Elecciones 2023: A votar en plancha, aunque ni entre candidatos se identifican

En plancha, aunque ni entre ellos se conozcan. En las elecciones adelantadas de agosto se volverá a votar por listas cerradas o bloqueadas para la dignidad de asambleístas. Es decir, hay que poner una sola raya a favor de todos los que la integran, pese a que alguno o varios de ellos no sea de su agrado.

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O peor aún, que no se los ubique, como les sucede incluso a quienes son parte de una misma lista, como lo pudo comprobar Diario EXPRESO. A Jorge Abedrabbo, quien será tercero en la papeleta nacional de Partido Social Cristiano (PSC), se le ‘coge en curva’ cuando se le pregunta por el último que lo acompaña.

Situación similar con la cabeza de lista de la Revolución Ciudadana, Pierina Correa, quien no se acordó que Nina Franco es quien cierra la propuesta inscrita en el Consejo Nacional Electoral (CNE) de esa organización política para asambleístas nacionales.

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“No se les pide que sean amigos entre todos los que integran la lista, pero al menos deberían saber quiénes son y si comparten posturas, para que luego no les suceda lo que a muchos en la Asamblea disuelta”, considera el politólogo y columnista Giuseppe Cabrera.

Él está de acuerdo con el sistema de elección por listas cerradas, porque los ciudadanos deberían votar por partidos y sus proyectos políticos y más no por las personas. “Eso es lo ideal y así funciona en las democracias consolidadas, pero lamentablemente en el país las organizaciones políticas tienen tantas deficiencias que hacen que los beneficios de este mecanismo no se sientan”, dijo Cabrera.

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En 2020, con las reformas al Código de la Democracia, la Asamblea Nacional aprobó que la elección de autoridades pluripersonales (concejales, asambleístas, miembros de juntas parroquiales, parlamentarios andinos) sea en ‘plancha’ y ya se lo aplicó en la elección de legisladores de 2021, con las consecuencias que están a la vista. Muchos bloques terminaron divididos por diferencias internas o con un buen número de deserciones.

El subdirector de la Corporación Participación Ciudadana, Simón Jaramillo, considera que si se respeta el concepto de que no se vota por personas, sino por ideologías y partidos, el candidato que se adhiere a una organización política asume que la lista que le presenta el partido, en el que cree y confía, es de buena calidad.

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“Aquí el concepto no es que yo conozco al cuarto o al quinto de la lista. El concepto es: yo conozco a ese partido, confío y me identifico con la propuesta de ese partido, así que asumo que lo que ese partido me está presentando es una lista de calidad”, aseveró Jaramillo.

Cabrera explicó que los correctivos que se deberían hacer para que funcione correctamente este sistema es eliminar primero la existencia de las circunscripciones en provincias, como Guayas, Pichincha y Manabí, porque son incompatibles con la idea de listas cerradas; luego, que haya verdaderos procesos de democracia interna y que no sea “el dueño del partido” el que arma las listas a su antojo. “Lo tercero es tener partidos políticos”, señaló con ironía.

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Hasta el momento, la papeleta de asambleístas nacionales no ha quedado en firme por el recurso en contra de Patricio Carrillo en el Tribunal Contencioso Electoral. Lo mismo sucede con las listas para asambleístas de algunas provincias, lo que ha impedido la modificación y adelanto de la campaña electoral para esas dignidades.

LA DISPERSIÓN, GARANTIZADA

El método de Webster seguirá siendo el mecanismo de asignación de escaños, por lo que la fragmentación en la Asamblea está garantizada.

Jaramillo dijo que este mecanismo beneficia a las minorías y lo que se busca es repartir de manera más equitativa las curules, a diferencia del método de D’Hont que privilegiaba a los partidos ganadores para que tengan mucho más legisladores.

Sin embargo, hay desventajas: “el método D’Hont daba más gobernabilidad no solo desde la Asamblea, sino también en los concejos municipales en donde un alcalde podía tener solo una mayoría. Webster, por su parte, muestra más a las minorías y eso puede generar mayores dificultades para lograr gobernabilidad, como ya se vio en el anterior periodo legislativo”, señaló Jaramillo.