Ejecutivo vs. Asamblea: el aire electoral tensa la gobernabilidad

Irónico. Juan Carlos Camacho, de Construye, le dijo a Henry Kronfle, presidente de la Asamblea: “Qué bien se los veía cuando votaban juntos. Así lo eligieron a usted y se tomaron las presidencias y vicepresidencias de las comisiones”. En segundos, el jueves pasado, Camacho llevó al Pleno de regreso a los últimos meses del 2023.

Hace apenas siete meses, en noviembre pasado, se dio a conocer la alianza entre el movimiento oficialista ADN (Acción Democrática Nacional), el correísmo (RC) y el Partido Social Cristiano (PSC) de Kronfle. De la mano votaron por proyectos económicos urgentes. Ahora, RC, PSC, Construye y Pachakutik se sumaron para conformar la comisión ocasional que investigará presuntas irregularidades y corrupción en la administración pública del Gobierno de Daniel Noboa.

Mariana Yumbay, asambleísta de Pachakutik, quien integra la comisión, descartó el interés de que la investigación termine en un juicio político contra Noboa, como pasó con Guillermo Lasso, que tuvo que decretar muerte cruzada en medio de denuncias de corrupción. Lo que buscan, aclaró Yumbay, es fiscalizar, para que el Ejecutivo cumpla con sus funciones. “Mi movimiento no se prestará para generar caos o ingobernabilidad”.

Para Yumbay, la reacción del oficialista ADN ha sido victimizarse y cubrir la ineficiencia y el abandono en varios sectores. “Hemos recibido, por ejemplo, a proveedores del Estado impagos durante un año”.

Vladimir Sierra, profesor de Sociología y Ciencias Políticas en la PUCE, anota que los problemas de gobernabilidad que enfrenta Noboa tienen un origen. “Seguimos transitando un período electoral y preelectoral, ya que pesa más el interés de tomar el poder en las próximas elecciones. Eso no ha dado un espacio para la gobernabilidad”.

Sierra reflexiona que normalmente luego de elecciones, cuando gana un candidato, se abren alianzas y reparticiones de poder por cuatro años. Pero tras los comicios anticipados de octubre, el tiempo tan corto previo a las nuevas elecciones ha hecho que las alianzas sean frágiles. Todos los movimientos tienen intenciones presidenciales.

Hasta el momento, el profesor Sierra resalta que Noboa se mantiene como el aspirante con mayores posibilidades de ganar las votaciones de febrero del 2025. Así que en la Asamblea, “el espacio donde se instrumentaliza la política, se buscará desestabilizar, retirarlo del cargo o al menos restarle popularidad y volver ingobernable este último tramo”.

El asambleísta Jaime Moreno, de Construye, quien propuso conformar la comisión, lo niega. Su intención “definitivamente” no es llevar a juicio a Noboa. “Estamos a puertas de una elección y el pueblo debe pronunciarse en las urnas, decidir si lo reelige”. Según Moreno, ellos harán una fiscalización responsable, sin show, para mostrar posibles hechos irregulares. Su solicitud de cambio del orden del día, del jueves, fue firmada por el PSC, no por la RC, aclara. “Si la RC coincidió en el Pleno, ya es una decisión legítima”.

Sin embargo, la visión de Valentina Centeno, cabeza de ADN, es otra. Ella se siente en el “viejo Congreso, con las prácticas de la vieja política. Faltan los nombramientos de presidentes interinos, los puñetes, los ceniceros, las riñas, las peleas y atropellos a la Constitución”.

Ha denunciado que supuestamente se intentó manejar la discusión para establecer la incapacidad mental de Noboa. “Quieren declararlo loco”, manifestó, para desviar la atención de temas importantes y tomarse el poder, según ella.

Centeno también ha arremetido contra el correísmo, sin nombrarlo, señalando por ejemplo que es demencial pedir sanciones para su país, votar con sus enemigos ideológicos y hablar de lucha contra la corrupción mientras sus líderes están en la cárcel La Roca.

Los aliados rompieron sus nexos el 6 de abril, tras la incursión a la Embajada de México para apresar a Jorge Glas, de la RC5. Luisa González le pidió la renuncia a Noboa y se declararon opositores.

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