceptó y lo que nos decía es que quedó fascinada con la historia del Ecuador, la sentía muy cercana a su Uruguay, un país pequeño entre dos grandes: acá Ecuador entre Perú y Colombia, y Uruguay entre Brasil y Argentina”, cuenta Luis.

Libro Ana
Libro. El volumen forma parte de la Biblioteca de Historia, editada por la UASB y CEN. Se lo puede adquirir en la librería de la universidad.Cortesía

El primer texto de Ana sobre Ecuador se publicó en el 2000, con el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, cuando ella empezó a ejercer como investigadora y profesora en dicha institución.

Ese fue su acercamiento inicial en la historia nacional. Luego escribió su tesis doctoral “Los conservadores ecuatorianos, 1860-1875. Un proyecto de consolidación estatal: de las hegemonías compartidas a los límites y las decepciones”, publicada en 2008 bajo el título

A partir de allí publicó múltiples artículos de Ecuador, pese a que solo visitó el país una vez: en 1995. Los insumos para sus investigaciones se los enviaban a México provenientes de bibliotecas ecuatorianas e incluso de Estados Unidos. Además, en su periplo como exiliada logró construir fuertes redes de colaboración por el mundo que alimentaban su trabajo.

Pero también era una autora audaz, con nuevas metodologías que dibujaron una visión revolucionaria de episodios históricos de Ecuador.

Portada
Portada de Navegando en la borrasca: construir la nación de la fe en el mundo de la impiedad. Ecuador, 1860-1875.Cortesía

Según relata Juan, esta compilación fue un proceso un tanto difícil porque la intención original era la de recoger trabajos que habían sido escritos desde un punto de vista exterior, que veían a la historia ecuatoriana desde afuera, pero que en el transcurso del tiempo se convirtieron en un descubrimiento del país desde su interior.

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“Ella decidió ir más allá de las fuentes oficiales y de las fuentes ya usuales que se habían usado. Se centró en el periodismo y ha hecho un trabajo de investigación de periódicos que es única, no sería una exageración que ella ha leído casi toda la prensa que se publicó en Ecuador en 1850, 1860 y 1870, uno por uno, y los ha examinado y clasificado, es algo completamente nuevo, de tal manera que la visión de ese período viene de fuentes nuevas”, reconoce Juan.

En efecto, aunque Ana era una mujer de izquierdas, estudió con fascinación la etapa del conservadurismo de García Moreno. Se alejó, sin dejar de reconocerlo, de la idea de que este período fue dictatorial y de estancamiento. Además, encontró que el poder en aquel tiempo no estaba concentrado en García, sino en innumerables actores sociales, religiosos y políticos que se lo disputaban.

“Ana trabajó con la prensa, desgajó la visión monolítica del garcianismo de que este era el gran hombre y que su voluntad se hacía sobre el país. Eso es lo que nos dejó la historiografía anterior. Primero, no es que era García Moreno como persona, sino que es un cúmulo de personas en disputa que al final aportaba al gobierno y que van disminuyendo en número hasta que es asesinado”, afirma Luis.

“Ana trabajó con la prensa, desgajó la visión monolítica del garcianismo de que este era el gran hombre y que su voluntad se hacía sobre el país.

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Y agrega: “No era un proyecto con tintes autoritarios, sino que se trata de un proyecto que tiene que negociar. Ana nos muestra que estaba conectado con Roma, Francia, España y el resto de América (...) esa época tiene un contexto que es un poco más nutrido y movido de lo que se piensa de que fue una etapa oscurantista católica”.

Estas reflexiones son las que ofrece Ana con su legado. Galaxis recuerda a la autora, su amiga, como una persona generosa, no solo materialmente. Ella, según cuenta, siempre estaba compartiendo sus aportes, inquietudes y preguntas con la idea de que con esto se invitara a pensar en nuevas visiones.

“Algo maravilloso es que concebía su trabajo no como una verdad concluida a la que los historiadores debían sumarse de manera pasiva o que tenían que replicarla tal cual, lo que hacía era compartir sus preguntas de investigación y dialogar con otros de su generación y más jóvenes. Eso le permitió producir su obra siempre desde el diálogo”.

Y esa es la finalidad de esta publicación. Que profesores, estudiantes y público en general interesados en el siglo XIX del Ecuador tengan un lugar diferente al cual acudir para ampliar la visión clásica ecuatorianista sobre una época que dividió la historia del país.