Elecciones: la inteligencia artificial 'evoluciona' las campañas sucias en Ecuador

Falsedades con miles de reproducciones y al alcance de muchos. Aunque no es un tema exclusivo de Ecuador, la mala utilización de la inteligencia artificial en política, sobre todo la electoral, ha abierto un preocupante y aún poco explorado capítulo en las denominadas campañas sucias.

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Las candidaturas de Donald Trump en Estados Unidos y de Jair Bolsonaro en Brasil son dos de los ejemplos más recientes de la mala utilización de la inteligencia artificial, anota el estratega digital y docente universitario Andrés Jaramillo, quien ahora está aterrizando en el país a vísperas de las elecciones presidenciales de 2025.

Al menos así se lo observa en redes sociales: Luisa González supuestamente hablando del fentanilo, Jan Topic supuestamente diciendo que pondrá radares en el Chimborazo y la más reciente, el ministro Félix Wong supuestamente culpando a la ciudadanía de no comprar generadores para los apagones.

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Este fenómeno, señala Jaramillo, además de ser sostenido por empresas con gran capacidad de recursos y logística, se enmarca en la posverdad electoral, en donde “los relatos que apelan a las emociones de las personas se sobreponen a los hechos y la mentira se vuelve un objeto de reproducción” entre personas o usuarios.

Precisamente las emociones, sigue Jaramillo, son las que logran una reproducción masiva de estos contenidos manipulados, ya que validan posturas previas. “Si no fuera así, por más fake news u otros contenidos manipulados que existan, no tendrían la misma difusión. El reto es romper las cadenas de desinformación”, dice.

¿La inteligencia artificial debe ser regulada en Ecuador?

Ante este escenario, la estratega y consultora política Tatiana Larrea recalca que “el mal uso de cualquier tecnología es negativo y puede causar mucho daño en cualquier ámbito de la vida”, y que por ello las sociedades deberían debatir seriamente sobre su regularización, al menos en el ámbito electoral.

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“Es sumamente peligroso que personas sin escrúpulos creen videos y audios falsos en una campaña política, pues se pone en juego la credibilidad y la confianza de los actores políticos”, acota Larrea y hace extensiva su preocupación a que incluso se podría poner en riesgo la democracia de los países.

Aunque admite que este creciente fenómeno debe preocupar y ser de interés, en el caso ecuatoriano, del Consejo Nacional Electoral (CNE), el estratega digital Andrés Jaramillo hace hincapié en que el problema no se resuelve reeditando leyes, sino con alfabetización digital.

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“Siempre hemos creído que todo se soluciona creando o modificando leyes, incluso haciendo que sean más duras. La realidad es que por más leyes o candados que existan, siempre habrá forma de vulnerarla. Esta tecnología solo es un instrumento, el foco está en la educación de las personas”, acota.

Parte de esa educación, comenta el consultor político Giuseppe Cabrera, está tener un mínimo de prevención ante estos contenidos: dudar de su procedencia, verificar con medios de comunicación con trayectoria y con credibilidad; y no replicarlos, en caso de que se determine que han sido manipulados.

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