Elecciones 2023: El perfil que debe reunir un presidente de año y medio para Ecuador
Firmeza, sin temor a tomar decisiones arriesgadas y acción en lugar de reacción son algunas de las característica. ¿Y que piense en el 2025?
Una persona con liderazgo fuerte, con acción, decisión y con la finalidad de dar sin miedo un golpe de timón que se enmarque en rescatar a Ecuador de un tobogán de inseguridades de donde está inmerso. Así analizan varios expertos consultados por EXPRESO, el perfil que deberá tener el nuevo presidente del país, que gobernará por un año y cuatro meses.
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Leer másPrecisamente, el llegar a pactos con el Legislativo y no dejarse estabilizar por la oposición requiere de una personalidad de aplomo, según explica el politólogo e investigador Juan David Martínez. “El país no necesita un presidente dócil o negociador, necesita a alguien con firmeza, porque a no ser que sea del correísmo, que podría lograr una mayoría en la Asamblea, probablemente tendrá a un Legislativo en contra”, menciona.
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Asimismo, opina el también politólogo Álex Cedeño Vaca, quien destaca que la actitud del nuevo mandatario debe ser dura, de acción y decisión para enfrentar los principales problemas que aquejan al país: inseguridad, crisis carcelaria, bandas delincuenciales y narcotráfico.
Cedeño detalla además que no existe una naturaleza específica en los gobiernos de transición; sin embargo, dice que para ello debe generarse una agenda sumamente específica, diagramada en función de los problemas más sensibles del momento y, sobre todo, establecer el cómo más que el qué se va a solucionar.
Con él coincide el estratega comunicacional internacional Daniel Molina, quien opina que el nuevo presidente debe articular el plan de seguridad con respuesta inmediata y que además actúe a corto, mediano y largo plazo, sin usar la demagogia en su discurso, pero con voz potente.
Rafael Silva, politólogo y asesor político, coincide con los tres: “Debe ser una persona que sintonice con la ciudadanía en el tema urgente que es la seguridad y que transmita seriedad, autoridad, convicción, certeza y fortaleza”. Pero en la fortaleza, menciona Silva, no solo se refiere al discurso y a la manera de hablar, sino también por su vestimenta y la solidez de su apariencia. Y es que detalla este estratega político que va más allá, los votantes casi siempre prefieren tener un presidente relativamente joven, que refleje vitalidad y que no tenga complicaciones físicas o de salud.
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Leer más“Alguien que tenga tesón, pero que a la vez escuche y tenga coherencia. La idea no es tener un caudillo, lo que se necesita es alguien que diga que va a llegar a solucionar los problemas y que sea firme en sus acciones”, indica.
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Para Silva, la etapa de transición es más bien un proceso de reposición, porque las institucionalidades del Estado han sido golpeadas en su credibilidad y que el nuevo presidente, con su actitud de líder, debe restaurar.
Es que para él, como para Molina, también es importante que el próximo gobernante convenza sobre cómo va a articular los organismos de control como la Asamblea, El Consejo de la Judicatura y los jueces.
No obstante, pese a marcar un liderazgo inminente, Silva cree que al nuevo presidente no debe interesarle la reelección, porque se trata de un “Gobierno de recomposición”.
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Leer másPero en ese punto, Martínez discrepa y menciona que el mandatario en transición debe cumplir su propuesta política e imponer un liderazgo sólido, pero para trazar la línea hacia su futura reelección.
El crecimiento económico del país, el acceso al trabajo, educación y salud serán los demás ejes, a opinión de los expertos, que el nuevo presidente debe cuidar en su corto período de transición y para aquello su capacidad de escuchar, su firmeza al hablar, el atender los diversos problemas y saber elegir a su equipo de trabajo, especialmente el de la seguridad, también es clave, mencionan los estrategas.