Los ejes basicos del bicentenario
Terminó octubre como momento “epocal” de mayor simbolismo en la ritualidad de la libertad para los guayaquileños. Este resume tres aspectos básicos de un proceso que marcó la historia y definió el rumbo de la nación. Aunque faltan dos años para la celebración del bicentenario, es preciso repensar la comprensión y explicación del sentido íntimo de ese proyecto de libertad, autonomía y construcción de la nación desde la ciudad-puerto.
De ahí que sea preciso detenernos en la revalorización del noviembre libertario que concretó un proyecto-programa de constitución de una comunidad de hombres libres y que elaboró un texto que todos debemos conocer, recordar y enseñar. En sus 20 artículos se sintetiza lo que los guayaquileños de esa época pensaron de la ciudad-región y que los actuales tenemos la obligación de revalorizar. No como herencia de un pasado heroico de actores-autores comprometidos con la libertad sino como un producto de la praxis política del colectivo guayaquileño. Desde este, en lo sociopolítico, en la acción se definió y proyectó un particular tipo de liberalismo social que inauguró Olmedo en 1812. Luego se continuó desarrollando en las proclamas y documentos de octubre de 1820. Y finalmente quedó consagrado en este importante texto constitucional.
Por eso es preciso comprender cuáles son los ejes básicos que fundamentan la celebración del bicentenario de la Revolución de Octubre de 1820. Estos tres aspectos significativos y esenciales son: 1) El impulso al reposicionamiento del ideario que fundamentó el proyecto revolucionario del Guayaquil independiente, que significa desarrollar una amplia difusión de lo que es y comprende ser herederos del liberalismo social de los próceres de Octubre. 2) Promover de forma masiva y con sentido moderno la reconstrucción de la cívica y política local; en lo urbano y rural, pues el Guayaquil real es una sociedad-puerto de dimensión y proyección regional. 3) La comprensión cabal del significado socioeconómico, geopolítico, ideológico y cultural de la importancia del proceso de regeneración urbana, ya que él contiene la reescenificación social de la comunidad guayaquileña.