Elecciones 2025: El lado oscuro de las encuestas | Por Rafael Cuesta

Llegó la temporada electoral y con ella la cosecha de encuestas. Hay encuestas de todos los colores y sabores. Hay las hechas a la medida del candidato o candidata que las ha contratado, otras que pertenecen a encuestadores famosos por “equivocarse”, hay algunas cuyos resultados se han convertido en memes y objeto de burlas. Por supuesto, también hay encuestadores serios que han dedicado toda su vida a realizarlas y que muchas veces han presentado estudios muy acertados.

Hay que tener claro que una encuesta refleja el sentir, intención o pensamiento de una muestra ciudadana en el momento en que le hacen las preguntas. Ese mismo ciudadano puede cambiar de criterio al día siguiente. Por lo tanto, cuando leemos una encuesta debemos ubicarnos en la fecha en la que se realizó y no pensar que ese sentir ciudadano es lo que va a suceder el día de las elecciones.

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Para leer una encuesta es importante tener en cuenta lo que se llama ficha técnica. En esta ficha encontramos el método utilizado, por ejemplo, si es presencial a base de preguntas o pidiéndole al encuestado que simule su voto en una réplica de la papeleta; o si las preguntas se hicieron vía telefónica, por correo electrónico o redes sociales. También nos muestra las ciudades en las que se tomó la muestra, cuántas personas fueron encuestadas y de qué edad o género. Esta información nos permite valorar el trabajo que han realizado y cuánta certeza pueden tener los datos que se presentan. Si una encuesta no presenta una ficha técnica, simplemente deséchela porque es probable que haya sido realizada en una hoja de Excel con datos truchos.

En Ecuador, una encuesta de línea de base a nivel nacional con un muestreo de cuatro mil personas tiene un valor que bordea los 20.000 dólares, dependiendo de la cantidad de preguntas, ciudades y encuestados. Esto revela que no cualquiera puede encargar o realizar una encuesta. Pero, más allá de su precio, una encuesta base bien realizada es una herramienta vital para quien quiera ser candidato. Es imprescindible para una candidatura que pretenda obtener un resultado electoral positivo. Sin una encuesta de línea de base es mejor que ni se presente a una elección.

Ustedes se preguntarán ¿qué es una encuesta de línea de base? Es la madre de todas las encuestas que se realizarán en una contienda electoral. Es la encuesta de referencia que le va a permitir a un candidato estructurar su campaña. Es la encuesta que motivó el título de este análisis y cuyos resultados completos casi nunca llegan a la ciudadanía porque los directores o estrategas los mantienen en reserva.

¿Qué se pregunta en una encuesta base? Empecemos con lo que sí vamos a conocer de todas las encuestadoras; la situación del país. Una buena encuesta contiene muchas preguntas relacionadas con la percepción del encuestado sobre la situación pasada, actual y futura del país en varios ámbitos. Un buen encuestador pregunta sobre la sensación de seguridad, sobre la situación económica y familiar del encuestado; pregunta si antes estuvo mejor o peor que hoy y si cree que esa situación va a cambiar en el futuro. Una encuesta bien realizada siempre debe mostrarnos de forma segmentada cuáles son los principales problemas de los ciudadanos. Por ejemplo, el principal problema para un joven entre 16 y 21 años de clase económica media no es el mismo que el de una adulta mayor de clase económica alta.

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En una encuesta base también hay preguntas que muy pocas veces llegan al público abierto. Los estrategas o directores de campaña siempre piden que se pregunte sobre el grado de conocimiento de los candidatos, su nivel de aceptación o rechazo. Qué es lo que a los ciudadanos les agrada o desagrada de ellos y ellas o en qué desearían que su candidato cambie, si le molesta su forma de hablar o vestir, si cree que es prepotente o un blandengue. Obviamente se le pregunta a la ciudadanía cuál es su segunda opción si no pudiera votar por su candidato, cuáles son los temas sobre los que le gustaría que hable.

Esta es la información que le va a permitir a los candidatos decidir toda su estrategia; es la herramienta que les ayuda a entender al votante. Con esta información crearán sus mensajes, decidirán qué tipo de imagen presentar, les ayudará a determinar si su discurso debe ser agresivo en contra de otra candidatura o si lo que les conviene es suavizar su imagen. Van a conocer si el electorado prefiere un mandatario tipo Rambo, pacificador, reformista, liberal, conservador o progre.

Las encuestas bien estructuradas ayudan a conocer lo que piensan o sienten los electores de manera más completa. De aquí nacen los planes de gobierno serios y también las propuestas populistas, regalonas, irracionales, incumplibles y demagogas.

Los principales candidatos ya han realizado sus encuestas de línea de base, pero de ellas solo conoceremos los resultados que sus estrategas desean que conozcamos, el resto de información se mantendrá en el lado oculto de las encuestas.

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