Educación dialoga con una fragmentada representación de los maestros

Habituados por décadas a la presencia de la Unión Nacional de Educadores (UNE) como la organización sindical del magisterio, a muchos ciudadanos les sorprende conocer que el Gobierno negocia con una docena de gremios de profesores el tema de la equiparación salarial y el nuevo escalafón docente.

Tras el reciente veto presidencial a una reforma legal que incluía el tema salarial, alegando que era inconstitucional y no tenía el debido financiamiento, el Gobierno anunció la conformación de mesas de diálogo con los maestros. El objetivo es llegar a un acuerdo que viabilice la equiparación de los sueldos de los educadores con los de los servidores públicos.

La decisión final sobre el tema la tiene la Corte Constitucional, que debe pronunciarse en los próximos días. En tanto, la ministra de Educación, María Brown, preside esas mesas en las que participan delegados de Finanzas y Trabajo.

Allí la representación de los docentes está fragmentada en una docena de colectivos, la mayoría de menos de diez años de creación. Su aparición coincide con la extinción de la UNE en 2016, en el régimen de Rafael Correa, aunque este gremio resurgió un año después durante el mandato de Lenín Moreno. En 2015, también impulsada por Correa, nació la Red de Maestros y Maestras por la Revolución Educativa, ahora Red de Educadores del Ecuador.

También a raíz de ello surgieron múltiples grupos, algunos como opositores a la Red (a la que acusaban de oficialista) y otros que se dicen apolíticos. Son nombres poco conocidos en el ámbito público, aunque algunos son liderados por antiguos miembros del magisterio.

Consultada por EXPRESO sobre el criterio con el que se decidió qué grupos participarían en las mesas, la ministra Brown indicó que estos debían ser gremios nacionales.

Su real representatividad es difícil de establecer. Los maestros públicos no tienen obligación de afiliarse y las cifras mencionadas por los grupos suenan excesivas.

Solo la Red dice agrupar a más de 100 mil, la Fename a otros 30 mil y la FUTE a otros 20 mil. Lo cual dejaría sin posibles afiliados a los demás colectivos, incluida la UNE.

Educación facilitó a este Diario las cifras de afiliados que han reportado los grupos. Como dato referencial complementario, este Diario agrega la cantidad de seguidores que tienen en sus redes sociales, como lo muestra el cuadro adjunto.

Estas páginas en redes también permiten visualizar parte de sus actividades: denuncias de irregularidades que afectan al magisterio y la organización de cursos de capacitación. En otros casos, gestionan el acceso a maestrías, con descuentos para quienes se afilian al gremio.

¿Es más fácil llegar a un acuerdo con doce gremios que con uno? Agustín Lindao, de la RED, ve positivo que las mesas incluyan la opinión de grupos minoritarios y afirma que previamente o después se reúnen para consensuar una postura común.

Bolívar Potes, de la FUTE, coincide en ello y dice que es preciso respetar las estrategias de los demás gremios, aunque no las compartan. Alude a la UNE, que abandonó las mesas y mantiene una huelga de hambre para exigir la ratificación de la reforma aprobada.