Elecciones 2021: Lo que hacen los candidatos pesa más en segunda que en primera vuelta
El motor que llevó a los dos finalistas, Andrés Arauz y Guillermo Lasso, a la segunda vuelta fue el voto correísta frente al anticorreísta. ¿Qué hizo y hace cada uno para ganarse esos sufragios?
Encontrar virtudes propias y no de terceros, es algo complicado entre los candidatos. Está claro que el caudal de apoyo que llevó al postulante de la alianza Unión por la Esperanza, Andrés Arauz, a la segunda vuelta es el voto duro del expresidente Rafael Correa, prófugo de la justicia ecuatoriana. Igual de claro es que el universo de votantes que remolcó al balotaje al aspirante de la alianza CREO - Partido Social Cristiano, Guillermo Lasso, es en gran parte anticorreísta.
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Leer más¿Qué hicieron ellos, más allá de pasiones correístas y de la animadversión a Correa, para llegar a la segunda vuelta? Más allá de eso, muy poco, a criterio de dos expertos en análisis electoral. El analista político y electoral Pablo Jaramillo considera que la primera vuelta se centró en esa lógica: capitalizar y asegurar lo que ambos tenían prácticamente en el bolsillo como una especie de seguro para pasar al balotaje. “Arauz apeló al correísmo duro y con eso pasó a la segunda vuelta. En cambio, Lasso apeló al anticorreísmo. Y los favoritos dejaron por fuera a todo ese electorado milenial que no está sintonizado con esta pugna. Todo eso se evidencia en la votación”.
Esta elección es más por los errores que por las virtudes. Arauz ha cometido más errores.
En la segunda vuelta el panorama cambia. ¿Qué hace o no hace cada uno para llegar al Palacio de Carondelet? A decir de Jaramillo, el aspirante de UNES sigue bajo la sombra de su mentor político radicado en Bélgica de la que, a dos semanas de la votación, no puede desmarcarse. Lo que le ha impedido grabar su propia impronta en la campaña. No así Lasso, quien ha logrado, a criterio del experto, marcar una diferencia frente a la campaña de primera vuelta, cambiando su eslogan y modificando el discurso, invitando a un encuentro de los ciudadanos como parte de la estrategia de campaña en la recta final.
Esto tiene una lógica, explica el consultor político Juan Pablo Mendoza. Es que la campaña propositiva ya se acabó. Los cartuchos de las propuestas bandera de cada uno debieron agotarse en su totalidad o casi en la primera vuelta. Ahora, el segundo tramo tiene otra esencia: debilitar al adversario. “Andrés Arauz ha intentado definir a Guillermo Lasso y sin duda Lasso ha tenido una respuesta contundente. Se ha visto una definición hacia Arauz con tendencias más fuertes”, refiriéndose a definiciones dentro del electorado con calificativos como ‘banquero’ y por el otro lado con la muletilla “Andrés, no mientas otra vez”.
La campaña cambia en la segunda vuelta a qué hago para debilitar al otro para ganar.
Ahora, a lo que ambos deben apuntar, según Mendoza, es a los nichos electorales: las mujeres, los ambientalistas, los jóvenes y otros. Es un aspecto en el que, a su criterio, sí está trabajando Lasso, pero no tanto su contrincante.
Aunque todavía resta una semana de campaña electoral, en la que cualquier cosa puede ocurrir.