En Cotocollao, barrio popular del norte de Quito
En Cotocollao, barrio popular del norte de Quito, la RC sacó 35,98% votos frente al 51,01% de ADN.Ángelo Chamba/ EXPRESO

Elecciones Ecuador 2025: ¿La derecha gana espacio en Quito?

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En Quito, Daniel Noboa ganó en la primera vuelta. Su movimiento, ADN, se llevó más de la mitad de 1.6 millones votos, repartidos entre 16 candidatos. Mientras que Luisa González, de la Revolución Ciudadana (RC): 587.465 votos.

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¿Cómo se votó en parroquias de estrato alto?

Sin embargo, al revisar los resultados en la escala de parroquia, se puede ver que no fue una victoria aplastante, en toda la ciudad, anota Fernando Muñoz Miño, historiador y sociólogo político. Recuerda que ADN cerró su campaña en la Plaza de Toros, que está en la Jipijapa. En ese punto del norte, así como en Iñaquito (con centros comerciales) y Rumipamba, el oficialismo saca más del 64 % de votos, frente a entre el 22 y 25 %, de la Revolución Ciudadana.

Lo mismo ocurre, en Cumbayá, parroquia rural, con urbanizaciones exclusivas y donde se levanta una de las universidades más prestigiosas y caras. En otros puntos de la capital, como Chillogallo o La Ecuatoriana, en el sur, el margen de triunfo de ADN es de hasta 3 %.

La visión del exalcalde Barrera

El exalcalde y catedrático, Augusto Barrera, opina que no existe un liderazgo consolidado de Noboa, en Quito. Su victoria, en esta urbe va en la lógica de una adscripción débil, no es una pertenencia ni militancia; va de mano en mano, antes estuvo con Guillermo Lasso

Eso se confirma al ver los resultados de los comicios del 2021, en la primera vuelta. En Iñaquito, Lasso, de CREO, sacó el 57.44% de los votos y Andrés Arauz, de la RC, 13.29%.

Para Barrera claramente se identifican tres patrones de comportamiento electoral. Primero: en las zonas y parroquias de estrato medio y alto, en donde gana Noboa y la derecha han ganado consistentemente. Por ejemplo, en Iñaquito, el centro norte y en el sector consolidado de los valles, como Tumbaco.

Segundo patrón: en áreas rurales, en donde en general, los niveles socioeconómicos son más bajos, son población rural de parroquias, en donde históricamente hay una presencia importante de la RC, desde hace mucho tiempo.

Y un tercer patrón: en la mitad, en lo que se llama zona urbana consolidada, de clases media y popular, una buena parte del sur y de barrios del norte como Cotocollao, se inclinan hacia Noboa. Ahí, el 35.98% votó por la RC y el 51.01, por ADN. En ese tercer grupo también aparece Chillogallo, que se supondría es popular. Allí gana Noboa, pero con algo más de tres puntos.

¿Quito se derechizó?

”Se ha ido construyendo una resistencia al progresismo, en Quito. No solo al correísmo sino al movimiento indígena; se debilitó el tejido social y avanza una expresión de la extrema derecha”, reflexiona Augusto Barrera.

Pabel Muñoz fue sancionado por el TCE, por hacer campaña, en las elecciones pasadas. Eso dejó sin resortes políticos locales fuertes a la RC. En Guayaquil no pasó eso.

Franklin Ramírez

politólogo

El exalcalde pide revisar históricamente el proceso de desplazamiento del eje político de Quito hacia la derecha. “Probablemente hace 20 años, la ciudad era muy progresista; acá estaba una Izquierda Democrática fuerte; mal o bien estaba el FADI; tuvieron un buen espacio Paco Moncayo”.

En esa misma línea, el politólogo Franklin Ramírez identifica que desde 2017, en la elección de Lenín Moreno, Quito tiene un electorado más anclado hacia la derecha, con una proyección “anti” fuerte. “Aquí nacieron las primeras expresiones de movilización del anticorreísmo, en 2014; y las protestas contra el impuesto a la herencia, en 2015; y surgieron liderazgos locales, de Andrés Páez, entre otros, que denunciaron un fraude contra Guillermo Lasso, con mucha presencia mediática”.

En Quito y Cuenca tenían predominio la Izquierda Democrática y la Democracia Popular; mientras que el Partido Social Cristiano tenía fuerza en la Costa, apunta Ramírez.

“Eso, funciona al revés, desde hace algún tiempo. En el paro nacional del 2022 hubo marchas celebrando la represión de policías y militares al movimiento indígena; en la campaña, (el hoy asambleísta Andrés) Castillo dijo que Leonidas Iza (Pachakutik) era un terrorista, que no debería ni haber sido candidato. Ese discurso ha ganado el pulso de la opinión pública y política”.

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