Elecciones 2021: La oportunidad de que el debate presidencial sí sea un debate
Guillermo Lasso y Andrés Arauz podrán verse cara a cara para desarmar temas recurrentes: Feriado bancario y desdolarización. Y, además, conectar con el votante de centro
Un nuevo chance. La segunda vuelta otorga otra oportunidad al Consejo Nacional Electoral (CNE) de organizar un ambiente propicio para que el debate presidencial que miles de ecuatorianos verán, este próximo domingo 21 de marzo, en televisión nacional, sea verdaderamente un careo de propuestas e ideas y no un foro más de la campaña electoral, tal como se observó en la primera vuelta.
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Leer másEl riesgo, si es que existe uno, es ese: que los finalistas Andrés Arauz, de la alianza Unión por la Esperanza; y Guillermo Lasso, de la alianza CREO - Partido Social Cristiano, utilicen el espacio como palestra política, atacarse mutuamente, restando así tiempo para los temas propios del careo.
Feriado bancario, desdolarización, vínculos con el actual Gobierno, el papel del expresidente Rafael Correa, prófugo de la justicia, en una eventual próxima administración. Son algunos de los ya recurrentes en las estrategias de los presidenciables que pueden colarse en el evento. No dejan de ser temas menores, ya que si son mencionados con insistencia por los aspirantes es porque tienen un efecto o interés sobre el electorado.
Y esta será una oportunidad de oro para que ambos, frente a frente, puedan desbaratar el argumento del otro, desviar la atención, o simplemente no responder sobre estos temas, concluye el constitucionalista y excandidato a la Asamblea Nacional, Gabriel Hidalgo. “Sí es una buena oportunidad para desarmar esas acusaciones, pero si el diálogo gira en torno solamente a esos temas se habrá perdido la oportunidad de informar a ese tipo de público que presenciará el debate sobre el contenido de las propuestas”, replica el jurista, quien está convencido que el careo presidencial girará en torno a acusaciones y descalificaciones, entre ellos en base a los tópicos recurrentes antes mencionados.
Creo que ambos intentarán llevar el debate a una discusión en el plano personal y de acusaciones.
Si no son ellos, sino el Comité Nacional de Debates el que lleva esos temas a la discusión, Marcelo Espinel, director de proyectos de la Fundación Ciudadanía y Desarrollo, considera que deben ser abordados de una manera responsable. “Que Correa juegue o no un papel en un eventual gobierno de Arauz es secundario, pero cuidado en colocar a un prófugo de la justicia. La pregunta que le haría a Andrés Arauz es: ¿cuál es su opinión sobre las investigaciones de la justicia a exfuncionarios del correísmo? Un presidente debería referirse a que dejará a la justicia trabajar, pero una respuesta distinta podría dejar en evidencia su intención de vulnerar la independencia de funciones”.
Es pertinente incluir temas sobre derechos sexuales y reproductivos, desarrollo sostenible, creación o no de tributos.
Lo ideal, sería, que tanto Arauz como Lasso intenten conectar con un votante de centro. Ese que se inclinó por las opciones de Yaku Pérez y Xavier Hervas y espera respuestas claras y sin ambigüedades sobre temas también importantes como la despenalización del aborto en el caso de violación o de peligro de la gestante, la legalización de la marihuana, el emprendimiento, política migratoria, la minería sostenible, derechos sexuales y reproductivos, el combate a la pandemia, el plan de vacunación y otros.
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Leer másPero no solo eso, a criterio del analista y consultor político César Luis Barthelotti, deben hacer algo más. “La misión de ambos es desmarcarse. La de Arauz, desmarcarse del correísmo; y la de Lasso, del gobierno de (Lenín) Moreno. Eso finalmente les permitirá llegar a un grupo social distinto al que ya tienen... En este instante la pelea es por esos votos de Hervas y Yaku que esperaban un candidato distinto de la política. Ahí es donde particularmente Lasso tiene que atacar porque finalmente no es un candidato nuevo y tendrá, muy probablemente, que usar algo rojo para recordar sus zapatos rojos en el debate”.
La pelea correísmo contra el anticorreísmo ya caducó durante la primera vuelta electoral.
Y el papel de los debatientes así como el del moderador serán fundamentales para que el evento cumpla con su objetivo: exponer ideas, propuestas y replicarlas con el respeto que ambos y los votantes se merecen.
Si esta vez irán con ganas de debatir, se sabrá el domingo.