Elecciones 2025: ¿Cómo escoger entre una sábana de candidatos presidenciales?

En febrero de 2025 los ecuatorianos deberán elegir, por ahora, entre 14 candidatos presidenciales al próximo huésped del Palacio de Carondelet para los siguientes cuatro años. Eso es casi el doble de opciones que hubo en los comicios de 2017 y casi la misma cantidad de las que hubo en 2021.

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Al igual que en dichas ocasiones, en las que siempre hubo al menos ocho opciones electorales en el tablero, analistas y académicos sostienen que el electorado ecuatoriano encara un panorama complejo. En especial, por la ‘sábana’ de papeleta que recibirán y la falta de conocimiento que existe alrededor de varios de los candidatos a la Presidencia.

Sin las candidaturas que tienen causas pendientes en el Contencioso Electoral, la papeleta hasta ahora se perfila con: Jimmy Jairala, Jorge Escala, Andrea González, Víctor Araus, Luisa González, Henry Kronfle, Daniel Noboa, Luis Felipe Tillería, Juan Iván Cueva, Pedro Granja, Leonidas Iza, Iván Saquicela, Francesco Tabacchi y Henry Cucalón (ver gráfico).

Sin embargo, también hay que considerar que cada uno de los partidos políticos participantes, en la mayoría de casos, también correrán con sus listas de candidatos a asambleístas y a parlamentarios andinos, por lo que la oferta electoral se vuelve mucho más grande para los ecuatorianos en 2025.

El fenómeno de la fragmentación política

Este escenario, comenta el docente investigador de la Universitad Técnica Particular de Loja (UTPL), Santiago Pérez, es un caso más del fenómeno de fragmentación política y de crisis de los partidos políticos que Ecuador lleva arrastrando hace varios años y que complica el ejercicio de la democracia para los ciudadanos.

“Esta situación, que ya lleva tiempo, ha permitido que tengamos más de 200 organizaciones políticas, entre nacionales y provinciales, habilitadas para las elecciones de 2025”, acota Pérez y hace hincapié en que la situación se agrava cuando los partidos políticos no tienen la capacidad de esforzarse por lograr la unidad y mantener una alianza en el tiempo.

De hecho, Pérez ejemplifica esto último con el fallido diálogo de las izquierdas que emprendieron algunas organizaciones políticas con el objetivo de unir fuerzas e intentar hacerle competencia al presidente Daniel Noboa, quien buscará reelegrise en 2025. Sin embargo, pese a la instalación de mesas técnicas, cada partido terminó presentando a su propio candidato.

Si bien es cierto que tener una papeleta tan amplia puede abrumar a la ciudadanía y complicar la toma de una decisión a conciencia, desde la perspectiva electoral, la sobrepoblación de candidatos también podría terminar afectando a las aspiraciones de los propios aspirantes al Palacio de Carondelet, sostiene la estratega y consultora política, Tatiana Larrea.

“El ruido comunicacional que se genera en una campaña electoral es muy alto, siempre lo va a ser, por eso es fundamental que los candidatos logren posicionar su mensaje diferenciador y atractivo para que las audiencias lo distingan y puedan valorarlo”, señala Larrea y hace hincapié en que esto debería ser parte de la estrategia a implementar de los candidatos.

Por otra parte, respecto a la confusión que una papeleta tan amplia podría generar en el electorado, Larrea sostiene que siempre será una posibilidad en procesos electorales abultados como el que se perfila a tener Ecuador en 2025. “La confusión se genera principalmente por noticias falsas. Incluso el riesgo es mayor con el uso indebido de la inteligencia artificial”, acota.

De hecho, en un tema publicado en ediciones pasadas, Diario EXPRESO expuso que, de acuerdo con expertos en el tema, la campaña sucia empezó a ‘evolucionar’ con la utilización de la inteligencia artificial. Incluso ya se lo ha podido observar con contenidos manipulados que se hicieron virales en las últimas semanas.

Tanto para evitar caer noticias falsas como poder discernir entre los candidatos presidenciales que se presentan para las elecciones de 2025, el docente investigador Santiago Pérez expone una serie de recomendaciones para los electores, entre ellas, dudar de todo lo que se difunda y no tenga una fuente confiable de origen.

Por otra parte, señala que es vital que los electores sean más críticos con los candidatos y sus ofertas a través de estar más atentos a las estrategias de populismo y marketing político que, en esencia, utilizan a las emociones como un vehículo para que sus ideas calen en el electorado y generen percepciones sobre temas o personas.

Otro elemento que a criterio de Pérez es necesario incluir es la participación de más actores en la discusión de las elecciones. Por ejemplo, que la academia genere espacios de debate o de difusión de ideas para que más personas, primero, estén enteradas de los comicios y, segundo, puedan generar su propio criterio alrededor de las ofertas electorales.

El riesgo de una intoxicación electoral

Con la presencia de más de una docena de candidatos presidenciales, muchos de ellos desconocidos para la ciudadanía, Santiago Pérez, docente investigador de la Universidad Técnica Particular de Loja, señala que el elector podría hastiarse de las elecciones antes de que empiecen.

Esto debido a que la repetitiva práctica de las organizaciones políticas de no lograr consensos y cada vez dividir aún más el voto, refuerza el rechazo hacia los políticos y genera una especie de ‘intoxicación electoral’ que termina por traducirse en apatía.

“Se trata de una saturación a tal punto que simplemente no querrán saber nada de las elecciones”, acota Pérez y recuerda que esto es originado, principalmente, por una crisis de representatividad que viene arrastrando el país desde hace muchos años con su actual sistema de partidos.

Además, anota que una de los principales valoraciones que hace el elector, en especial el sector más joven, es que el político de turno le solucione sus problemas más urgentes. Y si no es así, al menos que cubra las necesidades básicas, como seguridad y educación.

Sin embargo, las diversas crisis que viene arrastrando el país muestran todo lo contrario. “No le están resolviendo los problemas”, dice Pérez y alerta de que en estos comicios se puede agravar dicha saturación y reflejarse en ausencias.

Para evitarlo, al igual que para luchar contra la desinformación, Pérez sostiene que es vital que otros actores, como la academia y la prensa, intervengan y permitan ‘digerir’ la información más importante para que sea mejor recibida por los electores menos convencidos.

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