Elecciones 2021: El último cartucho de la lid a Carondelet
La sombra de Rafael Correa de la que no pudo o no quiso despegarse Andrés Arauz. A Guillermo Lasso le falta abrir más su discurso y pasar del encuentro a los hechos
Lo que tuvieron que hacer, ya debieron haberlo hecho. Y si no lo hicieron, ya es un poco tarde. La campaña para la segunda vuelta electoral llega a su recta final y los candidatos preparan el último cartucho para consolidar los votos ganados y convencer a los últimos indecisos.
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Leer másCambios de estrategias, sumar aliados y respaldos e incluso desgastar al contrincante son los aspectos que han marcado gran parte de este segundo tramo de los comicios presidenciales. Pero los últimos días son cruciales y más si la tendencia marca una corta diferencia entre uno y otro finalista.
¿Hacia dónde deben apuntar las últimas escaramuzas entre los candidatos Andrés Arauz y Guillermo Lasso? Para empezar, ninguno la tiene fácil. A decir del analista y consultor político César Luis Barthelotti, el aspirante de la alianza Unión por la Esperanza debe retomar el norte de su campaña, regresar a la calle, alejar al expresidente Rafael Correa lo más que pueda de su estrategia y bajar el tono de la confrontación. Mientras que el postulante de la alianza CREO-Partido Social Cristiano debe “obligatoriamente” abrir su discurso, empezar a encontrarse con más líderes y, de manera urgente, concretar la reunión pactada con Xavier Hervas, el excandidato presidencial de la Izquierda Democrática, “para así, lo que se dijo en campaña, capitalizarlo en votos”. “De lado y lado se han explotado recursos bajos en la campaña que no necesariamente atraen votos, más allá de que hagan reír o causen indignación”.
Con Barthelotti concuerda el consultor político Camilo Severino. La sombra del expresidente Rafael Correa se ha convertido en un lastre para la campaña del postulante correísta, del que intentó desmarcarse pero no del todo y en la recta final ya es complicado. “La imagen de Arauz ha evolucionado y desenvuelto. Aun así, no está claro si de presidente sería líder o un actor influenciable por Correa”.
Pese a que Lasso, a criterio del experto, ha sabido entender mejor el nuevo escenario del balotaje, le será complicado reducir a estas alturas de la contienda lo que llama una “deficiencia territorial”, es decir la falta de una estructura en el territorio. “No logra que un voto popular se sienta representado por él”, replica.
Hasta aquí, lo que deberían hacer en estos últimos días. ¿Y lo que hicieron? Ambos candidatos cambiaron algo en la segunda vuelta. Uno de logo y el otro de eslogan. También sus estrategias, pero algunas tuvieron poco efecto. A criterio de Barthelotti, ninguno, a pocos días de terminar la campaña, ha logrado comprender que los votantes objetivos para este tramo son los menores de 35 años de clase media y media alta que se decantaron por Hervas; y los activistas y personas de la periferia de clase media y media baja que confiaron en el candidato de Pachakutik, Yaku Pérez. “Dos temas son los que a ellos les interesan: empleo y vacunas. Ninguno ha logrado cuajar en ese sector, aún”.
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Leer másSeverino coloca más peso sobre la campaña de Arauz. Cree que el delfín de Rafael Correa, en estas últimas semanas, se ha desgastado en mantenerse a la defensiva sin la capacidad de imponer la agenda. Intentar vincular a Lasso con el presidente Lenín Moreno ha sido su principal argumento de desgaste, pero “no está logrando consolidarse como una respuesta inmediata para los problemas urgentes del país”.
Y si a esto se suman los señalamientos por su paso como funcionario público del Banco Central del Ecuador, al que habría ingresado sin un título de tercer nivel, según lo acusó el legislador electo Fernando Villavicencio, y donde le concedieron más de 10 años de comisión de servicio para luego vender, en plena pandemia, su renuncia por más de 27.000 dólares; está más que claro que el aspirante correísta ha pasado gran parte de su campaña intentando con poco éxito revertir estos y otros señalamientos.
En ese mismo sentido va Barthelotti. Considera que la campaña de Arauz, de las dos, es la que más ha perdido su norte. Primero, marca distancia con Correa, luego vuelve. Ahora, cuestiona, es “incapaz” de sobreponerse a ataques por sus tuits antiguos. “Se nota en su rostro un desgaste evidente y el tiempo que ha gastado haciendo su estrategia digital lo ha perdido en campo, y eso es evidente”.
Mientras que del lado de Lasso, a su criterio, se nota la presencia de los asesores Jaime Durán Barba y Santiago Nieto. “Lo han vuelto más amable, una especie de abuelo ‘apapachable’ al que puedes recurrir y oír, al que sí recibes en tu casa. Y claro, lo han hecho entrar en la campaña de tierra con mas fuerza... Lasso ha moderado su discurso, pero todavía no es capaz de entrar en los líderes del activismo”.
Algunas de las falencias se pueden enmendar, no todas. ¿Es posible ver a un Andrés Arauz desmarcarse totalmente de su mentor político? ¿O a un Guillermo Lasso abriendo su discurso aún más a otros temas? El tiempo se agota.